Las peñas de Pamplona están superando los límites este año. Esta tarde, en medio del jolgorio que se vive en los tendidos de sol, han lanzado una pelota de tamaño extra grande al ruedo mientras Alejandro Talavante iniciaba la faena al segundo de toro del festejo.
Este hecho no es aislado. Ayer cuando Jesús Enrique Colombo se perfilaba para entrar a matar, le lanzaron una botella de naranja de dos litros.
La plaza de toros de Pamplona es única en su idiosincrasia. Los tendidos teñidos de blanco, los cánticos continuos de las peñas, los manjares que disfrutan durante la merienda… Pero lo que ocurre en el ruedo es otra situación diferente. Es el rito y la solemnidad. La vida y la muerte en instante. ¿Dónde está la línea entre la fiesta y el respeto por los toreros que se juegan la vida?
A continuación, el vídeo de los hechos de hoy:
