Importante debut de Álvaro Burdiel

El novillero sevillano malogra con la espada dos destacadas faenas marcadas por el temple y el buen gusto en su presentación con picadores; Montealto lidia tres buenos novillos

Anchuelo acogió la segunda novillada de las clasificatorias con el debut de un novillero ya conocido por la afición de Madrid porque fue el último torero en cruzar el umbral de Las Ventas. Álvaro Burdiel lució el vestido grana y oro que le regalaron Plaza 1 y Justo Algaba por ganar El Camino hacia Las Ventas en 2019.

El sevillano, de la Escuela José Cubero ‘Yiyo’ de Madrid, tuvo la suerte de encontrarse con un lote con el que expresar su gran concepto del toreo. En primer lugar, el mejor novillo de los tres que lidió Quintas. Negro, largo y huesudo, que tuvo la virtud de humillar transmitiendo. Álvaro Burdiel se salió con él hacia los medios y lo remató con una media de rodillas. Brindó a su familia el novillo del cambio de escalafón. Inició la faena andando hacia delante de nuevo, intercalando pases por altos llevando la embestida con trincherazos y detalles por bajo. Le dio sitio para componer en muletazos largos, aprovechando la inercia. Remató las tandas con redondos pases de pecho. Además del toreo fundamental, intercaló la faena con molinetes, afarolados, ayudados por alto, entre otros detalles variados que se agradecen. Los problemas llegaron con los aceros esfumándose el triunfo que merecía en el novillo del debut (saludos tras aviso).

Si la imagen dada en su primer turno había sido de madurez e inteligencia, ante el largo y cuajado novillo de Montealto que cerró el festejo fue la de la torería y el temple. Manejó con buen ritmo el capote, dándole sitio al novillo, hasta rematarlo en los medios con una bonita media verónica. No le sobraban las fuerzas al noble novillo, que le vino bien el inicio doblándose con él rodilla en tierra pero ayudándole en el tramo final de la faena. Burdiel empezó a torear con la mano derecha y tanda a tanda fue encontrando la reunión con el novillo hasta una comunión total. Logró torearlo sumamente despacio, cogiéndole el ritmo, dándole sus tiempos y acariciándolo en los toques. Fue muy agradecido al buen trato el de Montealto aunque le faltaron los finales que sí tuvieron sus hermanos, desluciendo la embestida de final de faena en adelante sacando la cara por encima del palillo. Denuevo firmó detalles de buen gusto. No se aburrió Burdiel, que cargó la suerte en dos tandas excelsas con la mano izquierda antes de volver a estropear una rotunda faena con la espada (oreja).

Los novillos que hicieron cuarto y quinto, de Montealto, resultaron extraordinarios por la calidad en su embestida. De mayor duración el cuarto. Sin duda, fue el hierro de la sierra madrileña el que se llevó el ‘desafío’ planteado en esta novillada del Circuito de la Comunidad de Madrid organizado por la Fundación Toro de Lidia.

Alejandro Mora hizo un auténtico esfuerzo, tratando como si fuera bueno al rajo y protestón segundo novillo de la tarde, un berrendo de Quintas que se acostaba y medía con gran peligro. Mora no se aburrió en una faena de firmeza y apuesta constante. Ante el quinto, al que cuajó con pausa con el capote, dejó muestras de su buen corte aunque la faena se vino abajo antes de lo esperado. Tampoco manejó con acierto los aceros (palmas y silencio).

José Miguel Arellano, del CITAR de Guadalajara aunque de nacionalidad mexicana, puso voluntad con un primero sin opciones y alargó en exceso la faena al noble cuarto de Montealto al que toreó a placer. Destacó dominando los terrenos de cercanías aunque pasó un quinario con la espada (ovación en el primero y silencio tras dos avisos).

Imagen: @MadCircuito