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Illescas: Tres orejas para un arrollador Roca Rey

Roca Rey ha sido el gran triunfador de la corrida celebrada en Illescas esta tarde, cortando un total de tres orejas a una manejable aunque falta de casta corrida de José Vázquez

Illescas continuó la línea de éxitos de este arranque de temporada. Un nuevo cartel de ‘no hay billetes’ y una expectación desbordada. El colapso del pueblo toledano desde una hora antes de la corrida daba muestra de lo comentado. Maximino Pérez ha consolidado la corrida de primavera después de tantos años trabajando en estos primeros compases de la temporada. La ovación de lujo sacó a saludar a la terna que correspondió montera en mano. Ambiente de acontecimiento, la reventa seguía funcionando en la calle cuando ya danzaba por el ruedo el primero de José Vázquez -que a la postre sería el mejor del conjunto-

Roca Rey se hizo dueño y señor de tarde. Arrollador en cada momento de su actuación. Estoico fue el quite de frente y por detrás, cambiándole la trayectoria en el último instante. Especialmente en el inicio de la faena de muleta en su primer toro. Se echó de rodillas para pasarse el tren de alta velocidad por delante tres veces y cambiárselo después por la espalda. La gente en pie, los pelos de punta. Hubo dos tandas asentadas y otras dos en las que el toro perdió la codicia inicial. Quizá ya vencido tras la exigencia inicial. Se preocupó Roca de elevar el tono en el final, la rotunda estocada llegó tras un pinchazo. Primera oreja de la tarde.

Se hizo con el doble trofeo en el quinto, un toro que embistió siempre a media altura. Se le vino cruzado en el quite por tafalleras y a punto estuvo de llevárselo por delante, continuó por gaoneras y remató con una brionesa extraordinaria. Le funcionó la cabeza en este toro en el que volvió a levantar a la afición de sus asientos en un inicio por estatuarios terminando pasándoselo por la espalda. Supo administrarlo en las primeras tandas, sin contagiarse de esa sosería que empobrecía la noble embestida, para apretarlo al final y recuperar la diapasón de la obra. La estoca cayó algo baja pero no impidió la concesión del doble trofeo.

Regresaba Pablo Aguado a los ruedos después de meses de recuperación de la compleja lesión de menisco y ligamentos cruzados. Volvió con actitud aunque con un lote que no fue sencillo. El primero resultó muy distraído desde su salida, abanto, huidizo. El sevillano lo recogió con la seda de su capote para convencerle a embestir, echó los vuelos y acompañó con el sello de su armonía a pies juntos. Juan Carlos Sánchez le metió las cuerdas antes del primer contacto con el peto. Pese al acertado y medido puyazo, se rajó el toro descaradamente. Aguado se fue a buscarlo para torearlo a la verónica andando hacia los chiqueros y abrochó con una magnífica media abelmontada. Toreó muy despacio. La faena de muleta fue de disposición, de querer, de no dejar de buscar. Con la muleta retrasada sobre la derecha extrajo carteles de toros en los terrenos de los adentros. Por el izquierdo, el mansito no dio más que arreones.

Tampoco se prestó para el lucimiento el sexto, que pasaba por allí sin emplearse mucho hasta que se pegó un trastazo con las tablas justo antes del cambio al último tercio. Aguado lo cuidó para ir haciéndolo. Los mejores momentos llegaron al natural ya que por el derecho fue rebrincado. El sevillano no cesó en sus ganas de agradar.

La tarde comenzó con un Morante absolutamente redondo. Cuajó con el capote en reunidas verónicas al primer de José Vázquez, que tenía la cara palante. Ganó terreno hacia delante para rematar en los medios con una acompasada media. Empezó a distraerse el de José Vázquez y tras el primer puyazo se fue suelto en una magnífica chicuelina del de La Puebla. Por lo tanto, decidió reconvertir el quite en delantales dejándole el percal en la cara y buscando mucho la colocación. Para enmarcar fue el inicio de la faena, a dos manos: por alto primero y en detalles soberbios por bajo, después. Superior. El toro mostró su buena humillación y clase, un punto aquerenciado pero de entregado fondo. Morante lo bordó, especialmente sobre la mano derecha en una faena de importante cuajo, tan asentado. En el final también hubo detalles de calidad pero la espada arruinó el posible triunfo, tardó demasiado en echarse enfriando el ambiente.

El cuarto se defendió a topetazos desde que salió sin permitir el lucimiento ni con el capote ni con la muleta. Aun así Morante se justificó sin perder la esperanza en encelarlo, finalmente cantó la gallina.

RESEÑA

Sábado, 12 de marzo de 2022. Plaza de toros de Illescas (Toledo). Primera de la Feria del Milagro. Toros de José Vázquez, bien presentados y de manejable juego aunque faltos de raza en su conjunto.

Morante de la Puebla, de teja y oro. Pinchazo y estocada (saludos tras leve petición). En el cuarto, pinchazo y estocada baja fulminante (saludos). Roca Rey, de gris perla y oro. Pinchazo y estocada (oreja). En el quinto, estocada desprendida (dos orejas). Pablo Aguado, de catafalco y plata. Estocada (saludos). En el sexto, estocada suelta (saludos).

Incidencias: Se colgó el cartel de ‘No hay billetes’. Saludaron tras sus respectivos tercios de banderillas Viruta, Iván García y Paco Algaba. Reaparición de Pablo Aguado tras la lesión de rodilla que le frenó en septiembre de 2021.

 

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