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Madrid: frío en plena ola de calor

Foto: Plaza 1

José Fernando Molina, novillero hecho y rodado, saludó la única ovación con una novillada muy deslucida y sin raza de Vistalegre.

Regresaba esta noche a Las Ventas José Fernando Molina apenas un mes después de descerrajar la Puerta Grande de Las Ventas. Pese al triunfo, apostó por volver en el ciclo de nocturnas y suyos fueron -junto a un buen ramillete de verónicas de El Melli al tercero- los momentos de mayor entidad de una novillada de poco lustre y plomiza, muy condicionada por el pobre juego del ganado de Vistalegre, sin clase y falto de raza. El novillero de Albacete, donde tomará la alternativa en un par de meses, dejó constancia de ser un novillero cuajado, con el oficio adquirido y listo para dar el salto al toro. El Melli y Rocío Romero fueron silenciados en sus respectivos lotesY es que lo de esta noche dejó frío en plena ola de calor.

El avacado y escurrido primero se partió el pitón izquierdo al hundirlos en la arena cuando le colocaban al caballo. Salió en su lugar un sobrero de Torrealba, hecho y con cuajo, serio, que se partió la mano derecha tras salir del peto. Pese a que salieron los mansos, tuvo que ser apuntillado en el ruedo tras unos minutos de cierta incertidumbre.

Esta vez optó por correr turno y salió uno de Vistalegre bajo, de lomo recto y cornidelantero, que salió suelto en el recibo de Rocío Romero protestó en el peto del caballo. Ceñido el quite de Molina por saltilleras. Romero brindó con ilusión al público, pero el trasteo nunca tomó vuelo. Le faltó entrega al de Vistalegre y tendió a violentarse al puntear los engaños. Tras un par de desarmes, optó por montar la espada, que se le fue a los blandos.

En cuarto lugar, apareció el sobrero de Virgen María, fuerte y serio, tras correrse turno en el primero. Animal que hizo cosas de corraleado y se emplazó en el tercio. Lo paró Juan Carlos García, que también lo colocó en el peto en las dos varas, que costó colocarle, porque huyó en cuanto sintió la puya. Recibió severo castigo. Con sabor, el quite por chicuelinas de mano baja de Molina, que remató de media abelmontada. Llegó a la muleta con temperamento, soltando siempre un molesto tornillazo y Rocío Romero no terminó de verlo claro. Marró con el acero.

El segundo fue un animal bajo y bien hecho, cornidelantero que abría más la cara, al que recibió con una chicuelina José Fernando Molina. Blandeó y le faltó poder al de Vistalegre que, por el derecho tendió a vencerse en el viaje. El manchego comenzó, sin probaturas, citando con la derecha en la boca de riego y se mostró como un novillero hecho y rodado. Sin embargo, no pudo llegar al tendido por esa falta de vida del novillo, que se quedó cada vez más corto. Acabó metido entre los pitones, ligando tres circulares invertidos en un palmo de terreno, que elevaron la intensidad del trasteo. Lo mató de pinchazo y estocada perpendicular y saludó desde el tercio tras leve petición.

El quinto fue novillo más hecho y serio por delante enseñando las puntas, al que toreó con oficio Molina, que volvió a demostrar ser un novillero al borde de la alternativa. Sin embargo, poca materia prima tuvo delante. Un animal deslucido, que nunca descolgó en la muleta y repuso en ciertos pasajes de un trasteo que no encontró eco en los tendidos. Lo mató de estocada corta y descabello.

El Melli saludó con cadencia y temple a la verónica al tercero. Buen ramillete de lances a uno de Vistalegre, avacado y suelto de carnes, sin llenar, que abría la cara. Galleó con vistosidad por chicuelinas para ponerlo en suerte. Después fue un animal tardo y algo reservón. Como ya mostró con el percal, el gaditano mostró actitud y ganas en un trasteo basado en el pitón derecho que, sin embargo, no tomó vuelo por la falta de raza del utrero, que acabó rajándose en tablas. La estocada, muy baja, necesitó de tres golpes de cruceta.

Cerró plaza un utrero astifino y amplio de sienes, que corroboró la mayor presencia de la segunda mitad del envío de Vistalegre. Salió a su aire y sin fijeza y no pudo estirarse esta vez el andaluz. Una condición que no mejoró en el último tercio, puesto que su falta de ritmo y clase no posibilitó lucimiento alguno de El Melli. Estocada corta y dos descabellos.

 

 

RESEÑA

Plaza de toros de Las Ventas, en Madrid. Más de un cuarto de entrada. Novillos de Vistalegre, desiguales de presentación, mejor presentados los tres últimos. En general, deslucidos y de poca raza. El sobrero de Virgen María hizo cosas de corraleado y con temperamento en la muleta.

Rocío Romero, (de lila y oro), que se presentó en Madrid, silencio y silencio.

José Fernando Molina, (de caña y oro), ovación con petición y silencio.

El Melli, (de rosa palo y oro), que se presentó en Madrid, silencio y silencio.

 

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