Iván Estupiñá se ha convertido en los últimos años en un referente en el emergente mundo del diseño gráfico taurino, con una apuesta novedosa y arriesgada, combinando la tauromaquia con elementos contemporáneos y recuperando a figuras históricas entre su producción. Entre todos sus trabajos, destacan los carteles realizados para la Plaza de Toros de Las Ventas (es el autor del cartel anunciador de las novilladas de junio) y ello le ha ayudado a cada vez, conseguir más admiradores. Charlamos con él.
En los últimos años, has pasado a convertirte en un referente en el diseño gráfico dentro del universo taurino, ¿en qué momento te empezaste a interesar por la realización de diseños de esta temática? ¿Llegó antes la afición o el diseño fue una vía para llegar a la tauromaquia?
Tuve una época que vivía en Inglaterra y veía carteles de toros que no me gustaban. Me decía a mí mismo y a mis allegados que tenía que hacer carteles de toros más modernos y decidí hacer uno para probar y tenerlo yo. Me pongo más enserio con el tema cuando, a la vuelta a Barcelona, un amigo me regalo un libro sobre ilustraciones taurinas y por devolverle el detalle, le regalo una ilustración que le encantó y ahí empecé a enfocar mi trabajo hacia el mundo taurino. Un mundo que siempre me había gustado, pero nunca lo había hecho profesionalmente. Como era algo personal, no eche cuente a las críticas y fue cogiendo fuerzas con el tiempo.
Siempre se ha dicho que la tauromaquia es un mundo tradicional y en el que es difícil innovar, pero visto la gran aceptación de tus trabajos, ¿cuáles crees que son las claves para modernizarlo? ¿Es una falta de esfuerzo y dedicación?
Yo creo que la principal idea al hacer este tipo de carteles es porque creo que la tauromaquia no es una cosa antigua o de otras épocas, es mucho más revolucionaria que otras cosas actuales. No hay ningún espectáculo o rito más a contracorriente que un hombre vestido de luces delante de un toro, es un espectáculo con sangre y con muerte de verdad, es algo muy autentico, somos únicos. Partiendo de esa base, creo lógico apostar por una estética diferente; es cierto que es un mundo que tiene como problema que es muy conservador, pero que es también virtud, por eso hemos conservado el rito lo más puro posible hasta nuestros días. Sí estoy muy de acuerdo que lo de fuera hay que llegar modernizarlo para llegar al siglo XXI, llegar a la gente; en definitiva, hay que conservar lo puro de dentro pero fuera de lo principal, tenemos que cambiar. Una cosa estática al final se pudre.
Desde hace algunos años, se está poniendo de moda la reutilización de carteles antiguos para anunciar festejos actuales, muchos de ellos con regular resultado o demasiado pastiche, ¿qué opinas al respecto?
No estoy en contra de recuperar la estética en ciertas corridas que pueda valer eso, haciendo un guiño a la historia de la tauromaquia o a un aniversario de cierta plaza, pero no estoy nada de acuerdo en que sea la tendencia general. Es una falta de respeto reciclar esos carteles, muchas veces ese reciclaje se hace de forma bastante mal, no lo acabo de entender. Cuando se diseña un cartel, tiene que pensar que quiere transmitir o comunicar, por eso son diferentes en cada tipo de plazas o incluso si nos vamos de una ciudad a otra, por lo tanto, cada sitio es un mundo y hay que saber jugar con los diferentes recursos gráficos, pero no acabar en la trampa de reutilizar, no se gana nada. Hay muchos estilos, y todos son aceptables, pero sea cual sea, tiene que respetar a lo que se hizo en su día.
En tu obra, vemos que también utilizas como fuente de inspiración a los grandes toreros de la historia, pero con un idioma actual, ¿cómo es el proceso de selección y diseño de tus trabajos sobre matadores históricos? ¿Son estos toreros más carismáticos que los actuales?
Por ejemplo, Manolete tiene una carga histórica o emocional de lo que fue fuera de la plaza, como alguien importante en la sociedad de la época, que fue trascendental, en una época complicada, al final alguien así en un cartel o en una imagen ya te transmite mas que cualquier otro. Hay que aprovechar esas cualidades de cada torero, que cada uno tiene una potencia o fuerza, para después usarlo en un cartel.
De los toreros actuales, ¿cuáles consideras que tienen más fuerza para llevarlos a una obra o cartel?
Depende de lo que quieras transmitir, todos sabemos el peso que tiene Morante o Emilio de Justo, es algo que no tiene que ver con su toreo, pero creo imprescindible que tienen que tener algo externo a la plaza. Un ejemplo es José Tomás, ver una imagen de él en cualquier ambiente es algo que impacta. Si me tengo que quedar con uno y, siguiendo este patrón del torero que transmite más cosas más fuera de la plaza, me quedaría con él, con José Tomás. Una figura totalmente reconocible que evoca una serie de cosas que no tienen otros.
Has realizado carteles para toreros, distintas plazas y actividades… ¿con cuál te quedas o le guardas especial cariño?
Difícil pregunta, seguramente sean los de Las Ventas. El del desafío ganadero de abril entre Los Maños y Saltillo, le tengo un especial cariño, trabajar con la mejor plaza del mundo es fantástico. Al final es el sueño de todos, verse en Madrid. También podría hablar de otros carteles que tienen más carga emocional, otros que la tarde ha salido bien… Cada cartel tiene su aquel y le tengo cariño por diferentes cosas.
De forma resumida, cuál sería el proceso creativo de los carteles, desde que te llaman hasta que los aficionados lo vemos en la pared…
¡No lo sé ni yo! Cada cartel es un mundo, desde que me llaman, me pongo delante del papel sin saber que va a salir. Los caminos para encontrar eso no los se ni yo, normalmente aparecen a altas horas de la noche y cuanto menos tiempo para hacerlo, mejor. La presión me ayuda a trabajar, si tengo mucho tiempo para hacerlo, suelo darle muchas más vueltas y al final lo dejo para última hora. Cuando termino un cartel, dejo mi alma y hay veces que salen mejor y otras peor. Si es cierto que tengo en cuenta la plaza, el festejo… intento transmitir lo que refleja esa plaza.
¿Las empresas te dejan trabajar con total libertad o quieren imponerte ciertas directrices?
Al principio era bastante frustrante, `porque se presentaba una cosa y salía otra diferente. Hay que ir enseñando a embestir al toro y aquí, también (risas). Al principio costaba más y ahora es todo más fácil, ya me dan prácticamente total libertad, trabajando mucho más cómodo. Siempre estoy dispuesto a recibir ideas y consideraciones, pero me gusta trabajar con libertad, para eso estamos los diseñadores.
Resides en Barcelona, una de las capitales taurinas del país pero que desgraciadamente, lleva ya muchos años sin toros, ¿se está enfriando la afición?
Diría que, enfriando no, hay mucha actividad, tanto en la escuela taurina como en materia de conferencias y demás. El ambiente no ayuda, eso es verdad, pero el aficionado de siempre sigue viajando a las plazas y eso no te lo quita nadie, por mucho que impongan su ideología y aspectos políticos. Quizás el problema sea en las próximas generaciones, que no lo han visto desde pequeños…
Por último, ¿un sueño por conseguir?
Lo que más me gustaría es volver a ver toros en Barcelona y si pudiera, hacer el cartel de la vuelta. Lo veo difícil, pero ojalá que sea ese, la esperanza es lo último que se pierde.
Gracias