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Puerta Grande para el amor propio de Ventura, que puso el calor en la desapacible matinal de Olivenza

Con las últimas gotas de lluvia de la mañana, se quitaba la lona del ruedo de Olivenza. Una mañana gris, de paraguas y chubasqueros, pero en la que finalmente solo el viento fue protagonista. Un frío que contrarrestó el calor y la emoción que puso Diego Ventura, que toreó lesionado, con una fractura de peroné. Fue él único que atravesó la Puerta Grande, debido a la falta de fuerzas generalizada de los astados. Leo Valadez, que mataba su primera corrida de Victorino Martín, dio una gran dimensión y paseó un trofeo como Antonio Ferrera.

 

Al inicio del festejo el alcalde de Olivenza le entregó una placa en homenaje por el 25º aniversario de su alternativa a Ventura. «Rumbito«, que abrió la inestable mañana, salió algo distraído. Ventura, tras las probaturas, decidió colocar solo un rejón de castigo. Con una sola banderilla colocó al público en pie el rejoneador hispano-luso. Primero, cabalgado a dos pistas, dejándoselo llegar mucho dio dos vueltas al ruedo para luego citarlo en la lejanía y clavar. El tercer par al quiebro con el de María Guiomar ya aculado en tablas fue espectacular. Remató con dos cortas por los adentros y una rosa. Con el animal muy parado, Ventura clavó el rejón de muerte. Desde el caballo, por su fractura de peroné, tuvo que descabellar. Paseó la primera oreja de la matinal.

Al ‘gordote’ cuarto, que saltó al ruedo con la querencia ya, Ventura le colocó dos rejones de castigo. Lo toreó a dos pistas arriesgando mucho para colocar dos banderillas. Espectacular fue el tercero al quiebro. El rejoneador puso toda la emoción que le faltó al de María Guiomar Cortés. Con el animal muy venido a menos, clavó tres banderillas cortas y dos rosas, demostrando una gran doma. Fue premiado con otro trofeo.

«Mojarro«, que cerró la matinal, apretó en el capote de Leo Valadez. El mexicano se mostró voluntarioso, queriendo que rompiera hacia adelante el «Victorino«. Le planteó siempre bien las telas, firmando algunas tandas meritorias por bajo. Avanzada la faena, se tornó más peligroso, quedándose encima del diestro, que se la jugó en numerosas ocasiones. Concluyó con una buena estocada y fue premiado con una oreja.

Valadez recetó antes una bonita media a «Patarato«, que hizo tercero. El mexicano estuvo animoso en banderillas. Lo sacó para los medios para iniciar con una buena tanda por la diestra. Estuvo inteligente y muy firme, dándole tiempo y distancia. Poco a poco lo fue metiendo en la muleta hasta plasmar naturales largos, toreando con la cintura a un toro enrazado que no le quitaba ojo en ningún momento. Con mucha torería lo cerró en tablas, para dejar tres pinchazos previos a la estocada.

«Porteño«, un «Victorino» de preciosa estampa, salió con muchos pies por lo que Ferrera lo domeñó por bajo. En la suerte de varas, lo colocó en la lejanía en dos ocasiones, arrancándose con alegría al peto. La escasez de fuerzas afloró desde el inicio del último tercio. El extremeño lo condujo con mucho mimo, acompañándolo con la voz y en tandas cortas. Terminó metido en los terrenos del astado, que tomaba la muleta andando, pero sin quitarle ojo al torero y acortando cada vez más la embestida. Se tiró encima de él dejando un gran espadazo. Un trofeo cayó en sus manos.

Largo y escurrido el «Victorino» que hizo quinto, que dejó que se luciera en el recibo Antonio Ferrera. Fue muy protestado al blandear en repetidas ocasiones, por lo que no tardó en asomar el pañuelo verde. Frenándose en la capa del extremeño, salió el bis del hierro de Fermín Bohórquez. También al límite, la falta de fuerzas del sobrero fue más evidente tras el paso por el caballo. El extremeño lo intentó, pero el animal volvió a echarse y tuvo que abreviar. Acabó con él de una estocada caída y efectiva.

RESEÑA

hierro victorino martín

Plaza de toros de Olivenza (Badajoz) España. Tercer festejo de la Feria del Toro. Dos tercios de entrada. Toros de María Guiomar Cortés de Moura, para rejones (1º y 4º), y Victorino Martín, el quinto, sobrero de Fermín Bohórquez, bien presentados y desiguales de juego. Primero y cuarto, sin motor y rajados; segundo, faltó de fuerzas y casta; tercero, enrazado y con peligro; el quinto, sin fuerza; sexto, con movilidad y peligro.

Diego Ventura, oreja en ambos.

Antonio Ferrera (de grana y oro), oreja y ovación.

Leo Valadez (de nazareno y oro), silencio y oreja.

Incidencias: Tras el paseíllo, se homenajeó a Diego Ventura por su 25º aniversario de alternativa con la entrega de un galardón.

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