spot_img
spot_img

Miguel Ángel Perera, un torero independiente y feliz

 «La temporada la afronto como un reto personal conmigo mismo»

Haciendo un alto en su intensa preparación en el campo, quedamos para conversar- vía telefónica- con Miguel Ángel Perera apenas setenta y dos horas antes de que abriera temporada en Valdemorillo, el pasado domingo. Lo hizo en triunfo y con una faena cantada por los medios como la mejor de la Feria y en una corrida de Montalvo de excelente presentación y toros de nota.

Pero- dicho queda y por eso no se cita-  sucedió después de una charla en la que el torero de La Puebla del Prior se expresó con la sinceridad que le caracteriza, también en el ruedo.

¿Cómo están siendo estos últimos días antes de empezar la temporada, más pronto en el calendario de lo que ha sido habitual en ti?

Llevo en el campo casi dos semanas enteras, descansé sólo el domingo y el lunes. Pero la verdad es que siempre he hecho este tipo de preparación, en el campo casi a diario, después de empezar fuerte con lo físico. Este año lo empecé con algún problemilla en la espalda, pensé que era algo de ciática y eso me hizo parar un poco. Pero al campo si le he dado mucha caña, para coger el tacto y la soltura que uno tiene cuando está toreando seguido.

Hay compañeros tuyos que en estas primeras semanas del año hacen algo así como un lugar de concentración con la cuadrilla.

Cuando acaba la temporada, incluso algún año que he ido a América, no dejo de tener contacto con el campo, no me gusta parar en seco y luego arrancar. El ritmo es distinto, claro, pero esa rutina es la misma. Luego, cuando pasa Reyes, me centro y ya es al cien por cien. Este año que se da la circunstancia que empiezo a inicio de febrero todo ha sido más intenso. Siempre me traigo aquí al campo a algún miembro de mi cuadrilla, ellos mismos se lo organizan. Además, cuando toreo de salón siempre prefiero que alguien me embista, no hacerlo solo.

Si miramos al 2021, que fue una temporada, o media temporada,  aún con el peso de la pandemia sobre ella ¿qué balance haces a nivel íntimo, más allá de triunfos, que se dieron también en plazas que son habituales en ellas para ti, como Santander, Cuenca o Huelva; qué poso interior te dejó?.

A título personal, raro. Fue un año raro, ese es el calificativo que primero me viene a la cabeza. Cierto que al final toreé veintidós corridas de toros, que tal como estaban las cosas no es mal número e incluso en ese aspecto me puedo sentir un privilegiado, pero insisto en que mis sensaciones fueron raras, pese a esos triunfos significativos y en plazas tan bonitas como las que has apuntado, pero no fue de esos años que me dejaran satisfecho, al menos no del todo. Y lo cierto es que tan poco sabría decirte si por algo en concreto,  pero no tuve esas vibraciones positivas de otras veces. Vamos, que de 2021 no es que me vaya a quedar una huella para mi historia personal.

¿Ha influido esto que me explicas en el cambio de apoderamiento?

Una cosa no es consecuencia de la otra. No ocurre de la noche a la mañana, son decisiones meditadas, piensas como y hacia donde dirigir tu carrera. Y así, con el paso de los meses lo fui teniendo cada vez más claro, cambiar de aires. Mi etapa con Fernando (Cepeda) fue larga, ahora con Santi (Ellauri) y Pedro (Rodríguez) más corta pero igualmente agradecido a ellos y queda la amistad.

¿Piensas que el año pasado, obligados por las circunstancias,  fue algo así como un punto de inflexión en el toreo, en determinadas pautas de su organización y que abrió nuevas perspectivas, incluso en la percepción de los públicos?

Se le está dando excesiva relevancia a lo que se ha hecho en estos dos años tan complicados. No podemos olvidar que han sido excepcionales, es decir, fuera de todo lo conocido, atípicos, fuera de lo común, de lo de siempre. Creo que será al final de esta temporada 2022 cuando podremos mirar con  perspectiva correcta  las cosas. Han sido dos años con pocos festejos y, a la vez, con muchas ganas de toros. Ahora, con la normalidad recobrada, o eso esperamos todos, con todas las ferias, los aforos al completo, el devenir de la temporada será muy distinto. Valencia, Sevilla, Madrid, Pamplona, Bilbao…todas esas ferias marcan mucho el devenir de la temporada y en estos dos años no se han dado.

En este tiempo se ha hecho un esfuerzo por parte de todos, especialmente los ganaderos, que han sido los más perjudicados. También los toreros, que hemos hecho contrataciones en condiciones impensables. Por eso creo que esta temporada va a marcar el futuro y a su final habrá que analizar lo que de bueno haya quedado de esos dos años anteriores tan atípicos y, en todo caso, incorporarlo. O lo contrario.

Esos nuevos caminos los afrontas con nuevo apoderamiento, aunque quizás cuadre más calificarlo  de continuidad con alguien como David Benegas, tantos años a tu lado. Y eso sí que es independencia, diría  incluso que autogestión.

Al acabar la temporada no tenía nada pensado, ni alguno que a mí me podría interesar me dijo nada ni yo tampoco di ese paso. Y conforme pasaron los meses y ya se hacían los primeros contactos para torear , me preguntaban con quién hablar y ese fue David, una persona de confianza mía de toda la vida, por supuesto sin olvidar la época de Fernando. De hecho, ya el año pasado todo lo que toreé estuvo supervisado por David, lo comentábamos con los apoderados, yo exponía mis puntos de vista, mis pretensiones y ellos lo trasladaban a las empresas. Como soy plenamente consciente de la situación en la que estoy, sé lo que me gusta y lo que no, tener a una persona que es como un hermano para hacer juntos ese camino, que no sabemos dónde nos va a llevar pero sí sé el punto de partido en el que estoy. Es una historia bonita e ilusionante y estoy tranquilo y feliz.

Historia que empezará a escribirse este mismo domingo en Valdemorillo, una feria que este año ha cambiado su habitual diseño anunciando a las figuras y que posteriormente tiene la cita con Castellón, con los Victorino y mano a mano con Emilio de Justo. ¿Crees que estas dos citas pueden marcar  tu temporada?.

Soy consciente, aunque también lo soy de que puedo cortar cuatro orejas en Valdemorillo y no deja de ser Valdemorillo, aunque este año hay un ambiente extraordinario. Pero todo cuenta, no sólo los trofeos, también la forma de estar. Y por todo ello, a título personal, me la voy a tomar como todo lo que venga, incluso si es algún festival. Digamos que la temporada la afronto como un reto personal conmigo mismo. Estar al nivel que quiero estar, que me gusta estar, empieza por Valdemorillo y eso me va a dar moral para afrontar los compromisos que vayan llegando.

Tu, que tienes apariencia seria y poco proclive a aparecer en los medios, sí que, signo de los tiempos, mantienes una actividad importante en las redes sociales con imágenes tuyas en el campo que, como ocurre con otros compañeros tuyos, pretenden acercar el toreo no sólo a los aficionados sino también a la sociedad. Y ocurre que, en ocasiones, esa presencia se convierte en arma arrojadiza por quienes, sobretodo aficionados y dicho coloquialmente están a la que salta. Y llegan las críticas. ¿Lo asumes, te rebela?

Creo que no estar ahí sería injusto para los miles de seguidores, como también  me quitara por un comentario de alguien. Lo hago para tener a la gente informada pero siempre hay quien, con un momento de una faena o toreando una vaca, en imágenes de 15 segundos, de medio minuto, y evidentemente no tiene porqué gustarte pero de ahí a algunas reacciones te da coraje porque como te comentaba lo hago por los demás, por contentar a un montón de seguidores. Ocurre que al final te quedas con el insulto de turno cuando lo importante y para lo que lo hago son esos miles que lo pasan bien viendo esas imágenes.

No puedo pasar sin preguntarte por ese rumor de una posible conmemoración del medio siglo de alternativa de tu suegro, el maestro Pedro Moya, con un festejo toreando ambos.

Lo cierto es que es una idea suya. Cumple cincuenta años de alternativa, en septiembre setenta años de vida y tiene esa idea en la cabeza. Es él el que tiene que decidir, está muy ilusionado con ello y por mi parte sólo me queda estar expectante y si dice voy, ir para adelante con él. Sería algo único y eso es algo que también le motiva. Cuando lo considere oportuno, sea una cosa u otra, lo dirá.

En tu caso, son dieciocho temporadas de alternativa. ¿Te planteas como pueden ser las que vengan o prefieres ir a lo Cholo Simeone?.

Es que corrida a corrida, temporada a temporada, es lo que llevo haciendo estos dieciocho años. Tu coges una entrevista conmigo del primer año y siempre ha sido paso a paso, corrida a corrida, nunca he sabido ni me ha preocupado lo que iba a torear. Es más, cuando me apoderaban José Antonio Chopera y José Cutiño, recuerdo que don José Antonio, de quien guardo un recuerdo muy especial, un día, estando en la habitación en que se quedaba en el Hotel Wellington, siendo mi segundo año de alternativa, me preguntó si tenía ilusión por torear cien corridas de toros. Fíjate lo que era eso, preguntar a un chaval con dos años de alternativa si quiere torear cien tardes, Y le dije que no. Siempre he toreado las que he considerado que debía torear, no por sumar. Pero nunca he tenido un plan de temporada ni afán por torear un número alto de corridas.

Y a estas alturas, fiel a tu concepto en los ruedos y en los despachos ¿sigues buscando nuevos resquicios en tu interior que alimenten tanto tus formas de expresión ante el toro como tu ilusión por seguir?.

Por supuesto. Con ese concepto ya asentado, se trata y en ello estoy de hacer cosas que a veces sólo hago en el campo, cuando no estás atenazado por la presión y todo fluye con libertad. Con los años la técnica se pule hasta niveles de perfección pero eso a la vez te da herramientas que hacen crecer al artista que puedas llevar dentro.

Con ese anhelo encara la temporada 2022 Miguel Ángel Perera. Valdemorillo ha sido la primera en verlo.

 

 

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img

RELACIONADO

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img