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El Juli, Puerta Grande de capacidad y argumentos en la tercera de San Antolín

Julián López ‘El Juli’ paseó esta tarde sendas orejas de su lote de una corrida pareja en hechuras y con edad de Montalvo, que ofreció variado comportamiento, en la tercera de la Feria de San Antolín. El madrileño tiró de capacidad y derrochó argumentos en Palencia para llegar al tendido y salir en volandas. Le debió acompañar Tomás Rufo, que paseó una oreja del tercero en su presentación como matador de toros en el coso castellano. Sin embargo, la espada, primero, y el palco, después, le alejaron de redondear el triunfo. Manzanares, por su parte, fue ovacionado.

Bajo y agradable de cara, estrecho de sienes, rompió plaza un castaño que permitió a El Juli torear a la verónica ganando terreno en cada lance hasta rematar en la boca de riego con la media. Tuvo nobleza el de Montalvo, que se movió y cumplió en los primeros tercios. Luego, tras un comienzo por alto a pies juntos, El Juli basó el trasteo por el pitón derecho, que tuvo más profundidad, si bien, por aquí también fue reduciendo su viaje a medida que transcurrió su labor. Inteligente, El Juli se metió entonces entre los pitones y tiró de molinetes y toreo accesorio para mantener el interés de la faena con el animal ya amenzando con rajarse. La estocada, aunque trasera, fue efectiva y paseó una oreja.

Salió en cuarto lugar el toro más serio y fuerte, hasta ese momento, del envío. Fue un ejemplar cinqueño manejable, con fijeza, prontitud y bondad en las telas, pero que nunca terminó de romper en la muleta de verdad. La capacidad de El Juli permitió atisbarle mejor de lo que realmente fue, pues acertó en los terrenos y alturas de un toro al que sometió con poder corriendo la mano con gran ligazón, especialmente, por el pitón derecho. La estocada trasera resultó muy efectiva y puso en su mano la oreja necesaria -se pidió la segunda- para su salida en hombros.

Cerró plaza un animal que echó las manos por delante de salida en el percal de Tomás Rufo. Embistió con la cara alta en los primeros tercios, pero el toledano, a base de consentirle mucho en los tramos de tanteo de la faena, logró de mitad de faena en adelante ligar los muletazos con temple y hondura. El tramo final, de uno en uno, con el toro ya más aplomado, permitió ver una tanda notable por cada pitón. Faena de convencimiento que sentenció con un espadazo en lo alto, se pidió con mucha fuerza el segundo trofeo, pero el palco se lo negó.

Toro hondo, con kilos y caja, el tercero era otro animal bien hecho y estrecho de sienes, al que Tomás Rufo saludó a la verónica con despaciosidad. Logró varios lances estimables, de buen porte. Fue un animal medido de motor y raza, a pesar de su noble condición, por ello, para no exigirlo, el toledano comenzó por alto el trasto. El cambio de mano, larguísimo, cosido al de pecho. Tuvo clase el de Montalvo y Rufo lo aprovechó toreando en redondo. Bajó la intensidad al echarse la franela a la zurda, aunque hubo temple en los naturales. Sin embargo, la opción de premio se esfumó con el acero, pues pegó media docena de pinchazos y dos descabellos.

Prácticamente cinqueño, con expresión de seriedad y viveza, el segundo fue un toro proporcionado y bajo, estrecho de sienes, que apretó para tablas en el recibo de capa de Manzanares. Hizo buena pelea en varas y mantuvo ese torrente de casta en la muleta del alicantino, que trató de poderle con mando en una faena intermitente, porque dentro de su largo metraje, Manzanares alternó pasajes de poder y buen trazo, con otros en los que le costó más cogerle el pulso a la embestida de un astado exigente.La estocada trasera necesitó de un golpe de verduguillo. Fue ovacionado.

También cinqueño, el quinto fue toro por definir en los primeros tercios, algo incierto y de embestidas irregulares. Costoso para banderillear, cuando se quedó a solas con Manzanares, tuvo embestidas buenas siempre que el alicantino logró darle celo y bajó la mano, especialmente por el derecho. Tuvo intensidad por ahí la faena, menos franco por el izquierdo. Lo mató de estocada trasera y descabello y saludó, de nuevo, desde el tercio.

RESEÑA

Plaza de toros de Campos Góticos, en Palencia España. Tres cuartos de entrada. Toros de Montalvo, bien presentados, corrida con edad. El 1º, noble por el derecho, aunque a menos; el 2º, bravo en varas, exigente y encastado, lo quiso todo por abajo; como el 5º; el 3º, noble pero de medido motor y poder; el 4º, manejable, aunque no terminó de romper en la muleta; y el 6º, con movilidad, le faltó entrega.

El Juli (de azul soraya y oro), oreja y oreja con petición de la segunda.

José María Manzanares (de gris plomo y oro), ovación tras aviso y ovación.

Tomás Rufo (de y oro), silencio tras aviso y oreja.

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