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José María Garzón: «Le estoy muy agradecido al Toreo»

Fotos: JOAQUÍN ARJONA / LANCESDEFUTURO.COM

José María Garzón se quedó sin padres a los 14 años, empezó organizando festejos en portátiles y hoy es un empresario taurino de prestigio. El miércoles presentó por todo lo alto la Feria de Córdoba, esa plaza que pasará a la historia por ser la única de primera categoría en la que se celebraron corridas de toros en 2020.

Santander, Morón de la Frontera, Torrejón de Ardoz, Málaga y, ahora, Almería, son sus otras plazas de referencia a falta de lo que pueda pasar en los próximos concursos, como por ejemplo el de El Puerto de Santa María. Lo espero en ‘José Luis’, el restaurante que hay en la Plaza de Cuba. Es hora del café y el camarero me dice que estoy sentado en el sitio de Doña Carmen Pagés:

«Yo le traía el ‘Lecturas’, el ‘Hola’ y el ‘Semana’, y todo lo que me pidiera. Y en el mercado le comprábamos langostinos, o rape, o lo que a ella le apeteciese para almorzar. Desde esa mesa en la que tú estás le pagaba a los empleados. Le traían el dinero de la oficina y también tacos de entrada que nos regalaba cuando había toros. Era encantadora y espléndida».

Ha llegado José María Garzón y escucha la conversación en silencio. Conoce a la gente del ‘José Luis’ porque tiene la oficina muy cerca, en la Avenida de República Argentina, y sabía la historia al dedillo. El caso es que en esa mesa que fuera la preferida de Carmen Pagés nos sentamos a charlar. Acaba de llegar de Córdoba, donde yo creo que se ha dado un baño de masas, y así se lo hago saber. «Tampoco es eso hombre -me contesta-. Hemos organizado un acto de mucha categoría en el que se han congregado más de 500 personas, con autoridades políticas y militares; toreros emblemáticos como El Cordobés y actuales como Diego Ventura; empresarios, aficionados… Ha sido muy bonito, de verdad».

Esto, con tres festejos. ¿El día que sea el empresario de una plaza con un abono de 20 corridas de toros y 6 novilladas, que es lo que se va usted a inventar?
Evidentemente, presentaría el abono con la categoría que mereciera la ocasión. Lo de Córdoba ha sido portada en todos los periódicos locales, me han pedido imágenes de varias televisiones a nivel nacional, y al final ha merecido la pena el esfuerzo. Hay que ser cuidadoso con los costes, pero con imaginación y trabajo todo es posible. El gerente del Círculo de la Amistad de Córdoba me llamó esta mañana felicitándome y asegurándome que no había visto nada igual.

Hubo actuaciones musicales y de acróbatas. ¿Con esos precios a los que pone las entradas, hace usted acrobacias para que le salgan los números?
A veces hago acrobacia y a veces hay que hacer incluso magia. Yo creo que es el momento de sembrar y de no pensar en ganar mucho, sino lo justo para pagar a todo el mundo y vivir.

¿A veces tiene la sensación de que siembra para nada?
Nunca. Soy el único empresario totalmente independiente con dos plazas de primera, además de cosos de la categoría de Santander y Almería, y tan bonitos como el de Morón y Torrejón. Tenga en cuenta que empecé con una portátil, así que no está mal la evolución. Le estoy muy agradecido al Toreo.

Pero, por ejemplo, en Granada hizo usted un trabajo tremendo de promoción que, a la hora de la verdad, no tuvo recompensa porque cuando finalizó el contrato no le renovaron. ¿Esas cosas desmoralizan?
No, aunque es verdad que entristecen. Cuando cogí la plaza había cuatro festejos y en dos años puse la feria en siete, con el apoyo de la presencia de José Tomás por supuesto. Me desviví organizando actividades, jornadas y todo lo necesario para enganchar a la gente de nuevo, porque hacía mucha falta. Si el empresario piensa que su labor consiste en los cuatro o cinco días en los que se dan toros, entonces esto se acaba.

¿José Tomás va a torear este año en alguna de sus plazas?
No sé absolutamente nada. Me alegro de que Alberto García lo haya contratado para Jaén y ya tengo mis entradas compradas para ir a verlo. Donde toree allí estaré como aficionado, porque es un torero que me apasiona.

¿Dónde dio usted toros por primera vez?
En Villanueva del Rosario, un pueblo de Málaga que creo usted conoce bien. Yo mismo ponía los hincos y los hierros porque no tenía dinero para contratar una empresa de montaje. Aquello se movía mucho y temía que no aguantara, pero alguien me dijo que no me preocupara, que cuando la gente se sentara en los tendidos, el peso haría que la estructura se afianzara más. Así fue, gracias a Dios…

Y tanto… He visto que hay quien se ha quejado porque no va Finito (un torero que por cierto me encanta); también, los que han lamentado que no haya ningún novillero local; pero también he leído críticas porque le da usted la alternativa a un torero de la tierra como es Lagartijo. ¿Usted lo entiende?
Lo que entiendo es que, con las redes sociales, cualquier queja puntual trasciende mucho más que antes. Yo admito las críticas y además las agradezco cuando se hacen a partir del sentido común, pero el localismo no puede ser un argumento para hacer una feria de dos corridas de toros y una novillada. El año pasado, de los ocho puestos de la temporada, cinco los coparon toreros locales, y si incluyo el festejo mixto de octubre en esta cuenta es porque yo cedí la plaza gratuitamente para que se celebrara. De los seis toreros que van en 2022, cuatro son máximas figuras, uno es una figura del momento y el otro es un novillero local que toma la alternativa porque el año pasado cortó tres orejas. También doy una becerrada y apoyo al Círculo Taurino de Córdoba con varios tentaderos. Por cierto, Finito también me encanta. El año pasado lo puse mano a mano con Morante en Córdoba; y en Santander, en la corrida de Torrealta.

¿Alejandro Talavante y Diego Ventura, uno fuera de Sevilla y el otro, ausente de Sevilla y de Madrid, han sido difíciles de contratar?
Para mí al menos no. Tienen sus exigencias como figuras que son, igual que las puedan tener Morante o Roca Rey, pero todo dentro de una normalidad.

¿En las negociaciones con figuras del toreo hay que ceder en determinadas cosas? Se lo pregunto de otra manera: ¿usted ha traído la corrida de Juan Pedro Domecq después de los pésimos resultados del año pasado en esta misma plaza por iniciativa propia?
La de Juan Pedro es una grandiosa ganadería que no respondió el año pasado en lo que a juego se refiere, pues la presentación fue impecable. También hay que recordar que en el otro festejo, a un excelente toro de su otro hierro, el de Parladé, estuvo a punto de cortarle las dos orejas Roca Rey si llega a matarlo. Pero más allá de todo ello, es obvio que una negociación con figuras del toreo implica que tienes que ceder en cosas. Eso ha pasado toda la vida, no es de ahora.

Vienen Morante, Talavante, Roca Rey, Ventura, Aguado… ¿Va a mantener usted los precios?
Cuando empezó la pandemia, todas las ferias mías bajaron los precios. Te hablo de cabeza pero en El Puerto de Santa María un 30%; en Córdoba, el 25%; en Morón una barbaridad; en Santander se redujo el abono de los jóvenes… Todo eso con figuras del toreo y limitaciones de aforo a veces considerables. Pues bien: ahora no los pienso subir de nuevo porque yo prefiero ver una plaza llena a precios bajos que media entrada a precios altos, aunque lo recaudado sea lo mismo.

Usted me ha llamado alguna vez antes de las 7 de la mañana y siempre le veo afeitado y correctamente vestido. ¿Usted es de la España que trabaja, que madruga y que se ducha?
Trabajo mucho, madrugo bastante y me ducho todos los días. En verano no una vez, sino varias veces.

¿De su gremio en general puede decirse lo mismo?
Pues no tengo ni idea de lo que harán los de mi gremio, si se levantarán pronto o se acostarán tarde. Supongo que habrá de todo.

Pero el domingo pasado tenía usted poco que hacer mientras que sus compañeros, al parecer, estaban ocupadísimos. Se lo digo porque no vi a ningún empresario taurino en la manifestación de Madrid salvo a usted. Ganaderos había pocos; toreros, menos; y empresarios aparte de usted, ninguno.
Yo creo que cumplí con mi deber y que estuve donde tenía que estar. Del resto no te puedo decir nada. Puede que también hubiese alguno más y que ni usted ni yo lo viéramos.

20 m

¿Se acuerda usted de ese eslogan que decía ‘Teruel Existe’?
Sí que me acuerdo. ¿Por qué me lo pregunta?

Porque… ¿ANOET existe?
El papel de ANOET en la pandemia no ha sido el mejor, al menos mientras yo he sido afiliado de la asociación a la que usted alude. En mi opinión, las cosas tendrían que haberse hecho de otra manera porque la situación de la Fiesta es muy complicada.

¿De qué forma cree que hay que hacerlas?
Tendríamos que establecer consensos entre las empresas, acercarnos a instituciones, abrirnos a todas las capas de la sociedad, trabajar con la juventud para que se acerque a las plazas… En definitiva, elaborar un proyecto empresarial que mire no sólo al presente, sino también al futuro a medio y largo plazo. O sea, lo que haría cualquier empresa de otro sector y lo que yo intento hacer en mis plazas a nivel individual.

Da usted una novillada en Morón este domingo con tres debutantes, y lleva lloviendo quince días en Sevilla. ¿Le da miedo la respuesta del público en estas circunstancias? ¿Piensa en suspender el festejo?
Lo tendría muy fácil con la huelga del transporte pero, si el tiempo lo permite (y las previsiones son buenas para el domingo) y no me vuelcan los camiones por la carretera, yo le aseguro a usted que la novillada va a celebrarse.

¿Lo de Paco Ureña le quitó las ganas de volver a apoderar a alguien?
Digamos que ahora no me veo como apoderado, aunque es cierto que la vida puede dar muchas vueltas. He tenido varias propuestas interesantes, pero ahora mismo no quiero mezclar el apoderamiento con las labores empresariales, y además es algo que, si hicieran todos, redundaría en beneficio de la Fiesta. Fíjese: me veo más ahora mismo apoderando a un novillero con la única intención de ayudarle, que a un torero importante.

Sus padres murieron en la carretera, camino de un tentadero, cuando usted y sus hermanos eran unos niños. ¿Piensa en ellos?
Todos los días. Seguramente, en gran parte tanto mis hermanos y yo caminamos bien por la vida gracias a ellos. Soy una persona creyente y siempre es bueno tener aliados en el Cielo.

Terminada la charla, José María Garzón se fue a la barra, pagó los cafés y justo al marcharnos, otro cliente le preguntó si alguna vez iba a ser el empresario de la Maestranza. «Sí, claro, a medias con Acevedo», le contestó. Y al pobre hombre se le atragantó el croissant…

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