El segundo fue un animal bravo y encastado, a la altura de los muchos que ha lidiado este año Victoriano del Río. Juan Leal estuvo hecho un tío con él. Desde el inicio en los medios por estatuarios, de contener el aliento, hasta las tandas posteriores, de mano baja, exigiendo mucho al toro, que respondió con bravura. Buen toro. En un cambio de mano, lo prendió de manera espectacualr y, a pesar de la paliza, muy animado por los tendidos, volvió a la cara del toro, sin la chaquetilla para cuajarlo con mayor rotundidad aún. Pena del uso del descabello, que dejó en un trofeo una faena de dos. Importante Leal y el toro de Victoriano.
El cuarto fue un burel manejable y con noble condición. Leal quiso comenzar de nuevo en los medios, esta vez, con el cambiado porla espalda, pero el toro lo arrolló y cogió de fea manera. Pese a la nueva paliza, aún más conmocionado que en la primera, Leal quiso seguir la faena, pero desistió por esa merma y fue llevado a la enfermería. Se quedó Roca Rey con el toro y logró enjaretarle tandas notables que calaron el tendido, por ambos pitones. Lo mató de manera efectiva y recibió un trofeo que no quiso pasear y que colocó en la puerta de la enfermería en señal de respeto al compañero herido. Leal fue derivado a un centro hospitalario para un exhaustivo estudio radiológico.