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Tarde arrolladora de Roca Rey en una Picassiana que deparó la mejor versión de Cayetano

Andrés Roca Rey arrasó este miércoles en la ya tradicional Corrida Picassiana, un festejo cargado de contenido en el que la encastada e interesante, además de seria, corrida de Daniel Ruiz propició el espectáculo. El peruano cortó tres orejas, que bien pudieron ser cuatro de no caer una brizna desprendida la espada al quinto, y salió en volandas. Debió acompañarle Cayetano, que mostró una versión pura y enfibrada, firmando naturales de muchos kilates. Aguado, con el peor lote, fue ovacionado.

A su aire y enterándose salió el segundo al que, sin embargo, le vino bien el paso por los del castoreño. Ahí, empujando fijo y con los riñones, se oxigenó el toro y rompió a embestir con clase y bravura. Roca Rey, que comenzó a pies juntos, lo citó desde los medios para comenzar una obra sublime. A base de manso y poder, firmó tandas de mano muy baja, llevando siempre al toro templado y enroscándoselo en cada muletazo. Largas y con hondura las series al natural, que hicieron claudicar a sus pies La Malagueta. A más el de Daniel Ruiz. El epílogo por bernadinas, de infarto. La estocada, de premios, contundente, hizo doblar al animal, que tuvo muerte de bravo, en los medios. Dos orejas para el peruano de un ‘Juguetón‘, premiado con la vuelta al ruedo.

En el quinto formó otro lío Roca Rey. Toreo de mano baja y muletazos largos, profundos, aprovechando el recorrido de un toro que tuvo nobleza y ritmo, aunque se vino algo a menos en el tramo final. Fue entonces, cuando el peruano optó por acortar las distancias e, incrustado entre los pitones, se metió un arrimón de vértigo. Los pitones resbalaron una y otra vez por sus muslos apabullando la razón e invadiendo los terrenos del de Daniel Ruiz. Tremendo. Como le sucedió a Cayetano, en su segundo, la espada cayó ligeramente desprendida y el palco, tan sólo quiso otorgar un trofeo a una faena que también era de dos.

El cuarto fue otro toro importante, noble, definido de salida que apuntó buena condición y peleó con franqueza en varas. Luego, en la muleta, Cayetano comenzó sentado en el estribo, en un inicio marca de la casa, que llegó al tendido. Lo bordó al natural Cayetano, dejando muletazos muy templados y limpios. Faena maciza y de las más rotundas que se le recuerdan al dinástico. Lo mató de estocada desprendida. La Mañagueta fue un mar de pañuelos, un clamor que el presidente no atendió, pues sólo concedió una oreja y Cayetano fue obligado a dar dos vueltas al doble anillo.

Rompió plaza un toro de Daniel Ruiz que lo quiso todo por abajo ya desde que se estiró Cayetano con el percal. Se venía andando y algo cruzado el animal, pero siempre con importancia. Toro encastado, al que comenzó el dinástico toreando por bajo con toreros doblones. Tuvo relevancia el trasteo, basado en la mano diestra, pero la opción plausible de oreja se desvaneció al marrar con el acero.

Serio y con cuajo, astifino desde la mazorca, fue un animal que tuvo más complicaciones, midiendo y reservón. Hizo un esfuerzo Pablo Aguado, que trató de exponer para llegarle mucho y robarle los muletazos. Nada sencillo, porque además el viento importunó más de la cuenta. Faena estimable, que no encontró el refrendo de la espada, pinchazo y media estocada. Silencio.

Cerró plaza el animal de menores opciones. Un sexto de poco motor y casta que se terminó diluyendo a menos muy pronto, cual azucarillo. Aguado tuvo, al menos, para dibujar un precioso inicio de faena y dejar fogonazos de ese toreo caro y esa sevillanía y naturalidad con la que impregna sus faenas. Tras pasaportarlo, saludó desde el tercio.

RESEÑA

Plaza de toros de La Malagueta, en Málaga. Lleno de ‘No hay billetes’. Corrida Picassiana y última de la Feria de Agosto. Toros de Daniel Ruiz, . El 1º, encastado y exigente, con importancia; el 2º, bravo y a más, enclasado y con transmisión, nº 97, ‘Juguetón‘, fue premiado con la vuelta al ruedo; el 3º, midiendo y reservón; 4º y 5º, nobles y de buena condición, y el 6º, de poco fondo y a menos.

Cayetano (de azul rey y azabache), ovación tras aviso y oreja con fuerte petición de la segunda, dio dos vueltas al ruedo.

Roca Rey (de tabaco y oro), dos orejas y oreja.

Pablo Aguado (de sangre de toro y azabache), silencio y ovación.

Incidencias: Tras el paseíllo, José María Manzanares recibió los trofeos Estoque de Plata 2019 y el capote de paseo como triunfador de la Feria Taurina del mismo año.

 

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