Fernando Roca Rey y Jesús Enrique Colombo pasearon sendos trofeos en la segunda -primer festejo mayor- de la Feria del Señor de los Milagros, en el coso de Acho, en Lima. El peruano, que se cortó la coleta tras dar cuenta del quinto, firmó una despedida de los ruedos con honores, mientras que el venezolano, que volvió al escenario donde tomó la alternativa hace un lustro, echó una tarde contundente y rotunda, llena de entrega en todos los tercios de la lidia. A la oreja del tercero, se debieron sumar las dos del bravo sexto de La Viña, el mejor de un desrazado encierro y que fue premiado con la vuelta al ruedo, de no ser por el manejo de la tizona. Manuel Escribano, con un lote imposible, sólo pudo justificarse con actitud y disposición sin mácula.
El tercero fue un castaño de Juan Manuel Roca Rey al que Jesús Enrique Colombo saludó con dos verónicas de rodillas para después torearlo con cadencia ya en pie por el mismo palo. El venezolano no quiso ser menos e igualmente compartió banderillas con sus compañeros. Ovacionados, los tres en un buen tercio. Muleta en mano, Colombo trató de citarlo desde los medios, pero el animal remiso a embestir no propició ese inicio. Animal soso y de poca raza. No obstante, logró dar fiesta después a los tendidos en una faena basada en el pitón derecho. Hubo menor acople con la zurda. La estocada hizo rodar al burel sin puntilla y paseó una oreja.
El sexto toro, con el hierro de La Viña, fue un ejemplar colorado con bastante mayor trapío que el resto de la corrida. Fue un animal definido desde la salida, bueno para la lidia de Colombo, que le pegó una larga cambiada de hinojos antes de estirarse a la verónica. Con las farpas, firmó un tercio lucido y muy vistoso, que fue largamente ovacionado. Luego, comenzó el trasteo citando con la pañosa plana desde los medios, de rodillas nuevamente. Prólogo vibrante como el resto de una faena en la que logró cuajarlo por ambas manos. Era de premios, pero la estocada tras pinchazo necesitó de dos descabellos y fue ovacionado. Vuelta al ruedo para el bravo animal de La Viña.
También lució las cintas de Juan Manuel Roca Rey el quinto, toro de la despedida de Fernando Roca Rey. El peruano lo saludó a pies juntos con briosas verónicas aprovechando el ritmo y la alegría del toro de salida. Invitó en banderillas a sus dos compañeros de cuadrilla: El Loro y Ronald Sánchez. Después brindó este toro postrero de su carrera a su padre e hilvanó una buena faena cimentada en el toreo con la diestra. Delante tuvo a un animal que se fue quedando, pero a base de mando y de provocarle la embestida, logró coronar una faena estimable. Culminó su obra con una gran estocada, de efecto fulminante, y paseó una oreja. Tras dar la vuelta al ruedo, se le cortó la coleta para poner punto y final a su carrera como matador de toros.
El segundo lució el hierro de La Viña. Fue un animal más escurrido y de escaso trapío, que fue protestado. Fernando Roca Rey logró alguna buena verónica en el recibo, muy aplaudidas. Después, tras la creciente protesta en varas, compartió también rehiletes con sus compañeros de terna. Buenos pares, banderilleando con espectacularidad. Tras brindar a su madre, comenzó con la muleta de rodillas en los medios, toreando en redondo. Corrió la mano por ambos pitones con buen trazo. Sin embargo, el manejo del acero, cuatro pinchazos, antes de la estocada le alejaron del premio.
Manuel Escribano recibió con una larga cambiada al que rompió plaza. Un toro con poca movilidad de Juan Manuel Roca Rey, que tendió además a soltar la cara en sus embestidas, en las que evidenció poca fortaleza. Buen puyazo de Caro. El animal fue propicio para un vistoso tercio de banderillas, que Manuel Escribano compartió con sus compañeros de terna. Cada vez defendiéndose más, se vino enseguida a menos. Pese a su actitud, sin opción el torero español, fue silenciado.
El cuarto de La Viña fue devuelto por su escasa presencia y, en su lugar, salió uno de Juan Manuel Roca Rey al que también se protestó. Poco pudo hacer frente a él Manuel Escribano, actitud intachable, pues su embestida nunca fue clara en los engaños. Tras mostrar su condición con ambas manos, lo mató de pinchazo y estocada.
Plaza de toros de Acho, en Lima (Perú). Segunda de la Feria del Señor de los Milagros. Tres cuartos de entrada. Toros de Juan Manuel Roca Rey, el cuarto como sobrero, y La Viña (2º, 4º y 6º), muy desiguales de presentación, algunos excesivamente terciados para la categoría de esta plaza. Imposible el lote de Escribano, en general, les faltó casta y raza, con la salvedad del 6º, bravo ejemplar, definido ya de salida, que fue premiado con la vuelta al ruedo.
Manuel Escribano (de gris plomo y oro), silencio en ambos.
Fernando Roca Rey (de verde hoja y oro), silencio y oreja.
Jesús Enrique Colombo (de grana y oro), oreja y ovación.
Incidencias: A la muerte del quinto, tras dar la vuelta al ruedo con la oreja que cortó, Fernando Roca Rey se ‘cortó la coleta’ poniendo fin a su trayectoria como matador de toros. Igualmente, al término de la corrida se despidió de los ruedos el veterano banderillero Fernando González ‘El Pato’.