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Ginés Marín, cadencia y despaciosidad (galería)

El segundo era negro de capa, mediano en todos sus aspectos físicos. Ginés Marín le dio buen capote, verónicas primero, lances al paso después para ponerlo al caballo, donde pasó casi de picotazo para encima perder las manos. Un mal ensueño de caídas en el quite por verónicas del extremeño precedió a un muy buen quite de Aguado por chicuelinas, ceñidas e importantes.

Se recompuso para la muleta el burel, en donde se movió y se encontró con un Ginés solvente, capaz, y sobre todo, muy templado. En dos tandas, ya le estaba sonando la música. No fueron muchas más, pues optó por la calidad frente a la cantidad, basándose en la cadencia y la despaciosidad tanto en el cite, como en el trazo y el vuelo. Puso media estocada que rindió al animal sin tardanza, y cayó con él el primer trofeo de la tarde. Palmas para el toro en el arrastre.

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