La alegría y presión de los tendidos logró que el presidente del festejo concediera un indulto polémico a un toro bien toreado por Marcos Peña ”El Pino”, quien resultó triunfador al cortar tres orejas, una en su primero y dos simbólicas al toro indultado
En punto de las siete de la noche de este veintisiete de enero, sonaron clarines y timbales, en la plaza de toros “Hugo Domingo Molina”, dando inicio a la primera corrida programada en La Feria Internacional de San Sebastián, en San Cristóbal, Venezuela.
El primero de la tarde, de la ganadería Campo Largo, nº272 y con 530kg, nombrado Don Juan , negro zaino, cornidelantero, y muy serio, correspondió a Marcos Peña “El Pino” quien lucía un hermoso traje nazareno y oro con cabos blancos, en la capa poco se pudo ver a Don Juan, de la vara salía distraído por lo que el picador optó por taparle la salida para cumplir con su oficio. Recibe dos pares de banderillas, se cambia el tercio y El Pino brinda la lidia a los empresarios Orlando Farò y Juan José Guerrero. Por doblones lleva al toro a los medios, donde le pega dos tandas de buenos derechazos rematadas con el de pecho.
El público comienza a corear oles, se cambia la muleta a la mano izquierda y al tercer natural suena la música, sigue otra tanda de cuatro naturales bien rematada con el de pecho, una serie más de derechazos y se va por la espada que cae un poco desprendida pero efectiva y corta la primera oreja de la tarde.
El segundo correspondió a Cesar Venegas, de negro y oro, de nombre Heredero, nº220 y 440 Kg, negro, bragado, meano, cornidelantero, que al primer lance de capa se cuela por el pitón derecho y obliga a Vanegas a saltar la barrera, dos lances más de capa y se cambia el tercio, dos veces va al caballo y recibe una buena vara.
El matador ejecuta el primer par saliendo apurado de la suerte, el segundo par de poder a poder de buena ejecución y el tercero, al quiebro en los medios de la plaza, que le retribuye con sonoros aplausos. Brinda la lidia al ganadero Hugo José Molina. Con tres doblones y tres derechazos comienza la faena a un toro que infundía respeto. Una serie de naturales y cuatro más de derechazos, haciendo bien las cosas, ya sonaba la música, intenta nuevamente con la izquierda, nada sencillo en este toro, una tanda más derechazos y por la espada, se moja la mano pero es trasera la estocada , tres descabellos, le hacen perder el premio.
El tercero de nombre “Carpintero” , un colorado ojinegro con 470 kg, herrado con el nº 276,nunca humilló, nada le permitió a Alexander Guillen, quien vivió un calvario, sonaron tres avisos y el toro vivo al corral.
El cuarto y último de la tarde le correspondió a El Pino, era la condición de este festejo, quien triunfara en su primer toro, lidiaba el cuarto, con el hierro de Rancho Alegre, nº 218, con 435 kg y de nombre Lusitano, colorado ojo de perdiz, que fue recibido con cuatro verónicas pintureras y una media de ortodoxa ejecución, se cambia el tercio y con lances sueltos llega Lusitano a jurisdicción del picador quien le suministra una vara breve , recibe un solo par de banderillas, El Pino brinda al público y con cinco ayudados por alto muy artísticos y el pase del desprecio, comienza a hilvanar una faena que hace sonar la música al primer pase con la mano izquierda, cuatro naturales y el de pecho que pusieron a delirar al público, vinieron los adornos y cuatro series más de mano derecha. Cuando fue por la espada los empezaron a presionar pidiendo él indulto que a la postre fue concedido, dos orejas simbólicas, y todo fiesta en los tendidos que disfrutaban de la fresca noche andina.
Manuel Ordóñez