Los fallos con el rejón de muerte lastran las actuaciones de la terna, que anduvo por encima de un desigual encierro de Los Espartales y dio la cara siempre cuando el piso plaza se puso realmente complicado
El festejo de rejones de las Fallas se celebró gracias a la entera decisión de los actuantes, que lo echaron para adelante con determinación pese a la clara previsión de lluvia, que en esta ocasión no falló. Descargaron con fuerza las nubes a partir del segundo de la función y el ruedo quedó en muy malas condiciones, sobre todo pensando en la corrida de toros de la tarde y si habrá tiempo material para que los operarios puedan arreglarlo. En lo artístico, la constatación de que Diego Ventura es la indiscutible figura del rejoneo actual. Su faena al quinto, por importante, ligada y espectacular, malograda con el verduguillo, supuso un nuevo grito ante sus incomprensibles ausencias en Madrid y Sevilla. Por su parte, Rui Fernandes y Lea Vicens dieron siempre la cara frente a un encierro de Los Espartales de pocas opciones salvo los más colaboradores tercero y quinto.
Rui Fernandes anduvo sobrio y limpio con el deslucido primero, le buscó las vueltas sin aburrirse, pero faltó la transmisión que no ponía el animal, que acabó rajado. No estuvo certero con el rejón de muerte y fue silenciado. Noble y con fijeza resultó el cuarto. La faena del caballero luso tuvo mérito, ya que el piso de plaza comenzaba a estar en muy malas condiciones. Hubo momentos en los que se dejó atropellar en demasía los caballos, otros buenos en banderillas y de acertar en la suerte suprema, hubiera paseado un trofeo.
Puso todo de su parte Diego Ventura con un toro que en vez de rajarse se emplazó en los medios cuando la lluvia comenzaba a apretar de verdad. Hizo gala de su gran momento el jinete de la Puebla a base de exponer y echarle encima las cabalgaduras, brillando especialmente con “Velázquez” y “Lío”. Labor importante. Ayudó muy poco el de Los Espartales a la hora de matar y lo marró en varias ocasiones con el rejón definitivo.
Lo que hizo Diego con el quinto, un toro con nobleza y fijeza, fue muy importante. De mucha intensidad desde el principio y de torero en sazón. Como a su primero, lo cambió con un único rejón de castigo. Ligazón y exposición fueron los pilares sobre los que cimentó una faena, especialmente brillante montando a “Nazarí”, que tuvo altura y levantó los ánimos de los tendidos. Un alboroto, con el mérito añadido de hacerlo en un barrizal. Vibrante y espectacular en el galope a dos pistas templando lo indecible. Rotundo con las cortas. Tras el rejonazo, se atascó el descabello y lo que iba para dos orejas se quedó en una sincera ovación.
Ya bajo un auténtico aguacero paró Lea Vicens al buen tercero, el mejor hasta ese momento de la matinal. Toro importante con galope, celo y vibración. La rejoneadora francesa anduvo siempre muy metida con él, tratando de clavar al estribo. La gente respondió dentro de las circunstancias, ya que el cielo jarreaba con muchísima fuerza en esos momentos. Pudo haber cortado una oreja, pero falló con los aceros, siendo ovacionada.
Con el que cerraba plaza, Lea Vicens puso todo de su parte, llegando al público. Bien en el toreo a dos pistas, con la decisión de atacar de frente siempre. Lástima que alguna banderilla acabara en el suelo. Comprometida actuación de la amazona gala, a la que el descabello privaba de tocar pelo. Hubo petición no atendida y Lea acabó dando la única vuelta al ruedo de la matinal.
Sábado, 19 de marzo de 2022. Matinal. Plaza de toros de Valencia. Sexta de la feria de Fallas. Festejo de rejones. Toros de Los Espartales, bien presentados y de poco juego en líneas generales. Destacaron el buen 3º y los nobles 5º y 6º. Rui Fernandes, silencio y silencio; Diego Ventura, silencio y ovación con saludos; Lea Vicens, ovación con saludos y vuelta al ruedo. Incidencias: Poco más de media plaza en una mañana muy lluviosa y desapacible.