Ángel Sánchez paseó una oreja y echó una tarde convincente en la tradicional corrida de la festividad de La Paloma, en Madrid. Un festejo en el que confirmó alternativa con mucha seriedad y ganándose el derecho a la repetición, Adrien Salenc, que fue ovacionado. Ambos, de hecho, sufrieron tremendas volteretas con una serie y ofensiva corrida de Fuente Ymbro, que decepcionó. Jairo Miguel, silencio en ambos.
El quinto fue un toro muy abierto y ofensivo, de espectacular trapío, al que toreó muy bien con el percal Ángel Sánchez. Tanto por delantales como a la verónica. Echando siempre los vuelos y cargando la suerte. La gente cantó mucho esos lances. Se le vio muy suelto manejando la capa también en un galleo por chicuelinas al paso. Brindó al público y comenzó en los medios, dando distancia al de Fuente Ymbro y el toro se arrancó con emotividad en ese inicio, que terminó con el madrileño volteado en el pase de pecho. Se repuso el torero y volvió a la cara para enjaretarle otra buena tanda, pero, en la siguiente, el animal echó la persiana, tal vez, acusando la excesiva cercanía del matador. Pese a ello, Sánchez logró dibujar muletazos sueltos de muy buen trazo, por lo que, tras una buena estocada, paseó una oreja unánime.
No tuvo historia la lidia del tercero, un animal muy manso desde que salió de chiqueros. Ángel Sánchez mostró una faceta muy lidiadora, menos lírica de lo habitual, en los medios. Marcó mucho las querencias y esta circunstancia condicionó mucho la faena, pues planteó problemas en todo momento. La falta de raza del toro impidió ver al de Alcobendas que, pese a ello, dejó un natural largo y limpio, de excelente trazo. Buena estocada y palmas.
El toro de la confirmación de Adrien Salenc fue un toro fuerte, con cuajo y muy ofensivo, que, reservón, hizo varios extraños de salida. Luego, tras la ceremonia, embistió con emotividad en las primeras tandas, pero no tardó en orientarse y empezó a vencerse por dentro. Planteó muchas dificultades al galo que, incluso, recibió una fuerte voltereta. Volvió a la cara y resistió el calamocheo violento del animal, cada vez más a la defensiva. Tras una estocada desprendida, saludó desde el tercio.
Toro con poca fuerza, el sexto acusó esa debilidad en los primeros tercios y, además, se puso brusco en la faena de muleta de Salenc. El galo dio la cara y firmó un inicio de trasteo muy espectacular, combinando muletazos por alto y por bajo con empaque y gusto. Sin embargo, luego se fue diluyendo todo por esa condición del toro que, incluso, le pegó una voltereta fuerte de nuevo, tratando de ligarle. Una tarea nada sencilla, puesto que cuanto mas le exigía, más protestaba. Lo mató de una estocada de premios.
Se vencía ya de salida el segundo en el capote de Jairo Miguel, que dejó un templado quite por delantales. Hubo otro, movidito, de Ángel Sánchez, por chicuelinas. Comenzó por bajo, con muletazos de rodilla genuflexa y el animal venciéndose de nuevo. De poco recorrido por el izquierdo, tuvo algo más de profundidad por el derecho, si bien, la faena nunca tomó vuelo. Mató de media y descabello.
Con muchísima cara, el ofensivo cuarto fue un animal que salió abanto y distraído, pese a los intentos de Jairo Miguel de torearlo a la verónica. Recibió un puyazo fuerte del picador que guardaba la puerta. Jairo Miguel estuvo muy dispuesto franela en mano, pero la faena nunca tuvo eco. Primero, porque el de Gallardo pasaba sin demasiada acometividad y, después, porque faltó reunión a su labor. Voluntad del extremeño, que estuvo solvente para ‘despenarlo’ de una estocada corta de rápido efecto.
Plaza de toros de Las Ventas, en Madrid. Tradicional corrida de la Festividad de La Paloma. Un cuarto de entrada (4.091 espectadores, según la empresa). Toros de Fuente Ymbro, bien presentados y ofensivos, de decepcionante juego en general.
Jairo Miguel (de blanco y plata), silencio en ambos.
Ángel Sánchez (de blanco y azabache), palmas y oreja.
Adrien Salenc (de blanco y oro), que confirmó alternativa, ovación en ambos.
Incidencias: En banderillas, se desmonteró en el quinto, Lipi.