Ricardo Gil Lozano (Sevilla, 1996) se está convirtiendo en los últimos años en uno de los artistas más prometedores de la capital hispalense, con un gran control sobre el dibujo y por su utilización de nuevas técnicas en campos que podríamos considerar “tradicionales”. Graduado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla y gran conocedor de las vanguardias estéticas del siglo XX y de la larga tradición artística de Sevilla, en su obra es frecuente la utilización de tintas planas combinadas con una interpretación figurativa de los personajes, obteniendo de este modo obras muy coloridas y vistosas, cultivando especialmente la cartelería. Pese a su juventud, ha participado en multitud de exposiciones, tanto individuales como colectivas, y a pesar de que su producción se centra especialmente en las imágenes sagradas, por el mundo del toro siente una especial predilección desde sus inicios. Conozcámoslo un poco más…
Obras relacionadas con el mundo religioso, otras sobre paisajes y monumentos y también de toros, ¿en qué momento te empiezas a interesar por el mundo taurino y decides incorporarlo a tu repertorio artístico?
Fue especialmente en una visita a la Ganadería de Fernando Cuadri cuando tuve la oportunidad de conocer el toro bravo de cerca, en libertad. Ese día recuerdo llevar una pequeña libreta acompañada de un lápiz con la que comencé a tomar una serie de apuntes del natural. Ese día comencé a sentir una serie de emociones que me movieron a la necesidad de descubrir aquel mundo de manera plástica. Desde pequeño tengo afición a los toros por mi abuelo y siempre tuve inquietud por trabajar sobre este tema del que aún soy bastante principiante, pero del que sin duda quiero seguir aprendiendo y descubriendo acompañado de mi obra.
<< La mejor colección de carteles, sin duda, es la que atesora desde hace años la Real Maestranza de Caballería de Sevilla>>
Pese a tu juventud, te estás convirtiendo en uno de los artistas de referencia de la ciudad de Sevilla, ¿crees que la realización de obras taurinas puede perjudicar tu carrera a largo plazo?
Si fuese así, no me importa, no voy a renunciar a mis gustos por el mero hecho de no gustarle a cierto sector de la sociedad. El mundo de los toros parece ser un mundo del que debemos sentirnos avergonzados y no identificarnos para sumarnos a ser parte de una sociedad impuesta por catálogo en que lo antiguo y tradicional ha de ser descartado.
El mundo de los toros pienso que debe actualizarse y adaptarse a los tiempos en los que vivimos, al igual que el ser humano y el Arte han evolucionado a lo largo de los siglos. Por lo general, la temática trabajada en mi obra puede ser común y agradable para muchos y a la vez pesada y sin interés para otros muchos. Con la temática taurina podemos los artistas llegar a poder plasmar una visión renovada o tal vez, vista desde otra perspectiva, para aquel espectador que desconozca dicho tema.
¿Te considerarías aficionado a los toros o simplemente tratas el tema taurino en tu obra por un tema de ventas y/o marketing?
Soy aficionado y cada vez vivo más la fiesta, en una plaza experimento sensaciones que en ningún otro sitio o espectáculo consigo palpar.
Siempre se ha hablado, que la corrida de toros tiene infinidad de matices que son inspiradores para las artes, ¿compartes dicha afirmación? ¿Qué elementos te inspiran a la hora de abordar tus obras?
Una vez escuché decir al maestro Enrique Ponce una frase que se me quedó grabada y que comparto con asiduidad, “El toreo es el arte que engloba a todas las artes”. En los toros se concentra color, música, danza, cine, moda, pintura, escultura, gastronomía, dibujo, arquitectura, teatro… Una fiesta muy completa asentada en unos cánones, que llego a considerar cada vez que acudo como espectador, como litúrgicos, inamovibles y transcendentes, componiendo la faena.
Uno de los elementos que más llaman mi atención es el poder y protagonismo de la luz en la fiesta, los medidos movimientos y papel de los distintos participantes en la corrida.
Entre tu producción, existen más obras de corte histórico que actual, ¿son más inspiradores para ti los toreros antiguos y los momentos pasados que los actuales? ¿Han perdido los toreros y el espectáculo en general algo de su seña de identidad?
Me identifico con un corte pasado de toreros antiguos porque en ellos encuentro más inspiración de valentía, autenticidad y certeza. El cómo los toreros eran considerados auténticos héroes e ídolos me entusiasma para representar en mi obra. La estética del traje de luces me resultaba más atractiva y ornamentada décadas atrás, al igual que los toreros, sin necesidad de ir vestidos de luces, que se reconocían por su rotunda presencia.
<<Una vez escuché decir al maestro Enrique Ponce una frase que se me quedó grabada y que comparto con asiduidad: “el toreo es el arte que engloba a todas las artes”>>
Entre todas tus obras, existe un gran número de obras sobre Gallito, ¿lo considerarías tu referente? ¿Es para ti, el torero más retratable de la historia?
Gallito es sin duda mi mayor referente e inspiración en el mundo taurino, todo lo que compuso su vida y trayectoria lo forjaron como el torero histórico que es hoy día. Las personas que son capaces de dejar páginas escritas en la historia han de ser conocidas y admiradas.
Todo cuanto rodea a Gallito contiene un hieratismo y emoción especial, junto con los característicos rasgos de Belmonte y Manolete, los considero los toreros más retratables y característicos de la historia taurina.
Y de la actualidad, ¿qué toreros piensas que son más propicios para trasladarlos al lienzo o a una escultura?
Me gusta mucho la estética que envuelve a Morante, su manejo del capote es muy pictórico, al igual que escultórico en sus formas, movimientos y volúmenes.
Muchos han sido los pintores que han tratado la tauromaquia en su producción, ¿tienes algún referente entre ellos? ¿Cuál es para ti la mejor (o mejores) obra taurina que existe?
Los dibujos de Ruano Llopis me resultan maravillosos al igual que la escultura de Venancio Blanco o la pintura de Zuloaga. De la actualidad, el artista que más me aporta y emociona es Diego Ramos. La mejor obra taurina y que más me conmueve y emociona es el mausoleo de Joselito el Gallo, realizado por Mariano Benlliure en 1924.
En tu obra, abunda la interpretación de temas clásicos desde un prisma moderno, usando tintas planas y otros elementos novedosos o poco vistos, ¿qué aportes crees necesarios para la modernización del arte taurino?
Considero importante para una modernización el saber mirar más allá de lo estético real o visual-figurativo. En el mundo del toro hay mucha cabida para lo contemporáneo y la abstracción, lo cual podría conducir a la fiesta a un actual momento de referencia en el arte, empezando por el espectador aficionado, que debe ser el principal transgresor.
<<La estética del traje de luces me resultaba más atractiva y ornamentada décadas atrás, al igual que los toreros, sin necesidad de ir vestidos de luces, que se reconocían por su rotunda presencia>>
Admirador del arte contemporáneo y estudioso de los principales movimientos artísticos de la actualidad, me gustaría saber tu opinión sobre un tema que normalmente causa mucha polémica: los carteles de la temporada taurina en Sevilla. ¿Qué opinión te merece la colección pictórica de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla?
La mejor colección de carteles, sin duda, es la que atesora desde hace años la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Es de agradecer que uno de los principales puntos de mira en el mundo de la tauromaquia, sepa apostar, y de gran manera, por artistas internacionales capaces de ver más allá de los que permite a muchos ver a través de un burladero. Debemos educar el ojo para así conseguir enriquecernos cultural y artísticamente.
Por último, un deseo para esta temporada que comienza y un deseo personal o meta que te gustaría cumplir.
Deseo que podamos volver a disfrutar con total normalidad de nuevo nuestra fiesta, que la vivamos más intensamente si cabe y que siempre sepamos valorar la grandeza que atesora nuestro país y nuestra historia, como son la lidia y el toro bravo. Como deseo personal, deseo poder pintar mucho y hacer de mi obra una herramienta o vehículo que me permita alcanzar metas y retos nuevos creando obras que aporten a la sociedad.