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Héctor Gutiérrez corta una oreja en la México, y se descubre a Julián Garibay

Bella tarde en la ciudad de México,  quizá cómplice de aquella noche apacible que solo por episodios nos dejó ver el eclipse lunar, cuando animosos esperábamos el espectáculo del universo cercano.

Así los tres novilleros que vistieron sus emociones de luces, se presentaban con  expectante algarabía en el gran coso, deseando dar el gran espectáculo del toreo  que también deseábamos.

Lidiaron un encierro de la ganadería de Marrón, que les presentó diferentes condiciones entre los buenos y los malos, destacando el cuarto que obtuvo el premio de arrastre lento.

Héctor Gutiérrez se enseñó a la verónica con clase y argumentos, para luego quitar por saltilleras. Su banderillero  Fernando García, se explayó en sendos pares  que dejaron evidencia de lo torerazo que es y lo llamaron al tercio par atribuirle una sonora ovación.

Con la muleta Héctor se mostró  como torero sagaz, enterado y maduro. Sin embargo las primeras tandas con la mano derecha las cortaba muy pronto impidiendo que el novillo se prodigará en largo recorrido como parecía tenerlo. Valiente sí, pero no templa las embestidas por completo y termina por no redondear una faena que ahí estaba. Acabó su trasteo con una estocada tendida y un golpe de descabello para agradecer desde el tercio a quienes le aplaudieron.

El cuarto de la tarde ya estando en la arena, provoca el entusiasmo de Héctor quien lo recibió con una larga de rodillas y luego de capotear sin fortuna, realizó un remate de señor torero.

En el segundo tercio Christian Sánchez ejecutó un par de banderillas al relance con excelsitud, saliendo por ello al tercio, siendo ya 93 veces que lo hace. ¡Vaya proeza!

El novillero  inició con la muleta haciendo dos cambios por la espalda, mostrando la valiente disposición que le embargaba.  Con la mano derecha se prodigó en varias tandas,  valiente y de buenas maneras, pero no templó los muletazos llevando a menos la faena. Para redimirse, instrumentó dosantinas y manoletinas de rodillas, lo que provocó de nuevo el ánimo del público. Se tiró a matar señalando un pinchazo para en el segundo intento dejar una estocada entera pero siendo empalado por el novillo llevándose un golpazo. Parecía herido cuando lo levantaron las asistencias y lo llevaron hasta el callejón, pero recuperó la fortaleza anímica para regresar al ruedo y con el entusiasmo fluyendo en los tendidos, cortó una oreja. El novillo, “Chilaquil” de nombre, fue premiado con arrastre lento del bueno que era.

Sebastián Ibelles poco hizo  con el capote ante su primer novillo. Ya con la muleta, inició doblándose de buena manera para torear después, con la mano derecha. Recordó que el novillo tiene dos lados y entonces torea al natural, pero sin bordar el temple que necesitaba el burel. El novillo se acaba pronto y se convierte en galimatías para el torero, quien pagó caro por no templar. Mató de ¾ de estocada y tuvo una débil salida al tercio.

Con el quinto, veroniqueó y quitó por gaoneras sin mucho entusiasmar. Ahora sí con la muleta, encontró inspiración el novillero, pero la mala fortuna le hizo enfrentarse a un novillo que rehúso la embestida y cuando regalaba alguna, lo hacía a regañadientes. Liquidó a su indeseable enemigo de dos pinchazos y un descabello y desde las alturas le sonaron un aviso.

Se presentó Julián Garibay, nacido en Guadalajara y con apenas 5 novilladas en su haber taurino. Dudas sobre él ante tan poco rodaje, pero ha sido una gran revelación. Torero con sello, inexperto sí, lo cual se quita con el tiempo. Pero su estética taurina y su porte al ejecutar los muletazos, son de los privilegiados.

La faena al tercero de la tarde la inició toreando con el capote del tercio hacia los medios, con mucho sabor. Con la muleta toreó  al natural, bajando la mano y llevando embebido al novillo. Fue alcanzado por el pitón del astado llevándose un rayón en el glúteo que ni alcanzó a sentir. Este muchacho tiene arte, sí señor. Mató de media estocada tendida y 2 descabellos para escuchar aplausos fervientes  del público que sintió la transmisión del torero.

El sexto era un tío y de malas ideas. Julián se dedicó entonces a defenderse con valentía. El novillo embistió derrotando y volviendo en corto, y el novillero le echó afición. Inició la faena de muleta con derechazos de hinojos, tan ajustados como impertinentes. Luego muy pundonoroso, lidió a su entender, que es de mucho valor, y acabó con adornos y manoletinas. Mató de estocada tendida y escuchó fuertes aplausos.

Triunfó Gutiérrez al cortar una oreja, pero de quien salió hablando la gente fue de Julián Garibay, un gran promesa novilleril.

RESEÑA

Domingo 21 de octubre de 2021. Plaza de toros de La México (México). 6 Novillos 6, de Marrón para Héctor Gutiérrez, palmas y oreja; Sebastián Ibelles, silencio y palmas tras un aviso y Julián Garibay, palmas y ovación.

Incidencias: El 4º toro de la tarde, «Chilakil», fue premiado con la vuelta al ruedo.

 

José Luis Orleans

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