El temple de Téllez y el valor de Luque en un decepcionante Desafío Ganadero en Málaga

La tercera corrida de la Feria de Agosto de Málaga tenía todos los alicientes para convertirse en unos de los festejos del ciclos. Tres toreros, cada uno con un concepto diferente, Paco Ureña, Daniel Luque y Ángel Téllez pero capaces de plasmarlos en un Desafío Ganadero entre en Pallarés y Fuente Ymbro. Las expectativas se tornaron cada vez que salía un burel de chiqueros, debido al decepcionante comportamiento de los seis.

«Bonarillo» de Pallarés abrió el Desafío Ganadero. Embistió con ritmo y clase en las telas de Paco Ureña, que lo lanceó con mucho temple. Lo llevó por chicuelinas al paso al caballo, colocándolo desde lejos en las dos ocasiones. En ambas, protagonizó buenas peleas, aunque posteriormente las acusó. En banderillas, destacó Agustín de Espartinas. Brindó a Fortes, que se encontraba en el callejón. Largo lo llevó en el inicio con la pierna genuflexa. En los medios, pronto acudió a la muleta del murciano con codicia. Después de dos buenas series, el de Santa Coloma cambió de actitud. Se fue a por Ureña, buscándolo y acortando el recorrido por el izquierdo. Se mantuvo en su sitio, haciéndole todo muy bien, pero el animal ya pasaba sin entrega. Tras dos pinchazos y un descabello.

Más a la defensiva en el caballo estuvo «Impagado» de Fuente Ymbro, que salió en cuarto lugar. Brindó Ureña al público para proseguir en un inicio por estatuarios en tablas. Volvió a defenderse en la querencia. Lo sacó fuera de las rayas, pero nunca pasó sin descolgar y quedándose muy corto. Se la jugó el murciano con un toro que tenía un peligro sordo. Pinchó, saltando la espada al callejón. El animal acusó su falta de casta y se echó.

De bonitas hechura era «Tamboril» de Fuente Ymbro. Tuvo una salida fría, sin fijarse en el capote de Daniel Luque. Hizo cosas de mansitos en el caballo. Téllez firmó su carta de presentación por chicuelinas con mucha quietud, que remató con una media. El animal continuó sin emplearse. Raúl Caricol saludó tras dos pares extraordinarios. Por bajo se fajó con él de forma muy torera. A media altura, sin obligarle y en las cercanías, planteó las primeras tandas. Pronto se sintió podido e indicó el camino hacia toriles. Luque estuvo muy firme, dándole el toque preciso para provocar la embestida. El astado huyó a tablas y tuvo que coger la espada. Metió un espadazo con mucha facilidad, que precisó de un golpe de descabello.

Más largo el cárdeno quinto de Pallarés. No le gustó a Luque tras el primer encuentro, en el que echaba la cara arriba al final de cada lance. Tras el paso por el peto, mostró más fijeza y dejó de derrotar arriba. Llegó al último tercio sin definirse y haciendo cosas raras. El de Gerena fue buscándole las vueltas, a media altura e imprimiendo suavidad por el pitón derecho. Prosiguió en el intento con gran firmeza y quietud, aguantando miraditas. Mató de un estoconazo que cayó rodado.

Atacado de kilos y bajo fue el toro de Pallarés con el que se presentó en Andalucía Ángel Téllez. Se frenó su capote y optó por andarle hacía atrás para llevárselo a los medios en un inicio cargado de emoción. Empujó en el caballo por derecho «Decantando» con celo hasta que lo derribó. En el segundo envite, repitió la hazaña. Se encontró con un astado exigente con el que apostó desde el principio. La primera serie fue de uno a uno para cogerle el aire. La segunda, al natural. dejando entrever su sentido del temple. Más despacio fue la siguiente. Se relajó y en el pase de pecho el toro hizo por él. Se recompuso sin mirarse. Mostró mucha seguridad, toreando muy de verdad por ese pitón izquierdo. Una faena medida que no tuvo premio por la colocación de la espada.

«Escribiente» de Fuente Ymbro salió con un comportamiento extraño, llegando a desarmar a Ángel Téllez. Tras el paso por el caballo dio un cambio radical, tomando el capote rebosándose. Jesús Aguado cerró el tercio de banderillas con un par arriesgado. El toledano quiso que fuera adelante, pero el toro pasaba de forma irregular por ambos pitones, desluciendo su labor. No tardó en quererse rajar, por lo que se tuvo que ir a por la espada.