El ganadero salmantino explica sus sensaciones en esta temporada en la que afronta una nueva etapa de la ganadería más codiciada
Es la ganadería predilecta de la élite del toreo. No se concibe una gran feria sin la participación de Garcigrande. En 2020 se dividió la vacada salmantina al hacerse cargo de la mitad de la ganadería su hermana, Conchita Hernández, con el hierro de Domingo Hernández. Este primer año en los carteles se mezclan las dos ganaderías siendo difícil, a veces, distinguir si quién lidia es Justo o Conchita. Ambos hierros forman parte de todas las ferias relevantes que se celebran en la temporada. Son toros con personalidad, con su punto de casta, con talento para complementar las grandes faenas de las figuras del toreo. Un paradigma nuevo para este emblemático hierro.
¿Cómo está afrontando este extraño año?
Tengo una buena sensación. Empezamos con miedo, no sabíamos bien lo que podía ocurrir. Sobre todo por la experiencia del año pasado, con tantas suspensiones de última hora. Creo que muchos ganaderos hemos hecho un esfuerzo. También los toreros, los empresarios y los aficionados. Nos ha tocado vivir con esa incertidumbre, hemos dudado de todo lo que podía venir. Ahora que van abriendo aforos pues vamos compensando el tiempo que hemos pasado mal. Ahora sólo puedo decir que estoy muy ilusionado.
Ha lidiado mucho, aunque a veces, se ha confundido cuándo lidiaba su hermana y cuando lidiaba usted.
Sí, es cierto que a veces todavía hay confusiones en los carteles. Se irá aclarando con el tiempo, yo me he quedado con Garcigrande y la mitad de la ganadería. Este año empezamos con un toro en el festival de Madrid, después Vistalegre, Valladolid, dos toros en Granada y otros dos en Castellón, El Puerto de Santa María, Béziers, Arévalo, Alicante y Aranjuez.
El arranque no pudo ser mejor.
El debut de la temporada siempre implica mucha presión y mucha ilusión. Más si es en Madrid, aunque sea un festival. Afortunadamente salió bien (El Juli cortó dos orejas del cuatreño ‘Picante’).
Después llegó Vistalegre.
Esa era la primera corrida completa, las primeras siempre son las que marcan, en las que más miedo pasas porque tienes muchas dudas y te juegas muchísimo. La de Vistalegre también fue una tarde importante (Justo no concreta, pero sus toros permitieron un rotundo triunfo de El Juli y dos preciosas faenas de Juan Ortega).
Pese a estar ahí arriba, ¿tanto se juega cada tarde?
Aquí no hay un día en el que no te juegues todo, es un mundo muy difícil. No se nos puede olvidar que las personas que están delante del toro se juegan la vida. Toda esa tensión y presión te lo trasladan a ti. Se pasa mucho miedo, por muy bien que te haya ido ese mismo día en cada toro empiezas de cero.
En el pasado mes de junio, Zabala de la Serna recogió unas declaraciones de Morante de la Puebla en el diario El Mundo en el que hacía referencia a su ganadería: «Estoy aburrido de juampedros y garcigrandes. Me cansa el toro bueno, te lo juro». ¿Qué lectura hizo de aquellas declaraciones?
Me pareció una gran injusticia lo que dijo. De hecho, se lo comenté y tuvimos una conversación en la que me explicó lo que quería decir. Esa explicación creo que la debe dar él, está claro que se equivocó. Cuando torero tiene tanta gracia en lo que dice y, sus palabras, tanta repercusión, tiene que medir bien lo que dice. Creo que en esa ocasión no midió bien.
¿En qué se distinguen sus toros de otros de esas ganaderías tan queridas por las figuras?
No sé exactamente… tampoco soy quién lo debe decir. Mi forma de entender el toro es muy personal y es difícil hablar de algo concreto que lo diferencia del resto.
¿Cuál es la lección de su padre que tiene en cuenta más a menudo?
Mi padre me enseñó la verdad y la honradez. Lo recuerdo cada día.
La ganadería se ha divido en dos partes. ¿Qué ha cambiado en la gestión?
Es otra etapa, empezamos desde el 50%. Tengo la misma ilusión de siempre. Es imposible que todo esté como estaba porque claro tenemos la mitad del ganado en todos los sentidos, desde las vacas madres hasta los toros de saca. El reparto ha sido justo y habrá cosas que beneficien a uno y otras beneficiarán a otro, pero de momento no lo sabemos porque se hizo en igualdad de condiciones.
¿Tiene usted alguna vaca madre ‘Feminista’ o ‘Nigeriana’?
Tengo una alcaldesa, que sea lo que Dios quiera –dice entre risas–.
¿Qué opinión tiene de la absurda polémica de Gijón?
Uno se ha educado en la vida en que antes de hacer un comentario de ese nivel, lo primero que debe hacer es informarse. Un alcalde no puede conocer todos los temas de los que opina pero antes de hacer un comentario así tienes que tener asesores que eviten que hagas el ridículo. En su lugar, me daría vergüenza hacer lo que ha hecho.
Un torero ligado indiscutiblemente a su divisa es El Juli, ¿qué me podría decir del maestro?
Garcigrande es en gran parte lo que es por El Juli. Me cuesta mucho hablar de El Juli porque cualquier cosa que diga se queda corta. También hay que tener en cuenta que otros toreros han hecho mucho por la ganadería también, y se merecen todos los halagos. Soy un hombre agradecido a todas las personas que han hecho por Garcigrande. El Juli es uno de los más grandes en la Historia del Toreo, cuando se retire lo valoraremos de verdad. Ha conseguido el reconocimiento general, ahora se está haciendo justicia con él.
¿Cree que el toro pone a cada uno en su sito?
Desde luego. Este año ha faltado Sevilla, Madrid, Valencia, Pamplona, Bilbao… Han surgido una serie de toreros que son artistas, que son geniales. No están floreciendo como otros años toreros de valor, ni se está hablando de muchos de ellos. Esta situación enriquece al toreo porque aporta nuevos protagonistas pero hay que tener en cuenta el toro que ha salido que no ha sido, en muchos casos, el de primera.
La situación del campo ha cambiado mucho.
Sin duda, no tiene nada que ver. Hubo un momento en el que se me juntaron muchísimos cinqueños con cuatreños. Afortunadamente, para el año que viene habrá muchos menos toros.
¿Concentra los tentaderos de su ganadería en una parte del año?
Tiento durante todo el año, más bien cuando los toreros lo necesitan que cuando yo lo necesito. En un tentadero se ven muchas cosas distintas, ir viendo el camino que quieres seguir. Para mí es fundamental para conocer mi ganadería y no dejar de seguir buscando lo que busco.
¿Ha tomado alguna decisión con respecto a una vaca madre tras ver su resultado en la plaza?
Una ganadería te exige tomar decisiones continuamente, no somos máquinas y a veces nos equivocamos. A la hora de ver a un animal te influye el contexto y otros muchos factores. En mi caso lo grabo todo para tomar decisiones en frío. El tiempo te va demostrando si ha sido correcta o errónea.
Si mañana tuviera que buscar un semental fuera de su casa, ¿a qué ganadería acudiría?
Por facilidad, por asegurar el tiro, me iría a algo de la propia sangre que crío. Aunque a veces pienso locuras con otros encastes.
¿Por ejemplo?
A veces pienso en echar toros de otros encastes para hacer pruebas pero la vida real no te permite un fallo. Si tuviera un espacio ilimitado haría pruebas con encastes que me llaman la atención y que muchas veces pienso cómo sería el producto que dan. Me refiero a los ‘Patasblancas’, a Albaserrada o a Núñez, son las procedencias que más me llaman la atención.
¿Qué corridas le queda por lidiar este año?
En las plazas de Nimes, Sevilla (dos tardes), Madrid, Logroño, Salamanca y Valladolid.
Imagen: Juan Carlos Muñoz