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De Justo y Ortega dan dos clases magistrales de toreo en Soria

Corrida pareja y muy bien presentada de Román Sorando, destacando por su juego el quinto, y toda ella, falta de fondo. De Justo prosigue su racha triunfal, con su toreo poderoso y dominador; y Juan Ortega, perdiendo, con el descabello, un triunfo que pudo ser apoteósico

Bonito el primer toro de la tarde, Tadrinoso, cuya lidia corresponde a Diego Urdiales (de verde hoja y oro), que desiste de lancear a la verónica. Toma el primer largo puyazo, que cae trasero, empujando con fijeza, aunque sin meter la cabeza abajo del estribo. Al relance recibe un puyazo señalado, en el que hace puerta, que sobró. En banderillas evidencia ya su querencia a los adentros. La cuadrilla se limitó a cumplir, sin más. El toro llega a la muleta muy parado, soso y sin humillar. Más que embestir, pasa sin pena ni gloria, y no se da coba el riojano, que se va pronto por la espada. Deja, con facilidad, una casi entera arriba y tendida, suficiente. Cariñosa ovación con saludos para el torero y pitos para el toro en el arrastre.
El segundo es un castaño armónico y bien hecho, Sabido, de nombre, al que recibe Emilio de Justo (de catafalco y oro) a la verónica, para pasar a llevarlo suave hacia los medios. Con un galleo por delantales a favor, siempre, del toro, lo lleva al caballo. Tras cumplir en el peto, lo quita por chicuelinas. El viento está empezando a molestar. Eficaz tercio de banderillas. Brinda al público el de Torrejoncillo. Primera tanda de tanteo, ante un toro mujidor, que no transmite demasiado y otra más en la que se queda mas cortito. Una tercera, dejándole respirar, que toma con más alegría, y precioso trincherazo para cerrar la tanda. Meritoria serie por el izquierdo, pues el viento hace difícil templar y conducir limpiamente la embestida, a la que, por cierto, falta celo y remate. Con el animal entregadito, le roba una más por el derecho, tras de lo cual, el toro decide echarse a sestear un ratito. Muy bien ejecuta la suerte suprema, como es habitual en este torero y deja una estocada entera, arriba un poco delanterilla, que es suficiente. Oreja para un diestro al que le valen casi todos los toros, y que está en estado de gracia. Leves palmitas y también pitos en el arrastre, para Sabido.
Salta al ruedo Talaverano, negro, algo cornidelantero, para ser lidiado por Juan Ortega (de hueso y azabache), quien lo lleva hasta los medios, andándole hacia atrás, templando siempre, sin tirones. El toro, aun sin estar colocado, se lanza hacia el caballo que tuvo que tirar la vara como pudo, y, tras embestir en este arreón con fuerza, levanta al caballo por los pechos, y pasa por debajo de él limpiamente y sin derribarlo. Recibe otro puyacito arriba y se cambia el tercio. Extraordinario Andrés Revuelta con los palos, el segundo, de gran exposición por echarle la carita arriba en el momento del embroque. Brinda Ortega a un espectador de la sombra y primeros pases de tanteo con la rodilla de salida ligeramente flexionada, con sabor y acariciando la embestida. Extraordinaria la primera tanda en redondo, con dos muletazos de mano baja y el de pecho, inmensos. Otra vez segunda también cumbre. Con la izquierda deja dos naturales sublimes, pero al toro le cuesta más pasar, y luce menos. Vuelve a la diestra, dejando otros templadísimos muletazos con el animal a menos. Es la hora de coger la espada de verdad y por ella va el de Sevilla. Enorme sabor los últimos doblones cerrando al toro. Se perfila y deja una media un poco delanterilla y algo tendida, arriba. Con la honradez del buen artista, se perfila de nuevo y deja un pinchazo hondo en lo alto, que necesita de refrendar con el descabello, fallando reiteradamente, por desgracia, escuchando un aviso y perdiendo los trofeos de lo que iba para triunfo rotundo. Fuerte ovación que le obliga a saludar desde el tercio. Palmas en el arrastre para el toro.
Muy serio el cuarto, Imaginado, otro castaño de pitones algo engatillados, rematado en todos los aspectos, hasta el largo rabo que arrastra por el ruedo. No puede lucirse a la verónica Urdiales, tal vez molestado por el vientecillo constante. Recibe un largo puyazo trasero, que toma sin ninguna codicia y sin meter la cara. Bien Pirri en la brega del tercio de banderillas. Brinda al respetable Diego, que se pone a torear, de primeras, en redondo. Desajustadillo y algo desconfiado empieza su labor, con un toro que repite, sin humillar, eso sí, pero con evidente emoción en sus arrancadas , tras las que derrapa y se va al suelo, más por celo que por debilidad, y que va largo. Lo mejor, los pases de pecho con los que cierra las tres iniciales tandas. Al natural, lo cita fuera de cacho, pasándoselo lejos, y en ningún momento se le ve cómodo al matador. Y también excelente el pase de pecho. Con la espada, mejor la colocación que la ejecución, deja una entera en el hoyo de las agujas, de la que sale rodado patas arriba, algo que propicia la pañolada pidiendo el trofeo que concede la Presidencia. Palmas y algún pitito para Imaginario, cuando se lo llevan las mulillas.
Impostor II es el toro negro que salta en quinto lugar, bizco del derecho, astifino y ligeramente abrochado de pitones. Emilio de Justo prefiere solo sobarlo con la capa y llevarlo al caballo, por evidenciar fuerzas justitas, donde recibe un picotazo del que sale suelto. En un arreón cae al suelo el picador, al que le hace in quite providencial Morenito de Arlès, muy pendiente. Por fin recibe un puyazo en la misma yema. Templado Morenito de Arlès en la brega. Emilio, que no brinda, comienza el trasteo tirando suavemente del toro a la raya del tercio, y ahí le presenta la muleta, dejando dos desmayados derechazos y el de pecho, marca de la casa. Otra más, con el toro metiendo la cara con clase, aunque sin demasiada fuerza. Cosidito a la muleta lo lleva en una tercera tanda en redondo, con un pase de pecho colosal, de pitón a rabo. A los sones del pasodoble Nerva, le receta una serie al natural templada, pulseando, tirando del toro, que obedece humillado, noble y con fijeza. En los mismos medios ya obliga más a un animal ya entregado a su mandona muleta, que, además, ha sabido ser de seda. Manoletinas un tanto fuera de su repertorio habitual, y deja un estoconazo hasta los gavilanes, entrando despacio, ligerísimamente tendido. El toro, herido de muerte, acaba rodando en la misma Puerta Grande. Dos clamorosas orejas van a parar a las manos del matador, sin discusión, y ovación cerrada para el toro en el arrastre.
En sexto lugar, sale Deseado, otro castaño de muy seria cabeza, al que recibe Juan Ortega con dos verónica que llevaban su sello personalísimo, tras las que prefirió andarle para atrás y llevarlo suavemente al peto. El quite por chicuelinas con el que cerró este primer tercio, fue primoroso, con una tercera de belleza y lentitud extraordinarias, previa a una media a cámara lenta, de cartel. Extraordinarios, también, Jorge Escribano en banderillas , q se desmonteró, y Andres Revuelta con la capa, en el segundo tercio. Brinda la muerte de este Deseado al público, Juan, que empieza por acariciarlo con dos muletazos por bajo, sencillamente sublimes. Primera tanda en el mismo son, acariciando las embestidas de este noble ejemplar. No se puede torear más natural, relajado, sin forzamientos, haciendo parecer fácil lo dificil, a este toro humillador, enclasado, pero muy medido en sus fuerzas. Guante de seda necesitaba el animal y a fe que lo encontró en las manos del sevillano. No alarga el trasteo, no hace falta más, porque la obra ya estaba hecha. Se perfila y logra una media en todo lo alto, tal vez mínimamente tendida, que es lo que hace que el toro tarde en echarse, aunque esté herido de muerte. Ante la tardanza, el diestro echa mano del descabello, con el que falla una y otra vez. Cuando, por fin, acaba con la vida del animal, salen los pañuelos como por ensalmo, pidiendo el trofeo para una obra que no merecía irse de vacío. Inmenso el de Sevilla, …excepto con la cruceta.
Aplausos para Urdiales de despedida y fortísima ovación para Juan Ortega mientras abandonaba la plaza. Sonando La Sanjuanera, da la triunfal vuelta al ruedo,en hombros, Emilio de Justo, que sale por la Puerta Grande.
RESEÑA DE SORIA
Sábado 10 de julio de 2021. Plaza de Toros de Soria. Tarde de mucho calor y algo de viento. La terna es obligada a saludar, desde el tercio, tras romperse el paseíllo. Toros de Román Sorando para Diego Urdiales, ovación y oreja; Emilio de Justo, oreja y 2 orejas y Juan Ortega, ovación y oreja.
Incidencias: 1ª de Feria. Emilio de Justo salió a hombros.
Alicia Peñarrubia
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