Los meteorólogos le ponen nombre a las olas de frío, lluvia o anticiclones serios. Lo hacen además siguiendo un orden alfabético, de tal forma que la primera del año empieza con la letra a, la segunda por b y así, sucesivamente. Queda pues la R lejana en el tiempo este 2023, pero si a la que azotó ayer la plaza de Valencia, fría y con unas rachas de viento endiabladas, hubiera que bautizarla, la afición lo tendría claro y se saltaría la norma: Rufo.
El joven torero manchego entró de lleno en su corazón. El que escribe estas líneas hacía tiempo que no recordaba una ovación de despedida tan unánime, clamorosa y duradera. Hizo el paseo desmonterado como debutante que era, se fue a pie, no lo hizo a hombros porque pinchó al sexto, pero quedó claro que la tarde fue suya y que el público que llenó la plaza le ha cogido la matrícula. Eso, para los que no se hubieran enterado de los triunfos del año pasado de Madrid, Sevilla, Castellón, Francia…
Dos faenas diferentes las suyas. La primera aprovechando las bondades de un toro enclasado que sin aire podría haber sido de bandera y al que cortó la oreja. La segunda, con un astado que no se empleó nunca, fue puro fuego en el arranque con una serie de rodillas en redondo que ahí quedó para los restos. La manera de buscarle las vueltas después para cuajarlo y llegar a los tendidos fue de torero inteligente. Sólo el mal uso de los aceros privó a Tomás Rufo de ver la Calle Xàtiva desde las alturas del costalero atiborrada de gente en la noche más grande de las Fallas, como ya había visto Alcalá y Triana al fondo la temporada anterior.
Jandilla lidió una corrida bien presentada, muy pareja, ese es el toro de Valencia, de ahí si quieren para arriba, que se desinfló en su parte final y contó con dos toros de nota muy alta, segundo y tercero. El primero de ellos por bravo e importante y el otro por su excelsa calidad.
Le cortó la oreja José María Manzanares a ese bravo “Tirano” en medio de una ventolera como dificultad añadida a la exigencia de su embestida. Buen nivel del alicantino, que hizo un serio esfuerzo con el informal quinto y con el que, noticia, pegó un sainete importante con la espada.
Encabezaba la terna Julián López “El Juli”. Día duro para él por su estrecha vinculación con la familia Ruiz. El madrileño lució crespón y capote de paseo negros en señal de duelo. Inédito con su primero brindado al cielo, muy sangrado en varas, su faena al cuarto fue pura maestría. Por la manera de torear con media muleta y por el arrimón que se pegó cual chaval que quiere abrirse paso en esta bendita locura llamada toreo.
Tarde en definitiva con muchos matices, rica en contenido y con frío, mucho frío. La gente la recordará como la tarde del frío de la presentación de Tomás Rufo y así se la contamos toro a toro en TORETEATE:
Sexto toro:
Cerró plaza un toro muy serio que no descolgó nunca. Con él, Tomás Rufo fue pura entrega, desde el recibo con una larga cambiada, en el quite… pero donde de verdad crujió la plaza fue en un inicio de faena de rodillas en redondo, con dos derechazos totalmente roto y entregado, pasándose al de Jandilla por la misma barriga y llevando la embestida hasta el final. La gente en pie. Tremendo.
A partir de ese momento, el joven manchego puso todo lo que faltaba a un animal que tuvo mejores inicios que finales y al que si mata de primeras le corta la oreja con toda justicia. La ovación final en el tercio que le tributó la afición valenciana fue de las que se recuerda mucho tiempo.
Quinto toro:
Muy incierto de salida el toro que completaba el lote de Manzanares, que apretó mucho hacia dentro en banderillas. Mantuvo la tónica en la faena de muleta, con su informalidad, sin fijeza y con la dificultad de no ir nunca metido en los chismes. Serio esfuerzo del torero alicantino, que incluso le robó una tanda de naturales. Acabó rajado el animal y esta vez la tizona no viajó certera. De hecho, Josemari pegó un serio sainete y a punto estuvo de sonar el tercer aviso.
Cuarto toro:
El primer toro de capa negra de la corrida fue el cuarto. Más altón que sus hermanos, embistió con brío de salida y Juli lo paró con suficiencia con el capote, abrochando el recibo con una media verónica superior. No acabó el toro de emplearse en la lidia de José María Soler.
El madrileño lo vio y el inicio de trasteo fue por abajo, en redondo y siempre por el pitón derecho, para obligarle a descolgar. Costoso el toro, por lo medido de su arrancada, Juli se pegó con él un soberano arrimón. Primero con la exactitud de torearlo muy en corto con media muleta para aprovechar su media embestida. Y un final encunado entre los pitones propio del que no tiene más contrato que el de hoy y necesita arrear. En maestro siempre, el pinchazo previo a la estocada le privó de tocar pelo.
Tercer toro:
Tomás Rufo le endilgó al tercero un bonito recibo capotero. Primero a la verónica y después por delantales, que además de lucidos, sirvieron para defenderse del viento. Fue este un toro de menos volumen pero con trapío, con el que brilló la cuadrilla, tanto en la lidia como con los palos.
Se fue el torero de Toledo a los medios, vista la buena clase del toro y sin darle importancia a la furia de Eolo. Las dos primeras tandas resultaron muy logradas, con Rufo toreando largo y templado. Una al natural, menos vistosa, pero cerrada con un pase de pecho monumental. Pero lo mejor de la faena de Tomás llegó al final, ya en el tercio, donde toreó más despacio y más reunido, siempre colocado entre los pitones, muy de verdad. De almíbar las embestidas del Jandilla, otro toro de nota alta. Estocada casi entera y una oreja bien ganada.
Segundo toro:
La bella estampa del segundo, de pelo melocotón, mantuvo el nivel de la presentación. Se estiró Manzanares a la verónica y justo en ese momento una molestísima racha de viento a punto estuvo de provocar un percance. Rufo se hizo presente en el quite por chicuelinas y una torera larga cordobesa.
Josemari se fue a los terrenos de sol buscando el refugio del vendaval, donde aún así revoloteaban los papelillos. El inicio de faena fue precioso, por abajo y de dominio absoluto. Buen toro de Jandilla, embistiendo con codicia e importancia. Manzanares estuvo hecho un tío con él, por la dificultad que entrañaba someter la bravura de “Tirano”, pero sobre todo porque el viento molestó una barbaridad toda la faena. Por el derecho, tres tandas de nota. Una al natural, menos lucida pero de apuesta. Con la espada, el cañonazo habitual, pelín caído. Oreja.
Primer toro:
Un hermoso toro castaño abrió plaza. Sin exageraciones, bien comido, podría pasar perfectamente como el tipo de toro ideal para esta plaza. O ese sería el listón. El Juli, que lució capote de paseo negro y crespón en el brazo izquierdo en señal de duelo por su amigo Daniel Ruiz, fallecido la pasada madrugada, lo lidió con precisión suiza. Quitó por chicuelinas y en varas un segundo puyazo muy largo le hizo demasiado daño.
Al cielo el brindis de Julián. Muy parado, agarrado al piso y defendiéndose el toro de Jandilla, se puso con él el torero de Velilla por ambos pitones, pero el lucimiento resultó imposible.
Plaza de toros de Valencia
. Octava de la Feria de Fallas. Casi lleno. Toros de Jandilla, bien presentados, muy parejos, de juego variado. Aplomado el 1º, que sangró mucho en varas, bravo e importante el 2º, de clase superior el 3º, sin acabar de emplearse el 4º, deslucido e incierto el 5º, que se acabó rajando, manejable sin descolgar nunca el 6º.
Julián López «El Juli» (de corinto y oro), silencio y ovación con saludos tras aviso.
José María Manzanares (de berenjena y oro), oreja y silencio tras dos avisos.
Tomás Rufo (de tabaco y oro), oreja tras aviso y gran ovación con saludos.
Incidencias: Tarde muy fría en la que el viento molestó una barbaridad. Al finalizar el paseíllo, se guardó un minuto de silencio en memoria del ganadero Daniel Ruiz Yagüe, fallecido la pasada madrugada. El Juli lució capote de paseo negro en señal de duelo por el amigo fallecido.
Se desmonteraron Sergio Blasco y Fernando Sánchez tras parear al tercero y Andrés Revuelta en el sexto.
