En la tarde del domingo se celebró en Aranjuez la segunda corrida de toros de la Feria de San Fernando. El cartel estaba compuesto por los matadores Morante de la Puebla, Daniel Luque y Roca Rey, que estoquearon astados de la ganadería de Núñez del Cuvillo.
Durante la lidia del cuarto toro, el diestro cigarrero sorprendió con las banderillas después de tiempo sin verle realizar dicha suerte, la cual no está incluida en su repertorio habitual y solo en casos puntuales saca a mostrar esa faceta.
Viniendo del torero de La Puebla, no podía ser con más personalidad, clasicismo y torería. Esa ejecución en los últimos pasos de la suerte y ese garbo saliendo de la cara del toro con aires gallistas. Pues afloró de nuevo ese son y estilo que tan adentro lleva Morante, dónde se pudo recordar y apreciar ese sabor añejo de los primeros años de siglo XX, en los que José Gómez Ortega deleitaba con esos tercios de banderillas.
Sin duda, volvió a cautivar y afortunados los presentes que pudieron vivirlo en primera persona. Un torero diferente con madera de genio, de los que hacen falta y ya no quedan.
Simplemente Morante.
