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Mont de Marsan: Oreja para la raza de Rafaelillo y entonado debut de Damián Castaño con una interesante corrida de Cuadri

La esperada corrida de Cuadri no decepcionó en la tercera de la Feria de La Madeleine. Un encierro imponente desde tierras onubenses que, además, tuvo interés con varios toros encastados y con posibilidades en la muleta. Rafaelillo cortó la única oreja en el cuarto, mientras que Damián Castaño gustó en su debut en Mont de Marsan, esepcialmente, por la categoría de sus muletazos al sexto.

Muy serio, hondo, con pecho, muy rematado, el cuarto era un ‘galán’. Fue un animal encastado y exigente, que complicó el tercio de banderillas y no regaló las embestidas en la muleta de Rafaelillo. No volvió la cara el murciano, pese a ello, que apostó por el animal y se fajó para robarle embestidas hasta que logró sacar el fondo del ‘Cuadri‘. Cortó una oreja y le pidieron la segunda, que el palco no otorgó.

Rompió plaza uno de esos castaños que de cuando en cuando depara la genética en Cuadri. Hasta tres en este encierro. Un animal hondo y serio, que abría la cara, que tardeó en los engaños, pero que cuando arrancaba iba con todo. Tuvo transmisión el encastado animal y Rafaelillo firmó una faena enfibrada en la que no se dejó ganar la partida, corriendo la mano por ambos pitones. La espada le hizo perder premio, fue ovacionado.

Cerró plaza un sexto que tuvo ritmo y buen son durante los primeros tercios. Fue el tercer castaño del envío y estuvo magníficamente lidiado por Marco Galán. Damián Castaño logró con él, los muletazos de mayor entidad de la tarde en una faena de premio, pero en la que la espada volvió a ser otra tarde más la cruz del toreo al alza del charro.

La fortuna esquivó a Damián Castaño en su debut en el coso de Plumaçon. El tercero, con romana y fuerte, había sido un animal con movilidad y transmisión en los primeros tercios. Virtud que corroboró en un vibrante comienzo del charro en los medios. Sin embargo, se partió una pezuña el animal en la tanda siguiente y el trasteo no tuvo continuidad. Su lunar fueron los aceros.

El segundo fue un animal con hueso y badanudo, hondo, en el tipo de la casa. Toro por definir en los primeros tercios, donde fue siempre algo dormido en el viaje, a pesar de la buena lidia que le aplicó Octavio Chacón. No rompió en la muleta del gaditano, que no pudo armar un trasteo que llegara al tendido. La espada le hizo guardia.

También fue castaño el quinto, otro toro fuerte y con cuajo, algo acapachado. Tuvo cierta nobleza en los primeros tercios, donde Chacón le aplicó su lidiador concepto. Luego, con la muleta, fue un animal de más a menos, que permitió alguna buena serie en redondo al andaluz, pero sin llegar a culminar la obra. Necesitó de estocada y tres descabellos. Silencio para el torero y ovación al toro.

RESEÑA

hierro celestino cuadri

Plaza de toros de las Arenas de Plumaçon, en Mont de Marsan (Francia)Francia. Tercera de la Feria de La Madeleine. Tres cuartos de entrada. Toros de Herederos de Celestino Cuadri, bien presentados y serios, hondos, con romana. Destacaron el encastado 1º y el exigente y emotivo 4º. Con buen son y manejables, 5º y 6º.

Rafaelillo (de azul rey y oro), ovación tras aviso y oreja con petición de la segunda.

Octavio Chacón (de blanco y oro), silencio y silencio tras aviso.

Damián Castaño (de sangre de toro y azabache), silencio y ovación tras aviso.

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