Alejandro Mora se presentó en Las Ventas con suaves lances a pies juntos. El descarado segundo salía con la cara por las nubes, dificultando el embroque. Empezó a perder las manos por lo que fue muy protestado. El presidente apostó por mantenerlo. Es cierto que tenía buena humillación, la cual aprovechó Mora para dibujar muletazos con gusto. Por el izquierdo resultó más probón. En el final de faena, en un pase del desdén le pegó una voltereta afortunadamente sin consecuencias. De los numerosos toreros que salieron a socorrerle solo tres llevaban el capote en la mano (su cuadrilla) por lo que los demás se limitaron a mirar impotentes la escena. Qué importante es tener siempre un capote en la mano aunque sea dentro del callejón. La estaca suelta llegó después de un pinchazo. Palmas
Importante faena de Alejandro Mora en el quinto de la tarde, un sobrero de Chamaco que sustituyó al quinto de Ribera de Campocerrado muy débil de remos pero al que toreó el extremeño primorosamente con el capote. Con el vuelo por delante y acompañándolo con el pecho. El de Chamaco no fue fácil de salida pero tuvo transmisión en todas y cada una de sus embestidas. Mora apostó por el novillo, le dio distancia en las primeras tandas para aprovechar la inercia. El novillo embestía por bajo con mucha importancia. Mora lo cuajó en naturales en redondo. Con pasajes de mucha personalidad. Terminó el trasteo con muletazos a pies juntos. Un pinchazo se interpuso para conseguir la deseada oreja. La vuelta al ruedo reconoció su torería.
El último festejo del mes de agosto se inauguró con el minuto de silencio por el 75 aniversario del fallecimiento de Manolete. El primero de Ribera de Campocerrado resultó muy distraído de salida, friote. Su astifina presencia helaba a su paso por los burladeros. Rafael Reyes se presentó en Madrid con disposición. Quiso torear bien con el capote y planteó una seria faena que brindó al banderillero de sus filas Rafael Figuerola. El cordobés trató de aprovechar los viajes pase al escaso recorrido. Poco fondo y escasa calidad en una embestida que se apagó pronto. Estocada y un golpe de descabello. Silencio.
Cerró el lote de Rafael Reyes un serio novillo aunque más armónico que sus hermanos. Cuajado en su morfología, con los pitones arremangados. El cordobés lo recibió en la puerta de chiqueros a porta gayola. Tuvo que echar cuerpo a tierra a su paso. Recompuesto el saludo tuvo la transmisión de la rabieta del novillo. En la muleta no se empleó. Reyes porfió con buena disposición en una faena brindada a José María Lázaro, un torero honrado que siempre dio la cara en esta plaza, ahora es su apoderado. Reyes remató por manoletinas en la ronda más compacta del trasteo. Pinchazo y estocada baja.
No tuvo suerte en su presentación Jesús García con un amplio y astifino novillo de Ribera de Campocerrado. Muy abanto, desentendido de salida, que se fue centrando pero no rompió en ningún momento. García quiso agradar en todo momento pero la faena, debido a la falta de entrega del animal, resultó muy movida. Le perdió pasos continuamente para tratar de alargar las desordenadas embestidas.
Sin opciones en el sexto Jesús García. Buen saludo con el capote pero el toro se aplomó en la muleta. García tiró de recursos y buena disposición.
Plaza de toros de Las Ventas, en Madrid. Festejo de temporada. Un tercio de entrada. Novillos de Ribera de Campocerrado.
Rafael Reyes (de blanco y plata), que se presentaba en Madrid, silencio y silencio.
Alejandro Mora (de grana y oro), que se presentaba en Madrid, palmas y vuelta al ruedo.
Jesús García (de catafalco y oro), que se presentaba en Madrid, silencio y silencio.