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Tarde en figura de Luque, que indulta a «Manzanilla» de Juan Pedro Domecq en Huelva

La Feria Colombina de Huelva ha comenzado de forma apoteósica. Luque puso el mando y un dominio absoluto, indultando incluso al segundo de Juan Pedro Domecq; Morante, la torería. En esta ecuación de éxtasis se quedó fuera, muy a su pesar, Aguado, con un lote imposible para el triunfo.

Daniel Luque formó un auténtico lío con el capote poniendo al público de La Merced en pie en el segundo. El «Juan Pedro» embistió con ritmo y humillación. Se fue galopando al caballo, donde se empleó. El de Gerena le propuso la muleta al natural desde el primer instante. La tomó con entrega y fijeza pero con exigencia. No le permitió ningún error. Lo llevó muy ajustado por ambas manos, dibujando muletazos con hondura y gran despaciosidad. No se cansó de tomar la muleta. La locura se desató y «Manzanilla» fue indultado.

Luque fue volteado en el saludo de capote al quinto. Se recompuso para dejar chicuelinas que remató con un natural lentísimo. No era nada fácil por el pitón izquierdo. Avisó a su cuadrilla, que arriesgaron mucho en banderillas. Brindó al empresario José Luis Pereda. Daniel sacó la raza y no se conformó solo con haber indultado un toro. Comenzó con la pierna genuflexa en el tercio prolongando la embestida para continuar imponiéndose con un dominio y mando absoluto. Dibujó muletazos de gran pureza y despaciosidad, sin inmutarse, haciendo crujir a La Merced. Acabó con una estocada y paseó las dos orejas.

Morante de la Puebla recibió al abreplaza con un ramillete de verónicas ganándole terrenos a cámara lenta. Quiso homenajear al Litri con un inicio de faena con mucho sabor por naturales por alto. Compuso una obra medida porque su oponente, rebosante de nobleza, estuvo justito de raza. Anduvo muy torero en todo momento, toreando con mucha suavidad por ambas manos. Mató de una estocada en todo lo alto y cortó una oreja.

El cuarto también tuvo calidad pero no fondo. En el primer muletazo de Morante el toro claudicó. Su cuadrilla lo levantó para llevárselo a los medios el torero de La Puebla. Allí instrumentó una primera tanda templada por alto. Lo esperó y lo aguantó con muchísima seguridad. El «juan pedro» se vino arriba al quitarle la querencia y José Antonio lo exprimió por bajo. Firmó con una serie con las rodillas en tierra y el abaniqueo. Mató recibiendo dejando al toro sin puntilla y paseó las dos orejas.

Después del gran toro indultado, salió un hermano que no tuvo nada que ver. Pablo Aguado lo cuidó mucho en un inicio por la falta de casta y fuerzas que tenía. Cuando vio que se iba a rajar, le apretó llegando los mejores instantes con muletazos de bello trazo.

Aguado quiso salir a por todas por el éxito de sus compañeros, pero el último tampoco le permitió el lucimiento. Lo recibió con mucha despaciosidad con la capa. Llegó desfondado al último tercio el de Juan Pedro. Pasaba andando por la zocata del sevillano, que solo pudo estar voluntarioso. Con la espada, se atascó.

 

RESEÑA

hierro juan pedro domecq

Plaza de toros de La Merced de Huelva España. Primera corrida de la Feria Colombina. Casi tres cuartos de entrada. Toros de Juan Pedro Domecq, bien presentados y desiguales de juego. El segundo de nombre «Manzanilla», número 177, de 475 kilos fue indultado.

Morante de la Puebla (de celeste y oro), oreja y dos orejas.

Daniel Luque (de grana y oro), dos orejas y rabo simbólicos y dos orejas.

Pablo Aguado (de verde esperanza y oro), ovación y silencio.

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