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Palencia: Luque indulta a ‘Juncoso’, de Cuvillo, en otra tarde memorable del sevillano

Daniel Luque anda tocado por una varita. Si su toreo lleva un par de años instalado en la cima, rayando al nivel de una figura máxima, lo de este último mes está siendo un escándalo. Su histórica tarde en Dax (Francia) parece haber catapultado exponencialmente aún más su toreo. Después de firmar una de las faenas de la temporada hace poco más de 48 horas en Colmenar Viejo (Madrid), este jueves, firmó otra tarde memorable en Palencia. El sevillano desorejó a su primero e indultó después a ‘Juncoso‘, de Núñez del Cuvillo, para firmar un pleno incontestable en la Goyesca homenaje a Marcos de Celis. Morante, que dejó una faena de muchos kilates al que rompió plaza, y Urdiales pasearon sendos trofeos de una corrida de Cuvillo que, excepto ese importante sexto y el manejable primero, fue áspera y sin entrega.

Luque sorteó en segundo lugar a ‘Juncoso‘, toro fuerte, con cuajo y más serio, muy rematado y con volumen, fue toro noble ya de salida, pues embistió con temple en el capote del sevillano, que lo cuajó superior. Cumplió en  varas, donde se le midió mucho el castigo. Marcó querencias en banderillas. Luque estuvo magistral con él, pues supo entender al toro y, a base de dejarle la muleta muerta siempre en el hocico, muy tapado, logró que repitiera una y otra vez con transmisión. Toreo vertical, despacioso, que tuvo buen trazo y estética con ambas manos, si bien, el toro respondió con más clase por el derecho. Mejoró la condición del astado en general, porque el de Cuvillo, pese a su clase, amagó un par de veces con intención de ir hacia las tablas. Tras casi una decena de tandas rotundas y llenas de pureza, el público comenzó a pedir el indulto, que el presidente concedió sin vacilar.

Bien hecho y bajo, el tercero fue un toro que no permitió el lucimiento de Daniel Luque con el percal hasta un precioso y ajustado quite por chicuelinas de mano baja. Animal por definir, de embestida algo dormida e incierta, el de Gerena comenzó a pies juntos por alto, atornilladas las zapatillas, impávido. Lo consintió después en las tandas posteriores, muy cruzado siempre, aunque el toro se vencía por dentro en ocasiones. Así logró después ahormar su condición y que rompiera en la muleta para pegarle un puñado de tandas notables por ambos pitones. De buen trazo y muy encajado siempre. Faena importante que rubricó con luquecinas en un palmo de terreno. La estocada, fulgurante, le procuró dos orejas.

Rompió plaza un astado bajo y de lomo recto, abierto de cuerna, pero armónico, con el que Morante, que dejó buenos lances de capote, tiró de ese repertorio de Tauromaquias añejas que guarda su toreo, especialmente en remates. El de Cuvillo fue un animal manejable, pero sin ser un dechado de virtudes, especialmente, por el izquierdo, donde tuvo poco recorrido. Lo toreó reunido en una faena maciza y profunda, en la que logró hasta sacar algún que otro natural de nota, pese a los cantados defectos del toro. Tras la estocada, paseó una oreja.

Amplio de sienes y astifino, el cuarto fue un toro áspero, como el anterior, pero que desarrolló a peor en esta ocasión. Morante trató de corregir sus defectos, pero el de Cuvillo cada vez se agrió más en sus embestidas, soltando la cara mucho y sin embroque, a la defensiva siempre. El de La Puebla lo mostró por ambos pitones y lo mató de estocada.

Bajo y bien armado, con longitud de pitón, el quinto fue otro toro que tuvo genio y embestidas defensivas para el torero. Diego Urdiales, muy decidido, echó la moneda al aire y se la jugó, porque el animal soltó siempre la cara, nunca hubo una embestida humillada en otra faena de larga cocción. Logró extraer gracias a esa insistencia tandas meritorias con ambas manos y la estocada, aunque cayó contraria, le valió para pasear una oreja.

El segundo fue un animal con esqueleto, grande y bastito de hechuras, que salió áspero por su embestida bruta, a arreones y sin salirse de los vuelos. Derribó en el peto y pasó Manuel Jesús Ruiz a la enfermería, con molestias en una pierna. Toro complicado, que puso en jaque a la cuadrilla de Urdiales para banderillearlo. El arnedano, que dejó un par de trincherazos de cartel en el comienzo, buscó los medios cuando se quedó a solas con él y le hizo las cosas muy bien: buena colocación, muleta siempre puesta para llevarlo cosido, mando para someterlo… Pero el animal no llevaba nada dentro, muy desagradable. Faena larga, que remató de estocada delantera. Le obligaron a saludar desde el tercio por su esfuerzo.

RESEÑA

hierro nuñez del cuvillo

Plaza de toros de Campos Góticos, en PalenciaEspaña. Segunda de la Feria de San Antolín. Corrida Goyesca homenaje a Marcos de Celis. Tres cuartos de entrada. Toros de Núñez del Cuvillo, bien presentados, aunque desiguales. Destacó el 6º, ‘Juncoso‘, nº 197, de 573 kilos, que fue indultado. El resto, ásperos y exigentes, desarrollando genio varios de ellos y de poca entrega, salvo el 1º, más manejable.

Morante de la Puebla (de mandarina y negro, con la taleguilla en grana), oreja y pitos.

Diego Urdiales (de rioja y blanco), ovación y oreja.

Daniel Luque (de espumar de mar y negro),  dos orejas y dos orejas y rabo simbólicos.

Incidencias: En el sexto, saludaron Raúl Caricol, Juan Contreras y Alberto Zayas.

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