Este martes se ha presentado en el Congreso de los Diputados de la Ciudad de México una iniciativa de ley ciudadana con la que se pretende defender las tradiciones populares en la Ciudad de México, en particular las corridas de toros.
Dicha iniciativa surge de un esfuerzo ciudadano que se tradujo en la colecta de más de 30 mil firmas que sustentan esta propuesta de ley que fue presentada por un nutrido grupo de capitalinos en la sede del Congreso capitalino.
Es importante señalar que las firmas fueron recabadas en un lapso de dos meses. En ellas se refleja la voluntad de un importante grupo de ciudadanos, mucho mayor al que sustentó una iniciativa prohibicionista, de promover las tradiciones en la Ciudad de México, mantener actividades de un profundo carácter popular como las corridas de toros, la gallística y la charrería, así como salvaguardar el bienestar de las miles de familias que dependen de estos espectáculos.
Se trata de una visión renovada y vanguardista del concepto de bienestar animal, impulsada por los principios de la libertad, la tolerancia y la pluralidad que deben imperar en nuestras sociedades.
La reforma propuesta a la Ley para la Celebración de Espectáculos Públicos en la Ciudad de México tiene dos grandes objetivos. El primero de ellos es armonizar dicha norma jurídica con la Constitución de la Ciudad de México, en la que los constituyentes, en su artículo 13, apartado B, establecieron la obligación de las autoridades capitalinas de regular los espectáculos con animales, de acuerdo con su naturaleza, sus características y la relación que estos han tenido con los seres humanos a lo largo de la historia.
El segundo objetivo es que los poderes públicos de la Ciudad de México presten especial atención en la regulación, promoción y autorización de espectáculos tradicionales de los pueblos originarios, afro descendientes y equiparables, incluyendo la charrería, tauromaquia, gallística y otras actividades, con animales de tradición cultural local o nacional.
Se trata de un claro reflejo del carácter popular de la Tauromaquia, de su extensión en toda la capital del país y de la firme voluntad de promover el respeto a la libertad que tienen cada uno de los ciudadanos de asistir a los espectáculos a los que quiere asistir.