Al carajo, con perdón, el dicho de que segundas partes nunca fueron buenas. Tras una primera mitad de festejo en la que lo más celebrado fue el terremoto de la mascletà que se disparaba durante la lidia del tercero en la cercana Plaza del Ayuntamiento y las dianas floreadas a cargo de El Soro tras los brindis de rigor, bastó con que Fuente Ymbro, que lidió una corrida en el punto exacto de lo que debe ser el toro de Valencia, elevara el nivel de la bravura para que se vieran cosas.
Jesús Duque le cortó una oreja al jabonero cuarto, que se movió con alegría y buen son. El arrojo del torero de Requena para hacerle frente y sobreponerse a una brutal voltereta, bastó para que la gente y el palco se olvidaran del feo bajonazo que dio paso a la estocada, ya desmadejado y con el alma rota. Se escapó de milagro de la cornada y se agarró al trofeo emocionado.
El quinto, por clase, ritmo y recorrido en la embestida, fue extraordinario. Álvaro Lorenzo, que anduvo a medio gas y sin celo con el buen segundo, se animó con este, al que cortó la oreja, dejando una faena presidida por el temple y los tiempos precisos entre tanda y tanda.
Sin tocar pelo, el toreo de mayor entidad del festejo llevó la firma de Ángel Téllez. Su toreo de capa al segundo, una larga cordobesa al sexto que sigue durando, los naturales a pies juntos a este mismo toro o la manera de arrimarse para torear bien, quedaron anotados y dignos de mención.
El encierro de la divisa gaditana, salvo el más pegajoso primero, sirvió y mucho. Cierto es que hubo toros a los que faltó fondo, como lo es que varios de ellos fueron excesivamente castigados en varas, pero en líneas generales resultó muy toreable. La movilidad del cuarto, la calidad del quinto y la clase del segundo fueron las cimas.
Para rematar, un apunte. El sábado de feria volvimos a la realidad del cemento y el poco ambiente. Una pena. Lo acontecido en la víspera debe servir de faro y guía para programar en 2023. Eso, más la promoción, la vuelta de tuerca a los horarios, con este calor no hay quien arrastre a la gente de la playa para sentarse en una piedra, deben ser los cimientos para recuperar el esplendor.
Así les habíamos contado esta tarde toro a toro lo acontecido en el festejo:
Primer toro:
Abrió plaza un toro muy astifino, bizco del pitón izquierdo. Jesús Duque lo recibió con una larga cambiada en el tercio y lanceó con decisión. Se hizo presente Álvaro Lorenzo en un breve quite y brindó el de Requena al cielo en memoria de su madre, a la que guardó riguroso luto con un terno negro y azabache. Principió su faena en los medios con el pase cambiado por la espalda. No fue el toro ideal del de Fuente Ymbro para alguien que torea tan poco, con su puntito de casta y reponiendo entre muletazo y muletazo. El tesón y la voluntad de Duque fueron la nota destacada de un trasteo que cerró por manoletinas. Tras matar de una estocada pelín caída al segundo intento, saludó una cariñosa ovación de la afición valenciana.
Segundo toro:
Con la cara colocada y expresión de bravo el segundo, un tacazo de impecable trapío, 508 kilos rezaba la tablilla, para ratificar que el peso no otorga la seriedad cuando hablamos del toro de lidia. Lo recibió Álvaro Lorenzo con buen gusto a la verónica y remató soltando el capote a una mano. Humilló el de Gallardo en banderillas y se desmonteraron Curro Javier y Alberto Zayas tras parear bien de verdad. Brindó a la parroquia Lorenzo, muy escasa por cierto para devolvernos así a la cruda realidad del momento que atraviesa la Fira. Sin dudarlo se echó de rodillas para iniciar su faena de esa guisa con muletazos por alto abrochados con un pase de pecho. Noble y franco el toro de Gallardo, de lío gordo con un pelín más de fuerza, el diestro toledano lo toreó bien pero sin continuidad. Firme la parte final de su labor muy metido entre los pitones, bastó media estocada al segundo intento para acabar con él.
Tercer toro:
Ángel Téllez toreó a la verónica de cine a su primero. Encajado, con el mentón hundido en el pecho y toreando con todo el cuerpo, cerrando con una media de cartel, como de cartel fue también la del posterior quite. Fue este fuenteymbro otro toro muy serio, estrecho de sienes pero muy astifino, que empujó con de bravo en el primer puyazo, que duró una eternidad. Una mascletá atronó la plaza en el tercio de banderillas, no por lo que aquí sucedía, sino porque se disparó muy cerca, en la plaza del Ayuntamiento. Brindó Téllez a El Soro, presente en la meseta de toriles y se arrancó Vicente con la diana floreada para devolver el gesto. La diana y la mascletà fueron lo más celebrado hasta la merienda, dando a entender que en el ruedo hasta ese momento había sucedido demasiado poco. La faena de Téllez, iniciada con una primera tanda citando en la distancia que fue un espejismo, tuvo otra más por el pitón diestro estimable. Nada más. El de Fuente Ymbro, quizá demasiado castigado en varas, echó la persiana en la tercera serie. Lo despenó el toledano de una estocada delantera para acabar saludando una ovación.
Cuarto toro:
Ovacionado de salida el jabonero que asomó por toriles tras la merienda. Cumplió en varas y en las telas de Duque en el recibo y en las chicuelinas de Lorenzo en el quite. Otro brindis a El Soro y otra diana floreada… como prólogo de una faena en la que el astado de la divisa gaditana se arrancó de lejos y con alegría en las tres primeras series. Buen toro, con el que Duque dio la cara con gallardía. Con la gente metida en harina, cobró el valenciano una espantosa voltereta, se perdió el pitón en la taleguilla en el muslo derecho y por ahí lo colgó durante varios segundos que parecieron una eternidad. Milagrosamente, no le metió el pitón y tras el percance, muy aturdido y maltrecho también de un golpe en la cabeza, entró a matar cobrando una estocada al segundo intento. La gente pidió para él la oreja que fue concedida. Tras pasearla, pasó a la enfermería cojeando ostensiblemente por una probable lesión en la rodilla derecha.
Quinto toro:
Tras el susto de lo vivido con Jesús Duque en el cuarto, los primeros tercios de la lidia al quinto transcurrieron sin historia. Tras la lección de Curro Javier en la brega, ¡oh sorpresa! otro brindis a El Soro y diana al canto. El arranque de faena de Álvaro Lorenzo, por abajo y con autoridad pero buen trato, fue muy bueno. Buen toro este, por calidad y ritmo, el mejor del envío hasta ese momento. Se explayó con él Lorenzo, con temple y mano baja sobre la mano diestra. Si fue bueno el de Gallardo, que hasta le perdonó la voltereta con nobleza tras arrollarle con las patas traseras en un pase de pecho y quedando el torero a merced en el suelo en la cara del animal. Duró mucho «Manirroto», que así se llamaba el burel, con un Lorenzo que le daba las pausas y tiempos justos para volver a atacar, templar y mandar. Una última serie que seguramente estuvo de más, antes de las luquecinas finales y media estocada que sirvió. Oreja.
Sexto toro:
La larga cordobesa con la que abrochó Téllez su quite al castaño sexto fue un calambrazo. Por despaciosa, templada y llevar la embestida hasta el final. Y lo cantó la gente, que suele cantar el bien torear. Antes, Marcial Rodríguez se había agarrado con él en varas salvando el derribo y picando arriba. El inicio de faena de Téllez, sin probaturas a pies juntos y sobre la mano izquierda, fue una belleza. No tenía mala condición un toro al que sin embargo faltó fondo. Perseveró con él el torero de Mora, mostrando personalidad y dejando muletazos de buen trazo. El final del trasteo, en cercanías por la condición del toro, fue de torero valiente. El fallo a espadas dejó su premio en una ovación.
Plaza de toros de Valencia . Tercera corrida de abono de la Feria de Julio. Toros de Fuente Ymbro, bien presentados. De variado juego. Destacaron la boyantía del 4º y la clase y la calidad del 5º. Encastado y más correoso el 1º, nobles pero a menos el 2º, el 3º y el 6º.
Jesús Duque (de negro y azabache): ovación con saludos tras ligera petición y oreja tras aviso.
Álvaro Lorenzo (de teja y oro): ovación con saludos y oreja tras aviso.
Ángel Téllez (de tabaco y oro): ovación con saludos y palmas tras aviso.
Incidencias: un cuarto de plaza en tarde de mucho calor. Se desmonteraron Curro Javier y Alberto Zayas tras parear al segundo. El mismo Curro Javier destacó en la brega al quinto, en el que saludaron de nuevo Zayas y Andrés Revuelta. Ovacionado Marcial Rodríguez tras picar al sexto. Tras romperse el paseíllo, se hizo entrega de una placa en reconocimiento a José Gaspar, que durante más de treinta años ejerció de alguacilillo de la plaza.