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Garrido, entrega y buen toreo al natural (Imágenes)

Fotos: Lances de Futuro / Arjona

Una pintura era el tercero. Cárdeno salpicado, bajo, de lomo recto, acapachado, estrechito de sienes y astifino, que no permitió a Garrido estirarse a la verónica. Sí lo hizo en el quite por delantales posterior. Venía un poco al paso, algo dormido e incierto. Por ello, Garrido trató de ganarle un paso siempre, entre muletazo y muletazo. Así logró una serie estimable al natural, siempre provocando la embestida. Ahí, con el toro más atemperado, le robó dos tandas al natural con gran suavidad. Puro despaciosidad. Trasteo largo, pues escuchó un aviso antes de montar la espada, labor que no fue sencilla, puesto que, pasado de faena, costó mucho cuadrarlo, porque empezó a gazapear. Marró con la espada: pinchazo, pinchazo hondo y tres descabellos.

Cerró plaza un animal acapachado y fino de cabos, astifino, que Garrido saludó con cadenciosas verónicas. Muy templado y acompasado. Hizo sonar el estribo en el caballo y se dejó en banderillas. Luego, fue un animal al que faltó codicia en los engaños y descolgar más en la muleta. Esa falta de entrega condicionó el trasteo, pese a lo cual, Garrido quiso mucho siempre y buscó las vueltas al toro hasta terminar incrustado entre los pitones. Conectó con el tendido y hubiera paseado un trofeo, pero marró con la espada y saludó desde el tercio.

A continuación, imágenes de la última de la Feria de Santiago, desde el objetivo de Arjona:

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