Antonio Ferrera y Juan Leal lograron una oreja ‘por coleta’ en el cierre de la Feria de Agosto, en Dax. Un festejo protagonizado por los toros de El Parralejo, que envió una corrida de impecable presencia y excelente juego, brava y con posibilidades para la terna. Alejandro Marcos volvió a exhibir el buen corte de torero que tiene, pero otra tarde más, esta temporada, los aceros le jugaron una mala pasada después de una destacada faena al tercero.
Otro toro con cuajo y bien presentado fue el cuarto, animal que tuvo bondad en las telas y acusó el fuerte castigo recibido en el peto. Mientras duró, Ferrera lo toreó muy cómodo, relajado, corriendo la mano con gusto y despaciosidad. Pidió a la banda que cambiara la pieza que estaba interpretando incluso. La estocada, marca de la casa, andándole de lejos al toro, fue la rúbrica para pasear un trofeo.
Serio y de impecable presentación, el de El Parralejo que rompió plaza empujó fijo y con bravura en el peto. Luego fue un animal con inercias, que Ferrera lució otorgándole distancia y toreando reunido por el pitón derecho. Más remiso, por el izquierdo, escarbaba y le costaba a partir del segundo muletazo. Por eso, la faena, fue a menos y fue silenciado.
Tuvo expresión y presencia el quinto, cinqueño largo, que tuvo bravura por sus venas. Embistió con buenas condiciones en la muleta de Juan Leal, que lo llevó siempre a media altura, pues fue otro animal que acusó el desgaste de los primeros tercios. Sin apretarlo, templadito, pudo ligarle las series al animal hasta poner toda la carne en el asador en un arrimón final de cortar el aliento. El público entró de lleno entonces en el trasteo, largo, pues sonó un aviso antes de montar el acero. La espada quedó caída, pero tuvo efecto fulminante y se le concedió un trofeo. El palco no consideró el segundo, pese a la petición.
A su aire, enterándose, salió el segundo de la tarde, animal que pasaba sin embestir con clase en el percal de Juan Leal. Sin embargo, peleó de braco en las dos buenas varas que le recetó Tito Sandoval. Sangró lo suyo el burel y, mermado, amagó varias veces con rajarse, aunque no lo hizo merced a la muleta de Leal, que se la dejó muy puesta siempre en el hocico para ligarle. Final inmovilista, con varios circulares invertidos largos y templados en una baldosa. Se volcó como acostumbra sobre el morrillo y dejó una estocada, pero necesitó de tres descabellos. Palmas para el animal y ovación para el torero galo.
La espada volvió a ser el talón de Aquiles de Alejandro Marcos esta temporada también en Dax. El buen torero charro sorteó un tercero bravo y con transmisión, al que toreó con pureza y buen corte por ambos pitones. Destacada faena, que tuvo temple, reunión y hondura. Era de premios, en plural, pero marró una y otra vez con la espada, quedando todo en silencio tras aviso.
Cerró plaza el animal de menores prestaciones del buen envío de El Parralejo. Lo picó medido y en el sitio Alberto Sandoval. Alejandro Marcos trató de hacerle las cosas muy bien, de nuevo, pero, en esta ocasión, la materia prima no era la misma. No rompió el toro en la muleta a pesar de la entrega y el gusto que trató de imprimir el salmantino a cada muletazo. Además, volvió a pasarlo mal con los aceros.
Plaza de toros de Las Arenas, en Dax (Francia)
. Última de la Feria de Agosto. Lleno en los tendidos. Toros de El Parralejo, . El 1º, con inercias, mejor por el derecho; el 2º amagó con rajarse pero tuvo nobleza en la muleta; el 3º, bravo y encastado, con mucha transmisión; el 4º, bravo en varas y con calidad en la muleta, aunque terminó acusando el desgaste de la lidia; como el 5º, noble y bueno, pero de medido motor; y el 6º, el más deslucido.
Antonio Ferrera (de blanco y oro), silencio y oreja.
Juan Leal (de verde hoja y oro), ovación y oreja con fuerte petición de la segunda.
Alejandro Marcos (de rosa y plata), silencio tas aviso y palmas.
