Bufanda rojiblanca al cuello, como un colchonero más, José Tomás presenció en la noche del domingo en Madrid el partido de Liga entre el Atlético de Madrid, equipo del que es reconocido y fiel seguidor, y el Betis. El mito de Galapagar hizo un alto en el camino en esa puesta a punto que viene realizando en el campo, con diversos tentaderos, como ya avanzó este medio la semana pasada, y disfrutó del encuentro en compañía de su hijo y un amigo de este
‘No sé nada todavía’, ‘yo no sé nada’, respondía a unos y otros, décimas de segundo antes de esbozar una sonrisa de oreja a oreja, cuando varios seguidores rojiblancos, que le reconocieron, le preguntaron si va a llevar a cabo algún paseíllo en este 2023.
Quizás, como dice el refrán, quién calla, otorga. Ese hermetismo que rodea a la leyenda en activo del toreo vuelve a presidir un año más la hipotética temporada del madrileño. Los mentideros taurinos hacen cábalas sobre cuál será el destino, o destinos, a dónde sus devotos deberán hacer peregrinación. ¿Será Nimes o repetirá en Alicante? ¿Tal vez Santander o a lo mejor Málaga? Nadie lo sabe.
La única realidad es que José Tomás ha incrementado la frecuencia con la que visita el campo. Ha protagonizado varios tentaderos en La Palmosilla, Juan Pedro Domecq, El Soldao… Y se le ve en forma, fino, preparado para el toro. El tiempo dirá.
En vaqueros, con sudadera, un chaleco debajo y zapatillas de deporte altas, José Tomás presenció el partido en el fondo norte del Estadio Metropolitano disfrutando así, en directo, de otra de sus grandes pasiones: el deporte.
