Sexto toro:
Al último, negro mulato bajo y armónico, lo paró Rufo a pies juntos. Hubo gusto y despaciosidad. Fue un toro importante, con virtudes de nota como la prontitud, la fijeza, el ritmo y una profundidad que permitió al talaverano torearlo a placer. Destacó el toreo al natural y los largos pases de pecho, de pitón a rabo. No obstante, esta vez, la tizona estuvo roma y Rufo solo dio la vuelta al ruedo. El de García Jiménez fue ovacionado en el arrastre.
Quinto toro:
El quinto bajaba un peldaño en presencia con sus hermanos de envío y, además, tampoco luego su comportamiento disipó las dudas. Fue un animal remiso a la embestida, tardo y al que faltaron finales. Su media embestida no permitió que la faena de Talavante tomara vuelo y fue silenciado.
Cuarto toro:
En cuarto lugar, salió el primer sobrero, de Alcurrucén, que salió a su aire y abanto, fiel a su origen Núñez, pero que después rompió en la muleta de Morante, que comenzó sin probaturas toreando con la zurda. Antes, el cigarrero se había hecho ovacionar en un torerísimo quite por añejas chicuelinas que rubricó con una serpentina marca de la casa. Fue acortando las distancias Morante que le echó los vuelos de la franela con dulzura para coser las encaladas embestidas del animal. Con sello propio, esas trincheras y adornos con los que salió de la cara del toro al final de cada serie. Sin embargo, marró dos veces con la espada y todo quedó en una cálida ovación desde el tercio.
Tercer toro:
El tercero, a pesar de estar medido de motor, permitió un brioso saludo a la verónica de Tomás Rufo en su presentación como matador de toros en la Ciudad Imperial. Una lástima que el de Olga Jiménez, con el que se lució Fernando Sánchez en banderillas, quisiera mas que pudiera, porque su clase estuvo reñida con esa falta de fuerza y poder. Rufo logró sujetarlo y, a base de temple, echando los vuelos con suavidad, sin apenas toques, logró ligar un trasteo basado en el toreo en redondo. Finalizó por luquecinas y la estocada viajó certera para asegurar un trofeo.
Segundo toro:
Bajo y bien hecho, el segundo fue un animal que tuvo movilidad, aunque le faltó entrega en las telas. Talavante lo recibió a la verónica y luego supo aprovechar la bondad del animal, especialmente, por el pitón derecho. Con la zurda, fue más complicado ligarle y, de uno en uno, logró arañar algunos naturales de buen trazo. El epílogo por manoletinas terminó de calentar al tendido que, tras un espadas, solicitó la oreja, que el palco otorgó.
Primer toro:
El primero mostró una evidente descoordinación y, por ello, Morante corrió turno para que saliera un colorado tan noble como soso. Con él, la figura sevillana poco pudo hacer. Lo probó por ambos pitones y, en vista de su falta de clase y escaso recorrido, optó por tomar la espada.
Plaza de toros de Toledo . Primera de la Feria del Corpus. Dos tercios de entrada. Toros de Hermanos García Jiménez, Olga Jiménez (3º) y un sobrero de Alcurrucén (4º, tras correr turno en el primero), justitos de presentación. Apagado el 1º bis, a menos la calidad del 2º, desclasado el 3º, encastado y humillador el 4º (mejor presentado que los del hierro titular), descastado el parado 5º y un 6º con obediencia y movilidad.
Morante de la Puebla, (de espuma de mar y azabache), silencio y fuerte ovación.
Alejandro Talavante, (de marino y oro), oreja y silencio.
Tomás Rufo, (de sangre de toro y oro), oreja y vuelta al ruedo.
Incidencias: José Antonio Carretero y Fernando Sánchez saludaron al parear al 3º.