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Álvaro Alarcón, única oreja, vuelve a llamar la atención en Fallas

Álvaro Alarcón llamó la atención del orbe taurino hace justo un año en Fallas. Su concepto, sus maneras, su valor despertaron aquel día el interés del aficionado, que le echó el ojo antes de la descomunal eclosión posterior en San Isidro. Un año más tarde, el novillero de Torrijos ha vuelto a sobresalir en el ciclo josefino. Cortó la única oreja de la novillada, tercera de Fallas, en una tarde convincente en la que la entrega de El Niño de las Monjas y las maneras de Lalo de María valieron sendas vueltas al ruedo con una novillada desigual de Fuente Ymbro.

Alto de agujas y con menor presencia por delante, el ensillado quinto no ofreció opción de lucimiento a Alarcón en el recibo capotero. De puntillas, pasó por el caballo el de Gallardo, de embestida más dormida que sus hermanos. Alarcón brindó a El Soro su ‘quehacer’ y comenzó un trasteo en el que el noble mansito de Fuente Ymbro se abrió en más de una ocasión con intención de rajarse. El manchego aprovechó las inercias para torearlo con relajo, llevando cada embestida detrás de la cadera. Destacaron tres tandas con la diestra que hicieron sonar los ‘oles’ más rotundos de lo que va de tarde. Con gusto en cada uno de los remates, acabó persiguiendo al novillo, rajado sin discusión. Epílogo por luquecinas. Pinchazo antes de una estocada en lo alto que le otorgó una oreja.

Más feo y bastote de hechuras, el segundo abría más la cara. No terminó de descolgar en el recibo de Álvaro Alarcón y se arrancó con alegría en ambas varas, si bien, en cuanto pudo, salió suelto. Volteó a Lalo de María en el turno de quites al quedarse al descubierto por el viento. Lo derribó por el glúteo y estuvo a merced entre los pitones en unos segundos eternos hasta que lograron quitárselo las cuadrillas.

Brindó Alarcón al público y comenzó por estatuarios, a pies juntos, tragando al animal, porque se vencía cada vez más en el viaje. Mantuvo esa falta de entrega el de Gallardo, pero el toledano mantuvo el tipo y no volvió la cara. Aguantó estoicamente los arreones de un novillo cada vez más bruto en su embestida, a arreones. Faena muy seria. El epílogo, por bernadinas, de contener el aliento. Tras pinchazo y media baja, saludó desde el tercio.

Rompió plaza un novillo bajo y cornidelantero de Fuente Ymbro, bien presentado, que humilló en los engaños de salida, aunque salió suelto. Lo recibió a portagayola El Niño de las Monjas que, tras un galleo por chicuelinas, replicó por el mismo palo el quite por gaoneras de Alarcón. Había cumplido el novillo en varas y luego, se le fue como una centella a los medios en un prólogo de faena de hinojos. Fue novillo importante, con prontitud, ritmo, transmisión y clase con el que el valenciano armó un trasteo con altibajos, molestado por el viento en ocasiones, que tuvo su punto álgido en una tanda al natural. Lo mató de media caída y, tras tibia petición, dio una vuelta al ruedo.

Largo, con cuajo y lleno, el cuarto fue un ‘torito’ por hechuras, que se empleó de salida en la capa de El Niño de las Monjas, si bien, el viento volvió a evitar cualquier atisbo de lucimiento. Hizo pelea de bravo el ‘fuenteymbro‘ en varas. Buen quite de Alarcón, la media, cerrando el compás, superior. Por altaneras replicó esta vez el valenciano, que comenzó, luego la faena, sin preámbulos, citando al natural desde la boca de riego. Siguió el viento complicando su labor, a punto de ser arrollado en más de una ocasión. Pese a ello, entrega total del torero local que logró correr la mano en un trasteo que también tuvo recursos más efectistas para llegar al público. Arrimón final antes de un pinchazo y estocada desprendida con el novillo muy venido a menos.

Menos apretado de carnes, novillo fino de cabos, el tercero no tomó con mal estilo el percal de Lalo de María que, no obstante, no se pudo estirar por el vendaval desatado. Hizo sonar el estribo, pero se terminó dejando pegar en el paso por el peto. No perdonó en quites El Niño de las Monjas delante de un utrero que marcó querencias en banderillas. Comenzó después el trasteo de rodillas el galo, muy encajado, para torearlo en redondo, alargando cada derechazo.

Erguida la figura, abandonado y con cierto desmayo compuso la tanda posterior, ya en pie, que llegó a los tendidos como el inicio. Se echó la muleta a la zurda para torearlo con mano baja, sometiendo al novillo, que respondió con casta y calidad. Concepto muy personal de Lalo de María, que apostó en el tramo final, con su rival más entregado, por varios circulares. El final, a dos manos, dio paso a un pinchazo previo a la estocada. Afloraron los pañuelos, pero el palco no otorgó el trofeo. Vuelta al ruedo y ovación para el de Gallardo.

Serio y fuerte, pero proporcionado, fue el que cerró plaza, al que recibió Lalo de María con una larga cambiada. Echó la cara arriba en el encuentro con los montados sin demasiada pelea. Complicó el utrero el tercio de banderillas a las cuadrillas. El francés comenzó por alto, a favor del novillo, su labor, para luego tratar de prolongar sus embestidas. Sin embargo, el animal se rajó a mitad de trasteo y complicó cada vez más las intenciones de un Lalo de María que lo mató de pinchazo y estocada.

RESEÑA

hierro fuenteymbro

Plaza de toros de ValenciaEspaña. Tercera de la Feria de Fallas. Más de un cuarto de entrada. Novillos de Fuente Ymbro, . El 1º, buen novillo, pronto y con ritmo, lleno de transmisión; el 2º, movilidad sin entrega, de embestida cada vez más embrutecida; el 3º, encastado y con duración; el 4º, a menos muy pronto; el 5º, mansurrón de noble embestida; y el 6º, rajado a las primeras de cambio.

El Niño de las Monjas (de aguamarina y oro), vuelta al ruedo tras petición y silencio tras aviso.

Álvaro Alarcón (de blanco y plata), ovación tras aviso y oreja.

Lalo de María (de tabaco y oro), vuelta al ruedo tras petición y silencio tras aviso.

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