Gran nivel de Antonio Grande, Cornada para Manuel Perera y gran novillada del Freixo
Primera y única novillada en el Palacio de Vistalegre, con el hierro del Freixo, propiedad de El Juli. De categoría el encierro que ha tenido clase, bravura y nobleza, y que ha servido para ver la dimensión de los jóvenes coletas que ilusionan por su concepto. Tienen ganas de llegar a los más alto del escalafón superior.
Abría la tarde Antonio Grande, de Salamanca, y lo hizo mostrando sus cartas en los primeros compases de recibo rodilla en tierra. Después, cadencia y garra en las verónicas que conectaron rápido con el público. En la muleta el animal fue a más y también lo hizo el coleta que no iba a dejar nada en el tintero. Buen toreo de manos bajas que alcanzó su máxima al natural. Oreja con petición de la segunda.
En su segundo, el torero salmantino, salió con la misma disposición que demostró en el anterior. Grandes tandas en redondo con la muleta, bajando la mano y colocándose muy bien en todo momento. Por el pitón izquierdo bajo la intensidad de la faena, algunos muletazos sueltos de un novillero que, como todos, tienen sus defectos, pero dejando detalles del concepto y las ganas de querer se alguien en el toreo.
En el que mató por el compañero herido, Antonio Grande demostró ganas ante el astado que menos se dejó en la tarde.
Lo de Tomás Rufo huele a torero importante. Sabe lo que es triunfar en Madrid. Incluso tenía fecha de alternativa, pero esta maldita pandemia se llevó la ilusión de pasar al escalafón superior de un novillero que sabe torear, que tiene temple valor y calidad. Así lo demostró con el primero de su lote, al que toreo muy templado destacando por el pitón izquierdo con naturales profundos. Le tocó en suerte un buen novillo con clase, al que entendió a la perfección. Faena bien estructurada con el gusto de un torero de paso firme que pide a gritos su paso a matador.
En su segundo de su lote, el toledano demostró la clase que atesora, mueve el capote con soltura, claridad y, sobre todo, con mucho gusto. Verónicas templadas y buena media adaptándose a la templada embestida que atesoraba su antagonista. Brindó dejando su montera en la puerta de la enfermería por su compañero herido. Clase y mucha personalidad para comenzar el último tercio. Templados muletazos de mucha cadencia, ritmo y figura natural y erguida. Lío gordo por el pitón derecho de Tomás Rufo toreando en redondo. Ya con la mano izquierda, ligó los muletazos con un temple inusual, que paraba las agujas de un reloj con clase y categoría. Gran estocada y dos orejas.
Manuel Perera, el novillero extremeño, salió con las ganas propias de su escalafón. Sabía que la tarde podría ser importante. Recibió a su primero de manera distinta y atrevida, capote a la espalda y después saltilleras. El torero extremeño, con menos oficio que sus compañeros de cartel, se entregó con la muleta desde el inicio. Comenzó rodilla en tierra para después torear con manos bajas y alargar el trazo del muletazo para llevar embebidas las embestidas. Faena larga que terminó metiéndose entre los pitones de su antagonista hasta el punto de que este le tocaba la taleguilla. A la hora de entrar a matar se tiró con muchas ganas dejando enterrado el acero, pero siendo enganchado por el abdomen. Fue trasladado rápidamente a la enfermería para ser operado.
Gran novillada la vivida en Vistalegre con tres novilleros que ilusionan, ahora lo que hace falta es que el público salga del letargo y vuelva a las plazas para ver torear a los que son el futuro de la fiesta, una fiesta que también debe estar más pendiente de escalafón de novillero. Sin futuro, no hay fiesta y eso que hay mimbres para ilusionar.
Destacaron en banderillas Javier Valdeoro y Antonio Vázquez de la cuadrilla de Manuel Perera que se desmonteraron, así como, Lolo Zamorano y Fernando Sánchez de la cuadrilla de Tomás Rufo.
Incidencias: durante el desarrollo del festejo en el tercer novillo de la tarde fue atendido el novillero Manuel Perera Matos, de 19 años de edad, que presenta una herida por cuerno de toro en fosa ilíaca izquierda con un trayecto ascendente y hacia afuera de unos 30cm que desgarran musculatura de pared abdominal; otro trayecto hacia arriba y adentro que penetra en cavidad periotoneal con evisceración de asas intestinales y arrancamiento de epiplón alcanzando una extensión de 40 cm. Pronóstico muy grave.
Javier Bocanegra