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Lo que nadie te puede quitar

Análisis de los carteles de la Feria de Otoño 2021

El respeto de una afición, de una profesión, es algo que no se gana en una tarde ni se pierde de un plumazo. Ese respeto conquistado a base de sangre derramada y un tesón a prueba de bombas es lo que nadie le podrá a quitar a Manuel Escribano. Tampoco el hecho de haberse ganado a pulso estar en los carteles de la Feria de Otoño, ni siquiera los responsables que le han dejado fuera. Escribano tiró la moneda al aire y se entregó sin mirar atrás en una magnífica faena con un fiero toro de Victorino Martín. En algún embroque era inevitable acordarse de otro cárdeno que le partió por enésima vez el muslo hace no tanto en el pálido ruedo de Las Ventas. Por ese motivo, su ausencia duele.

La gran vuelta que Plaza 1 anunció en 2020 se ha materializado en las ya celebradas dos corridas de toros y en una Feria de Otoño atípica que no ha dejado indiferente a nadie. Cuenta con luces y con sombras, que a continuación analizaremos pero, sobre todo, con el giro que ha supuesto para los aficionados el planteamiento. Muchos habíamos imaginado una especie de mini San Isidro, no ha sido el caso.

Las Ventas acogerá nueve días de toros para cerrar el escaso año taurino, con la casuística de coincidir en fechas en dos de las tres partes con la Feria de San Miguel que supera por primera vez en la historia en número de festejos a la Feria de Otoño que cuenta con 14 tardes de toros.

La presencia de figuras como El Juli –por dos veces–, Morante de la Puebla, José María Manzanares y Miguel Ángel Perera habla del esfuerzo que ha hecho la empresa por hacer unos carteles atractivos, que llamaran la atención al público y a los aficionados más exigentes. También tienen su cuota los toreros de Madrid como Diego Urdiales y Paco Ureña además de dos toreros del gusto de la cátedra del toreo que se han ganado a pulso su presencia en la feria como Emilio de Justo y Juan Ortega. Qué decir del buen momento que atraviesan Daniel Luque y Ginés Marín.

De los toreros mencionados anteriormente, destacar dos sucesos de la presente temporada como son la suprema obra capotera de El Juli en el festival del 2 de mayo a un novillo de Garcigrande al que cuajó también con la muleta cortando dos orejas y la Puerta Grande conquistada por Emilio de Justo el pasado 4 de julio.

Los hierros de Victorino Martín y de Adolfo Martín son dos de los favoritos de la afición venteña y aquí vienen las sombras: Manuel Escribano y Sergio Serrano dieron la cara en una importantísima tarde el 26 de junio con una cinqueña corrida de Victorino. Ambos se ganaron a pulso estar en Madrid para cerrar sus temporadas con los honores que merecen. Escribano firmó una faena extraordinaria y Serrano estuvo a la altura de un grandioso toro de Victorino. Como decíamos al principio, duele especialmente la ausencia de el torero de Gerena que tiene un currículum inmaculado en la primera plaza del mundo, que jamás ha vuelto la cara a su compromiso con la profesión pese a la dureza de los hierros con lo que se le anuncia y pese a la injusticia con la que se le trata en demasiadas ocasiones. Escribano merecía estar ahí.

Ninguno de los matadores anunciados sobra. Para cada uno hay un argumento para estar en la feria. El gesto de Antonio Ferrera es un exceso dado el corto número de festejos que este año acoge la plaza de toros de Las Ventas, no podemos decir que no sea un éxito ni tenga muchísimo mérito estoquear en solitario seis albaserradas de Adolfo Martín. Dadas las circunstancias no parece el momento más acertado.

También se ha reivindicado por redes sociales la presencia de Gómez del Pilar y de Román. Dos toreros en momentos distintos de sus carreras pero que también han hecho méritos para estar en Madrid. No me quiero olvidar en estas líneas de José Ignacio Uceda Leal que este otoño cumplirá 25 años como matador de toros y habría sido un detalle verle anunciado para conmemorar aquel intercambio de trastos con Curro Romero en presencia de Julio Aparicio. Una romántica efeméride que bien se podría haber celebrado con un director de lidia de lujo para cualquiera de las tardes de postín.

El toreo también tiene un compás de espera que los toreros que no están en los carteles conocen bien porque lo han vivido en otros momentos de sus carreras. Madrid (y su gloria inigualable) les estará esperando. Lo ya conquistado, que es algo que no se puede cuantificar ni tocar pero que es lo que de verdad importa, nadie te lo puede quitar.

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