Decía el filósofo alemán Martin Heidegger que ‘la gran tragedia del mundo es que no cultiva la memoria, y que, precisamente, por ello, se olvida a los maestros‘. En San Sebastián de los Reyes, municipio taurino por excelencia, no han querido incurrir en este axioma. Por ello, desde este jueves cuentan con un flamante Museo Taurino. Y para no descuidar a esos maestros, le han puesto el nombre de uno de sus vecinos, el que mayor gloria ha dado en los ruedos: José Ortega Cano. Así, en la misma plaza del Ayuntamiento de Sanse, abre sus puertas un nuevo espacio taurino con la gran figura de Cartagena como núcleo de un recinto en el que también es molar la otra gran seña de identidad del municipio madrileño: sus tradicionales encierros.
Porque si de algo ha presumido siempre San Sebastián de los Reyes es de sus raíces y, por supuesto, el encierro es cepa primordial. Un rito intrínseco a este municipio que en las salas de este Museo Taurino viaja en caleidoscopio por el blanco y negro de fotografías de encierros con calles irreconocibles de puro campo y el sepia del crecimiento hasta llegar al color más reciente como refleja esa vitrina con el cohete del chupinazo que nunca surcó el cielo, el de la Feria del Cristo de los Remedios que, en 2020, la pandemia se llevó por delante. El orgullo de un pasado que vivir en el presente con espacio para el futuro.
Y es que este Museo Taurino nace con vocación de crecer, de ampliarse, de ser didáctico, de fomentar la Cultura del toro y escribir nuevas páginas en las que tienen cabida todas las Tauromaquias. Toreteate lo ha visitado antes que nadie, horas antes de su inauguración oficial este jueves con motivo de la festividad de San Sebastián, un paseo de los que merecen la pena y con el mejor anfitrión: el propio Ortega Cano.
Nada más llegar, una enorme pantalla aguarda al visitante. En ella, se proyecta un espectacular vídeo de cómo se vive el toro en Sanse. Encierros, capeas, corridas de toros, transhumancia, coloquios, encierros infantiles, chupinazo… No faltan en un montaje repleto de carga emotiva para meter al visitante de lleno en lo que representa este animal para el municipio. Tras verlo, comienza la visita al Museo con unas primeras salas dedicadas por completo a glosar la figura de José Ortega Cano.
Así, se exponen impolutos, relucientes, para vestidos de luces del torero murciano afincado en Sanse como el grana y oro de su retirada de los ruedos en agosto de 2017 o ese inconfundible caña y azabache que le acompañó en tantas y tantas tardes de gloria. Tampoco falta su fundón ni su capilla en una zona muy íntima para el torero, pues también se recuerda a su sobrino Curro Ortega, fallecido en un accidente de tráfico cuando empezaba a destacar delante del toro.
Un poco más allá, avanzando en su recorrido el visitante, puede encontrar varias cabezas de astados importantes en la carrera del torero. Entre ellos, Ortega Cano guarda especial cariño a un ensabanado de José Luis Osborne, muy encastado, con el que tuvo que sudar tinta china para lograr una oreja de ley en Pamplona. ‘En los primeros tercios, perdió un par de veces las manos y le protestaron mucho, pero sacó la casta en la muleta y fue un animal exigente de verdad, miraba a los tendidos después de cada serie como preguntándole a la gente, menos mal que no tenía fuerzas…’, recuerda.
La visita continúa y, junto a un pétreo busto del maestro, escoltado por un puñado de retratos y pinturas diversas, llama poderosamente la atención un cuadro con las orejas disecadas de ‘Cedabris‘, ejemplar de Fernando de la Mora, del que Ortega Cano paseó los dos trofeos el 16 de febrero de 1992 en la Plaza México.
El recorrido, de esta parte dedicada al maestro, se completa con más de una veintena de carteles significativos en la carrera de Ortega, otros tantos trofeos, así como varias fotografías toreando entre las que destaca un lance a la verónica, lleno de relajo, y un muletazo en Sevilla a un ejemplar de Juan Pedro Domecq, del que detaca la pureza y el compás.
El resto de este moderno espacio taurino está dedicado a la historia taurina de San Sebastián de los Reyes. Así, se pueden ver la evolución que ha ido teniendo el encierro a través de decenas de fotografías qu reflejan no sólo su Historia sino también la del municipio. Una vitrina contiene todos y cada uno de los pañuelos de las numerosas Peñas Taurinas, alma fundamental y esencia de la Feria del Cristo de los Remedios. De la que, también puede verse un buen número de sus carteles anunciadores y hasta una talanquera, montada y traída expresamente desde el recorrido del encierro.
Como ya se ha comentado, la idea del Consistorio sansero es que este Museo Taurino sea un espacio en constante movimiento y, sobre todo, crecimiento, por ello, ya se está trabajando en incorporar más contenidos. El más inmediato será dedicar un muro a todos los matadores de toros de alternativa que ha dado San Sebastián de los Reyes. Cada uno dispondrá de su propio cuadro recordando la efeméride de su salto al escalafón superior. Un recuerdo para la posteridad en un espacio que quiere ser perenne al tiempo.
Recorre todos y cada uno de los rincones de este nuevo espacio taurino en el municipio madrileño de la mano de esta completa galería fotográfica: