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Olivenza, primera conquista de El Juli en la temporada de su 25 aniversario de alternativa

 

El Juli recibió con unos bonitos lances a pies juntos en el centro del platillo a «Soberbio«, que abrió la tarde. El de Garcigrande ya atisbó que no estaba sobrado de casta. Quitó el madrileño por chicuelinas, tafalleras, verónicas y una templada media. En el tercio, inició la labor inmóvil con pases por altos muy toreros. Fuera de él, el toro tomó las telas con fijeza y largura por el pitón derecho. El Juli aprovechó esas calidades para conducirlo con mando en las dos primeras tandas. Después, se paró y en un palmo de terreno improvisó la faena, jugándosela por momentos. Firmó la labor con pases cambiados y una estocada que le valió para pasear el primer trofeo del festejo.

Junto a la Puerta Grande, como un preludio, paró El Juli a «Salvaje» para recetar un par de verónicas de bello trazo. El de Garcigrande no quiso pelea en varas, para después cebarse con el caballo que hacía puerta, estando a punto de derribar al picador. Brindó Julián al respetable intentando animar una tarde que pintaba gris. Inició la faena por abajo con mucho sabor para acabar con un par de trincherazos mayúsculos. Prosiguió conduciéndolo acariciando la muleta por el albero mientras que el astado iba embebido en ella. Al tomar la zurda se rajó, al igual que sus hermanos. El madrileño tiró de técnica y recursos poniendo la plaza en pie después de una serie por circulares invertidos que ligó con derechazos. Para matar se puso complicado, dejando una estocada casi entera pero efectiva. Otro trofeo cayó en su esportón.

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