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La revolución de los útiles innovados para la lidia: así fue la prueba práctica de Alba de Tormes

Alba de Tormes, su teatro, su plaza de toros, han acogido este lunes y martes un interesantísimo seminario taurino titulado ‘Hacia un nuevo reglamento taurino en Castilla-León’. En el mismo, la puesta de largo de unos útiles innovados para la lidia ha sido la matriz. Así, tras las ponencias de la mañana, en las que su inventor, el matador de toros Manuel Sales, el veterinario Julio Fernández y el biólogo Fernando Gil Cabrera expusieron sus novedades y ventajas, por la tarde, se llevó a cabo una prueba práctica a puerta cerrada lidiando seis toros de diferentes encastes por parte de Domingo López Chaves, El Capea y Javier Cortés, que ocupó el lugar de un Morante de la Puebla, gran implicado en este proyecto, que se ausentó a última hora.

Una puya cuadrangular y más fina, banderillas de punta cónica y en punzón, como la divisa, estribos acolchados, espadas mucho más afiladas, más ligeras y sin curvatura, también descabellos y puntillas de filo recto… Toda una revolución que fue evaluada a lo largo de la tarde frente a reses de Montalvo, Valdellán (López Chaves), Castillejo de Huebra, Domingo Hernández (El Capea), Antonio Bañuelos y Francisco Galache (Javier Cortés).

 

Sin duda, grandes novedades que buscan modernizar la corrida de toros, adecuarla a los nuevos tiempos con un espectáculo menos sangriento, menos lesivo para el animal y que, al mismo tiempo, potencie el desarrollo de todos los tercios y la duración del toro en la muleta para así ofrecer mayor atractivo a los públicos.

Hasta Alba de Tormes, a caballo entre la curiosidad y el interés por esta prueba práctica -que se viene a unir a las que ya se han venido celebrando en los últimos años en el campo en diversas ganaderías-, se acercaron multitud de profesionales taurinos. Desde matadores de toros como el Niño de la Capea, Manuel Diosleguarde, Alejandro Marcos, Matías Tejela a toreros de plata y picadores pasando por una nutrida representación de ganaderos del campo charro.

Tampoco faltaron Victorino Martín, presidente de la Fundación Toro de Lidia, ni Antonio Bañuelos, homónimo de la Unión de Criadores. Ambos incluso participaron en sendas ponencias de la mañana del lunes. También asistió una eminencia de la cirugía taurina como es el doctor Carlos Val-Carreres, jefe de los servicios médicos de la plaza de toros de Zaragoza. Asimismo, hubo una numerosa representación de diversas asociaciones y colectivos de aficionados, pues se pudo observar en el tendido a reputados aficionados salmantinos y a varios miembros de agrupaciones venidas de la capital como los de la Asociación El Toro de Madrid.

A continuación, vamos a desglosar, uno por uno, los cambios que se examinaron en esta rigurosa -hubo hasta clarines y timbales y avisos para los diestros, vestidos de corto– prueba práctica, así como las imágenes de su utilización durante las lidias en los diferentes astados que fueron toreados:

PUYA CUADRANGULAR Y ESTRIBO ACOLCHADO:

La puya es el utensilio de la lidia que más ha variado a lo largo de la Historia de la Tauromaquia. El tercio de varas es uno de los grandes beneficiados con el desarrollo de estas mejoras en los útiles taurinos. Actualmente, se utiliza una puya en forma triangular, de 7,36 centímetros, que ‘suele desgarrar bastante los tejidos del animal y penetrar mucho más que la nueva, cuadrangular, que provoca una herida en cruz, de una única trayectoria y limpia, se ha apreciado en los toros indultados en las que utilizó que curan en siete días después de haber recibido tres puyazos, porque cicatriza más rápido‘, comenta el veterinario Julio Fernández.

‘Ha sido bastante difícil encontrar una puya adecuada, esta puya cuadrada debe emplearse en ángulos de 90 grados al clavar, no ofrece problemas en cuanto a la posibilidad de rectificar y no provoca grandes destrozos, ni se barrena, generando neumotorax ni lesiones torácicas, que restan duración al toro en la faena de muleta’, prosigue el veterinario.

‘A todo el mundo le gusta ver al toro en el caballo y con esta puya se favorece que pueda ir al caballo en varias ocasiones y mostrar su bravura, llevamos más de 400 toros analizados con esta puya y son toros que duran mucho más, que van al caballo más y que embisten con mayor clase en la muleta después’, concluye.

En este sentido, durante la prueba técnica los seis astados lidiados fueron como mínimo tres veces al peto, algunos de ellos, incluso, en cinco ocasiones y poniéndolos a buena distancia. Algunas de las varas sí costó que agarraran en el morrillo de los bureles.

En cuanto al estribo derecho acolchado, está revestido por una gomaespuma de 5 centímetros de espesor con tejido de fibra, impenetrable, de kevlar -material con el que se fabrican los chalecos antibalas-, tratado con resina de poliuretano para impermeabilizarlo. Obtuvo la aprobación prácticamente general de todos los presentes, puesto que amortigua los golpes al embestir del toro, evitando traumatismos craneales, fracturas en los huesos de la cabeza, así como lesiones en el ojo derecho del animal. También se comprobó que absorbe el ruido al golpearlo y reduce la visión negra del estribo, color que llama la atención y desconcierta a las reses’, explicó el maestro Manuel Sales.

 

DIVISA Y BANDERILLAS CÓNICAS EN PUNZÓN RETRÁCTILES

En cuanto a las divisas, ‘producen una herida de 2-3 milímetros de diámetro, cantidad suficiente para generar el estímulo neurohormonal que favorece que el toro salga con viveza a la plaza de toros’, explica Manuel Sales. Hay menos sangre en el morrillo del animal. Son, al igual que las banderillas, con final en punzón frente al arpón actual y ambas también comparten su forma cónica.

Además, el modelo nuevo no cuenta con los tres biselados del actual para facilitar la perforación. ‘Nunca provocará daños internos ni esos derrames de sangre innecesarios, puesto que, como ya ha incidido esta mañana el biólogo Fernando Gil, es el esfuerzo muscular y físico el que atempera al burel, no la sangre’, matiza Julio Fernández.

En boca de su inventor, Manuel Sales, ‘ha sido el utensilio que más tiempo y más costoso de crear ha sido’. ‘Se trata de una banderilla retráctil que, con el movimiento del toro, se reduce su tamaño por completo y se acopla al cuerpo del toro, porque es colgante, favoreciendo el ajuste y mayor acople del torero, porque no le molesta, mientras torea de muleta’, ahonda.

 

Durante la prueba técnica, las banderillas fueron las que más dudas generaron a los profesionales, ya que consideran que ‘algunas se siguen cayendo al ruedo’. ‘No hay gran diferencia por el momento y, cuando cuarteas, sí percibes que los palos se cimbrean al constar de dos piezas’, explica el torero de plata de Morante de la Puebla, Alberto Zayas. En el vídeo, se puede comprobar como las farpas sí quedan más cortas en el lomo de los animales, pero no siempre se quedan tronchadas abajo. En varios toros, quedaba alguna banderilla en movimiento.

Como curiosidad, Fernández explicó que ‘fue a petición del doctor García Padrós cuando se comenzó a trabajar en mejoras, por los percances que genera en los profesionales, este modelo no lleva el gancho hacia atrás, que les genera esas lesiones y cortes a los profesionales’.

No en vano, las dimensiones del punzón varían ostensiblemente, pues se pasaría de los 2,5 centímetros de desgarro al retirarla de la actual a los 3-4 milímetros de los nuevos útiles. ‘Hemos llegado a ver banderillas que han penetrado más que las puyas, boquetes de hasta 9 centímetros en los toros analizados, alcanzando la cavidad torácica en ocasiones y perforando la pleura, lamenta el veterinario

ESPADA, DESCABELLO Y PUNTILLA

El origen del estoque taurino es la espada ropera española, aquella que usaban los caballeros en la Edad Media. Pesa un kilo y el 98% es hoja. Con el paso del tiempo se quitó la cazoleta y se fue ganando curvatura. Por el contrario, la espada innovada tiene una hoja más ancha, es recta y plana. Es bastante más ligera y tiene los cantos laterales paralelos -afilados en unos 25 centímetros– hasta prácticamente la punta, por ello, encuentra más dificultad para girar ,cuando entra entre dos costillas potenciando su efecto.

De hecho, junto con el estribo acolchado fue la que mayor consenso positivo encontró entre los profesionales que la probaron. ‘Es letal’, coinciden. Acelera muchísimo la muerte, porque se lleva por delante todas las estructuras vitales que encuentra. En la prueba práctica se pudo comprobar como, en un par de los astados, un pinchazo hondo fue bastante para que el toro quedara sin puntilla prácticamente.

‘Con una leve presión, ya suele entrar si lleva la trayectoria correcta y no toca en hueso, los toros tienen dos hoyos de las agujas, en la parte delantera de la cruz, el derecho es el idóneo para entrar a matar, concretamente, en el espacio intercostal entre la quinta y la sexta vértebra para penetrar en la cavidad torácica’, aclara Julio Fernández.

 

Sobre el descabello, hay que decir que es completamente recto, no hay curvatura desde la cruceta como en el actual. Durante la prueba hubo aciertos y errores en su uso como sucede con el vigente. Al igual que la puntilla -muy certero Zayas en su manejo- cuenta con una hoja mucho más fina para poder penetrar mejor en el lugar adecuado: el espacio entre la unión con el occipital del toro y la primera vértebra -lugar del bulbo raquídeo- o el espacio entre las dos primeras. El ángulo idóneo sería de unos 45 grados con el hocico humillado del toro hacia abajo, no hacia adelante.

‘El grosor actual no es necesario porque complica más que pueda penetrar en esa franja entre las vértebras, de hecho, en los toros analizados post-mortem se atisban lesiones en esos huesos cuando el torero marra, por ello, es normal que, tras un fallo, sea mucho más complejo que el animal permita dejarse descabellar o apuntillar‘, detalla Fernández. Por último, la puntilla incorpora una cruceta para evitar que resbale entre las manos y provoque lesiones en las manos de los puntilleros.

DURACIÓN Y COMPORTAMIENTO DE LOS TOROS

A continuación, mostramos el desarrollo de algunos tramos de las faenas de López Chaves, El Capea y Javier Cortés para que el lector pueda juzgar por sí mismo el comportamiento y duración de los animales. Que cada uno -como en el resto de los vídeos expuestos- pueda sacar sus propias conclusiones. 

Sí conviene destacar que, pese a que, en general, los seis astados se dejaron, salvo el más áspero y complejo último de Francisco Galache, tampoco salió un ejemplar superclase, de una bravura excepcional, con la que poder calibrar con mayor precisión las ventajas e inconvenientes de estos nuevos útiles innovados.

Entre los presentes, hubo coincidencia en la percepción de que en el tramo final de las faenas, ninguno de los animales se aplomó en exceso, lejos de venirse abajo, alguno de ellos, más medidos de motor como el de Castillejo de Huebra, por ejemplo, no sólo se afianzaron sino que, además, se vinieron arriba.

 

Repasa lo más destacado del seminario taurino ‘En busca de un nuevo reglamento taurino para Castilla-León’ gracias a esta completa galería fotográfica:

 

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