spot_img
spot_img

Un guinde a la desnuda verdad de Ureña y el honor salvado de Juan Pedro sobre la bocina

El frío y la falta de reparto institucional de entradas nos devolvieron a la realidad del interés que genera en Valencia y en Fallas un cartel como el de hoy. Poco más de un tercio de plaza al reclamo de dos chavales con el aval del triunfo en Madrid y de un veterano merecedor de acartelarse en la feria dos tardes, como también era digno de un mayor remate en al menos uno de ellos.

En chiqueros, una ganadería contestada por muchos: Juan Pedro Domecq. El examen de la presentación, altamente superado. En cuanto a la nota, salvó el honor sobre la misma bocina. Quinto y sexto embistieron. Y el segundo tuvo clase pero muy poco fondo.

Paco Ureña tuvo que parar hasta tres toros en su segundo turno. El titular de la divisa sevillana se devolvió a corrales de manera surrealista. El de Lorca toreó con toda su verdad, hondura y sentimiento a un segundo sobrero de Montalvo, alto como un caballo, pero que embistió muy bien. Al carajo el cuento de las hechuras… Sobre la mano izquierda, el desgarro de sus muletazos y la suerte cargada siempre en el primer embroque, quedarán como uno de los hitos del ciclo. La estocada, tres dedos baja pero fulminante. Y el palco que dijo que nones, que la segunda oreja es suya y que se la guarda. Un guinde en toda regla. Sobre todo porque la darán en días venideros con bastantes menos méritos que los del murciano. Al tiempo.

Francisco de Manuel le dio fiesta al buen sexto con recursos y momentos de buen toreo para no irse de vacío. Por su parte, Ángel Téllez tuvo toros para mucho más de lo que arrojó el balance de su tarde. Esta vez, el veterano le ganó la partida a los noveles por la vía de la hondura.

Así les hemos contado la tarde en TORETEATE toro a toro:

Zozobra‘, que no sirva el nombre como mal augurio, embistió con codicia de salida en el percal de Ureña, que lo toreó con pulso a la verónica pese a las rachas de viento que molestaron, ya frescas, para devolvernos a la realidad de la climatología fallera. El de Juan Pedro mantuvo el nivel en el quite de Téllez y en un tercio de banderillas en el que destacó Agustín de Espartinas con los palos.

 

Brindó el torero de Lorca al respetable y el inicio por estatuarios no fue el más lucido. El de la divisa sevillana, con su puntito de genio, pesó en la muleta. De la embestida franca cuando no punteaba los engaños, pasaba acto seguido a tomarlos con informalidad. No pudo ligar una faena compacta Ureña, que se puso siempre con él como si fuera bueno. Mató de pinchazo y media estocada atravesada que bastó.

El segundo de la función se pegó dos costalazos y sangró mucho en una segunda vara que le hizo daño. Cuando se cambiaba el tercio para la faena de muleta, solo había apuntada una templada media de Francisco de Manuel en el quite y un gran par de banderillas de Juan Navazo. De un burladero de sombra se destapaba con timidez José Pacheco “El Califa” para recibir el brindis de Ángel Téllez.

El toledano sabe torear. Patente quedó en varias fases de una faena ayuna de guión pero que tuvo cosas francamente buenas. El de Juan Pedro embistió dos veces de categoría por el lado izquierdo en la primera tanda, pero no se llegó a entender por ahí Téllez con él, que mejoró el nivel sobre la mano derecha, en los pases de pecho a la hombrera contraria y en un final que tuvo personalidad y gusto. Se le fue la mano abajo con la espada y fue cariñosamente ovacionado.

Una pintura fue el tercero. Con su acodada seriedad y una vuelta del pitón que le dotaban de un trapío intachable. Francisco de Manuel anduvo resuelto con el capote y Paco Ureña se hizo presente en un quite por gaoneras que quedó deslucido al perder el capote en el remate por arriba que quiso ejecutar a una mano. Daniel Duarte, tan presto a meter la cuchara antes de que eso sucediera, como parsimonioso posteriormente en la brega, se llevó la reprobación del murciano.

El toro duró dos tandas, para acto seguido desfondarse. La casta, ni asomarse. De Manuel, que había estado bien en esos compases iniciales, se pasó de faena después y el toro no le ayudó a la hora de matar.

El palco aguantó en el ruedo al precioso colorado que hacía cuarto, que salió picado de chiqueros, hasta el último par de banderillas y justo cuando llevaba dos capotazos sin caerse y parecía recuperarse. Memorable. El sobrero, de Montalvo, se había quedado fuera de la corrida del domingo a última hora, ocupando su lugar aquel día un hermano que fue manso de solemnidad. Nunca sabremos si lo hubiera mejorado, ya que salió descordado del primer encuentro con el piquero y los bueyes de Florito lo devolvieron a corrales con la diligencia habitual.

El cuarto tris, alto como un campanario, estaba sin ver hasta el inicio de faena de Ureña, poderoso y por abajo. Encomiable la moral de un torero que se puso a torear al natural como los ángeles. Roto, vaciando el muletazo detrás de la cadera, abrochando las series con enormes pases de pecho e iniciándolas con la verdad de quien carga la suerte siempre. Las dos tandas finales, sin ayuda por ambos pitones, pusieron la plaza en pie. Emocionante el reencuentro con una afición que le quiere. El palco debió agarrarse a que el estoconazo cayera tres dedos bajo para no conceder la segunda oreja, que se pidió con mucha fuerza.

Sin ser un dechado de bravura, el quinto salvó el honor de la divisa sevillana. De Manuel no perdonó su quite por gaoneras y la faena de Ángel Téllez fue larga, con algún pasaje de entidad, pero le faltó rotundidad. Iba y venía el de Juan Pedro, sin acabar de humillar del todo, y el joven diestro manchego dejó con él lo mejor sobre la mano derecha. La espada se fue a los bajos y tras una tímida petición, dio la vuelta al ruedo.

Cerró plaza un toro más lavado que el resto de la corrida, menos hecho que sus hermanos. Sin demasiada historia los primeros tercios de la lidia, el inicio de faena de Francisco de Manuel, genuflexo, abriéndole los caminos siempre sobre el pitón diestro, resultó clave.

Ya en el toreo fundamental, De Manuel corrió la mano con donosura y buen trazo. Una tanda de mano más baja fue especialmente buena. Garbo, frescura y listeza en los remates para aprovechar las inercias de un toro que venía a rescatar del todo el naufragio de la divisa titular. Volvió a pasarse de faena, pero a este lo cazó de primeras y por arriba. Se pidió con fuerza la oreja que fue concedida.

RESEÑA

hierro juan pedro domecq

Plaza de toros de ValenciaEspaña. Quinta de la Feria de Fallas. Un tercio de entrada. Toros de Juan Pedro Domecq, bien presentados, de muy pobre juego los tres primeros, manejable el 5º y bueno el 6º. Dos sobreros de Montalvo (4º bis y tris), el segundo de ellos, de caballunas hechuras, de gran juego en la muleta.

Paco Ureña (de rosa y oro), ovación con saludos y oreja con fuerte petición de la segunda.

Ángel Téllez (de sangre de toro y oro), ovación con saludos y vuelta al ruedo tras tímida petición.

Francisco de Manuel (de grana y oro), silencio y oreja.

Incidencias: Tarde fría en la que molestó el viento en varias fases de la lidia. Entre las cuadrillas, saludó Juan Navazo tras parear al segundo.

 

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img

RELACIONADO

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img