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Guillermo brilla en el regreso del padre

Hacía 23 años que Pablo Hermoso de Mendoza no toreaba en Fallas. Las extensas campañas americanas del navarro, especialmente en México donde es capitán general, demoraban su regreso a Europa hasta bien entrado el mes de abril. Eso y una pandemia de por medio motivaron que hiciera el paseíllo un 19 de marzo en Valencia casi un cuarto de siglo después.

 

Para redebutar en el coso de Monléon eligió una chaquetilla gris perla y azabache y a Lea Vicens y su hijo Guillermo, su mejor legado, como compañeros de cartel. A su primer toro lo paró de fábula montando a ‘Alquimista‘, dejando dos rejones de castigo en el sitio. En banderillas, a lomos de ‘Talento‘, acusó el buen toro de Bohórquez el doble rejón y se paró pronto. El caballero navarro clavó con él hasta cuatro banderillas, no pudiendo brillar en el toreo a dos pistas. Falló con el de muerte montando a ‘Justiciero’ y su actuación fue silenciada.

Al segundo lo recibió Lea Vicens montando a ‘Guitarra’. Buena la doma y un único rejón de castigo. Con ‘Bético‘ llegó muchísimo a los tendidos, exponiendo y clavando arriba. Lo más emocionante llegaría en un quiebro en la misma puerta grande a lomos de ‘Diamante‘. Una rosa montando a ‘Deseado‘ y un rejón de muerte infame con ‘Espontáneo‘ no fue óbice para que le pidieran la oreja, que fue concedida.

Quizá pensando en el respeto al maestro, que no es otro que su padre, Guillermo Hermoso vistió de corto de manera impecable. Paró a su primero, el astado más deslucido de salida hasta ese momento, con ‘Martincho‘, con más voluntad que acierto. Con ‘Berlín’, pedazo de caballo ese, mejoró el nivel en banderillas, llevando al de Bohórquez cosido a la grupa y toreando por ambos pitones a modo de sutil abaniqueo. Con ‘Ilusión‘ acabó de conquistar al público, llegando mucho al toro y esta vez dándole el pecho con templanza. Las cortas, con ‘Esencial‘, coronadas con un brillante par a dos manos, precedieron a un pinchazo y un rejonazo corto que bastaron. Oreja.

Pablo paró al cuarto con Regaliz y esta vez sí midió el castigo. Las piruetas en la cara con Malbec fueron muy jaleadas, pero lo que de verdad tuvo peso fue su manera de clavar, siempre en el sitio y sin ninguna alharaca ni gesto de cara a la galería. Basajaun (qué añoranza de aquellos nombres de toreros de leyenda de los caballos) y Corsario, para las cortas y un efectivo rejonazo final, fueron la guinda para que el caballero de Estella no se fuera de vacío en su regreso.

El quinto, muy desentendido hasta que sintió el hierro, embistió como un tren y por abajo en el capote del auxiliador de Lea. Lo había parado con Cleopatra y en banderillas con Diluvio y Bético de nuevo, puso hasta seis palos con desigual tino. Las cortas montando a Fermín como previo a un rejonazo trasero tras el que paseó un nuevo trofeo concedido in extremis por el palco y con una petición que no fue ni mucho menos grandiosa.

Cerró la matinal otro buen toro de la divisa jerezana, este con motor y un franco galope. El joven Hermoso puso banderillas con precioso caballo tordo en fase blanca de nombre Ecuador, dos de ellas extraordinarias, llegándole mucho y batiendo al pitón contrario en el último instante. Un par como colofón a dos manos fue de lo más celebrado del festejo y, por fin, un rejón de muerte en el sitio para acabar cortando dos orejas y convertirse en el gran triunfador de una corrida que finalizaba coincidiendo con el estruendo de la última mascletá de las Fallas 2023.

RESEÑA

Plaza de toros de ValenciaEspaña. Penúltima de la Feria de Fallas. Dos tercios de plaza en una mañana espléndida y soleada. Toros de Fermín Bohórquez, bien presentados y de buen juego en líneas generales.

Pablo Hermoso de Mendoza, silencio y oreja.

Lea Vicens , oreja y oreja.

Guillermo Hermoso de Mendoza, oreja y dos orejas.

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