El Juli y Manuel Perera pierden la oreja por la espada.
Primer toro:
Sin turbarse, de rodillas, desplegó su capote a la verónica Manuel Perera a Barbacana, Nº46, toro de su alternativa. Algo acelerados ambos toro y torero de salidas, pero firmes verónicas del extremeño. En el caballo, el burel entró desde medias distancias peleando discretamente. Tercio de banderillas correcto, bien hecho. Llega el momento de la ceremonia, con Morante por padrino y El Juli como testigo del doctorado. Brindó al público de Sevilla, para ponerse de nuevo de rodillas en el inicio de muleta. Faena corta, sin acople, a un animal que se volvió en dos patas sin dejar de moverse. No se vio a Perera. Tuvo que entrar a matar sin tardanza, pinchando primero y poniendo media estocada después. Ovación.
Segundo toro:
Al bonito segundo intentó recibir Morante a la verónica, sentándole un par de ellas de categoría, pero sin más opción al no tomar el toro el capote suficientemente. Demasiada vara vio el Torrestrella, tomándola hasta tres veces. Banderillas sin más. Ni cambia al estoque simulado en la devolución de trastos. Machetea brevemente y entra a matar, dos pinchazos y dentro a la mitad. Aviso. Varios descabellos, y pitos.
Tercer toro:
Pintura de toro el tercero. Bajas las manos del capote de El Juli en su breve recibo por verónicas. Buen trato en varas, entre las cuales Juli dejó un lucido quite por chicuelinas, rematando con una despaciosa media que llegó a los tendidos. Bien el toro en garapullos, que se movió. Mal comenzó a andar en la franela el astado burraco, perdiendo las manos estrepitosamente cuando lo hizo. Con sudor y paciencia, el torero de San Blas lo va despertando hasta meterlo en vereda, exprimiéndole los embestires, haciendo sonar a Tejera. Meritoria labor, a la par que sabrosa por la enjundia de los lances. Coloca a su manera media estocada algo baja, que le obliga a rematar con el verduguillo. Leve petición insatisfecha. Ovación con saludos.
Cuarto toro:
Veloz de salida fue el badanudo y serio cuarto, al cual Morante lanceó por ambas agujas sin estirarse. Excesivo apretón en varas, mal trato, lo que unido a las manos bajas (plenamente conscientes) destrozaron al toro, que quedó inválido. Prefería al sobrero Morante, y no tardó en conseguirlo.
En lugar del que hacía cuarto en principio, salió un sobrero de Garcigrande, con divisa mal puesta, como si fuera la de Núñez del Cuvillo. Desorden en el recibo, en el que el toro apretó sin traba. No estuvo muy presente Morante en su lidia más allá de ponerlo en la segunda entrada al caballo tras tomar el morlaco un puyazo del que guardaba la puerta. Caos en banderillas, pero el Garcigrande apunta maneras al embestir en los capotes. Morante espera al burel apoyado en tablas hasta que se lo traen desde la misma Puebla, y una vez que se lo traen comienza el delirio. Por primera vez el público está que se cae de la borrachera y no por culpa del alcohol. Torear a un toro. Un tranco esplendoroso se encuentra con el prodigio en las manos de José Antonio Morante de la Puebla, que torea sobre la cintura, las muñecas, reduciendo la bestialidad magnánima al arte más profundo. Nada más que añadir. La espada entra caída, delantera y a la mitad. Pero a Sevilla le da lo mismo. Dos orejas.
Quinto toro:
Como un disparo salió el quinto, que se volteó a sí mismo sobre el albero. Tras ello, las varas le dolieron más de la cuenta, por lo que acusó debilidad al salir del peto. Buen hacer con las banderillas por parte de los de El Juli, a lo que siguió una faena breve (la cual brindó a Álvaro Domecq) tras pararse el toro poco después. No se pudo. Estocada en sus maneras, casi entera pero atrás. Hizo muerte. Ovación.
Sexto toro:
Hambriento cual perro de presa se fue a porta gayola Manuel Perera en el toro que cerraba tarde, ofreciendo la vida a pecho abierto. Casi le sale caro, pero no fue prendido, a lo que rápidamente salió a buscar al último Torrestrella, serio y bien hecho. Electrizante fue el ramillete de verónicas, así como el posterior galleo por chicuelinas camino al caballo. Sabias manos las del correspondiente varilarguero, que aprovechó y sacó a relucir al animal. Apropiada lidia se dio en palos igualmente. Brindó Manuel Perera a su hermano para ponerse de rodillas en los mismos medios, teniendo que cambiar rápidamente de terrenos. A base de dedicación, y a pesar de ser nuevo en el escalafón, el extremeño tejió una conseguida faena, en la que el toro no le regaló nada. Mérito. Finiquitó con una estocada que no surtió efecto, a lo que tuvo que descabellar. Petición que no fue atendida por insuficiente, seguida por una ovación de despedida.
Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Feria de Abril. Toros de Torrestrella. Morante de la Puebla, pitos y dos orejas; Julián López «El Juli», ovación con saludos tras petición y ovación; Manuel Perera, que toma la alternativa, ovación y ovación.