El temido encierro del domingo por la marea de corredores en la manga de Pamplona tuvo a los toros de La Palmosilla como protagonistas. Los astados gaditanos ‘volaron’ sobre el trazado navarro y entraron en los corrales del coso en 2 minutos y 29 segundos. Un encierro limpio, sin heridos por asta de toro, en el que los toros fueron envueltos por los mansos en la primera mitad, hasta que la caída de uno de los cabestros en Estafeta propició que la manada se disgregara y los astados tomaran el mando.
En este sentido, se puede hablar de un cuarto encierro dividido en dos mitades. Una primera mitad en la que hasta cuatro mansos tomaron la cabeza con los toros muy tapados en el cogollo central de la manada. Alcanzaron mucha velocidad los toros en estre tramo. Posiblemente la carrera más veloz en este tramo en lo que va de San Fermín.
Complicado para los mozos poder coger toro y resistir en la cara unos metros tanto en Santo Domingo como en el tramo del Ayuntamiento. Redujeron la velocidad coincidiendo con la llegada a la curva de acceso a Estafeta, donde los toros se abrieron y no cayeron como en los primeros encierros.
La caída de uno de los mansos que lideraban el grupo propició que cambiara el escenario del encierro. Se abrió el grupo y asumieron el mando tres toros de La Palmosilla. Se estiró la manada y el toro burraco apretó el paso. De este modo, el tremendo gentío de corredores pudo ocupar los huecos que se fueron generando entre astados y mansos.
Por detrás, uno de los dos toros negros quedó descolgado algunos metros, pero sin perder la estela de la manada. Hubo aquí, tanto en Estafeta como en la bajada de Telefónica, mayores golpes y caídas por esa masificación propia del domingo. Sin mayores problemas, los astados entraron a la plaza deteniendo el crono en 2 minutos y 29 segundos. El encierro más rápido de este 2022 en Pamplona.
