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Ha nacido una estrella

El Juli y Tomás Rufo, que tomaba la alternativa, salen a hombros en Valladolid tras una gran tarde. Manzanares podría haber acompañado al padrino y al toricantano de haber acertado con los aceros

Hoy, 11S, era un día señalado en el mundo taurino al haber festejos en Albacete, Salamanca, Valladolid, Arles (con una corrida muy esperada por muchos, al ser la reaparición de Alejandro Talavante, quien llevaba tres años retirado)… Sin embargo, la tarde tuvo un nombre propio: Tomás Rufo, una joven promesa que venía despertando la ilusión en la afición, que estaba ya sobrado con los novillos, y al que se quería ver ya en el escalafón superior.

Tomás Rufo recibe al primer toro de su carrera, Campanario, a la verónica, mostrando el animal buena condición por el pitón izquierdo y deja el toricantano una bonita media. En varas, el animal derriba al caballo al levantarle por los pechos, lo que impide que apenas se pique, aunque se considera suficiente castigo, por lo que se cambia el tercio, y aprovecha Tomás su oportunidad de hacer quite, en el que realiza unas templadas gaoneras rematadas con un pase de pecho con el capote. Corta en banderillas el de Garcigrande, especialmente por el izquierdo. Tras la ceremonia de alternativa, con el Juli como padrino y José María Manzanares de testigo, brinda el ya joven torero a su padre y comienza su primera faena por bajo hasta los medios, rematados por un largo muletazo por la izquierda. Empieza el toreo en redondo al natural, entendiendo a la perfección al toro, tras lo que pasa a la diestra, dando una templadísima tanda. El toro es noble, acude siempre al engaño, y va largo, especialmente por la zurda, donde Rufo sabe lucirlo y,conjuntado con el temple que posee, deja pasajes muy a tener en cuenta. Tras un pase por la espalda (que chirría un poco en esta faena de buen toreo, pero se entiende por el momento -aunque no se le ha atisbado en ninguna ocasión al torero nervios o prisas, tan propias de este día en la mayoría de casos-), deja un cambio de mano de mano por bajo precioso, que pone a la gente en pie. Realiza la suerte suprema a la perfección, y corta 2 importantes orejas. El toro, que ha sido el soñado para la alternativa, recibe una fuerte ovación en el arrastre.

Habichuela desarma al Juli en su primer contacto con el capote, por lo que poco más que llevárselo a los medios puede hacer el madrileño. En el primer tercio se deja el toro, saliendo mejor que como entró, por lo que permite a Julián quitar a la verónica, yendo ya con mejor son el de Garcigrande. Tras la devolución de trastos brinda el Juli al público vallisoletano, y comienza llevándose a Habichuela a los medios por bajo, sometiendo al animal, tras lo que da un muletazo (no muy logrado) mirando al tendido, y un pase del desprecio más templado. En lo que es ya propiamente la labor muleteril del maestro nacido en el madrileño barrio de San Blas, la primera tanda por la diestra es destacable, dejándole al animal la muleta en la cara y tirando, y con la figura erguida el torero. Siempre se la deja puesta por la zurda, acudiendo el toro con clase al engaño, y humillando en las tandas al natural en las que el torero le baja mucho la mano y abre más el compás. Con el animal cada vez más apagadito (aunque continúa acudiendo siempre al cite, con esa clase), realiza dos circulares invertidos, y termina la faena en las cercanías, protestando un poquito el noble toro, que sigue mostrando sus virtudes, mientras el Juli lo exprime por completo. Tras unas luquesinas, deja una estocada en lo alto, un poco tendidita, después de un pinchazo, que requiere del uso del verduguillo. Oreja para un Juli que no se quiso dejar ganar la partida.

Manzanares compone muy bien la figura para dar un ramillete de verónicas como saludo a su primer oponente, saliendo un poco suelto Trapero y dando alguna vuelta extraña al rededor de su matador. En varas el animal primer oescarba, y cuando ya va al peto, lo hace intentando quitarse la vara y pegando cabezazos. Buena lidia de Antonio Chacón. Manzanares comienza andándole al toro hasta los medios, donde en la primera serie soba al animal, que va rebrincado y echando miraditas a las tablas. Tras esto, se acopla mejor Manzanares, que logra que el toro no le toque nunca la muleta, lo que hace que el toro corrija ese feo defecto al embestir. Al natural lo lleva largo y le baja la mano, permitiendo el toro que se le den tandas más largas que por ambos pitones, aunque nunca llega a meter bien la cara. Al son de “Cielo andaluz”, pasodoble manzanarista por antonomasia, da muletazos largos, templados y poderosos, pero el toro cada vez mira a tablas con más claridad y más que embestir va a arreones, terminando la faena en toriles prácticamente, donde se pone muy incómodo a la hora de matar porque se puso a escarbar de un modo más continuado, aunque lo ha hecho en muchos momentos de la faena. Tras un pinchazo, deja un estoconazo marca de la casa Jose María. Ovación.

El Juli recibe a Provocador mediante templadas verónicas, no mostrándose claro el animal, que se deja en varas sin mayor historia. Rápido tercio de banderillas, tras el que el Juli se lleva al toro a los medios, donde le da aire andándole para atrás sin obligarle. Poco a poco mete al toro en la canasta, consiguiendo bajarle la mano al final de la primera tanda por la diestra. Al natural templa mucho, dando un largo pase de pecho, teniendo el toro el defecto de distraerse con facilidad en muchos momentos de la faena, y saliendo suelto de muchos muletazos, lo que no impide que Julián consiga alargarle el muletazo. Buena tanda por la diestra, a media alturita siempre, pero muy suave. Abre más el compás en la siguiente tanda, llevando al toro cosidito a la muleta, impidiéndole así en muchos momentos que vuelva a mirar a las tablas o se vuelva a distraer. Perfecto conocedor de la ganadería, da los tiempos necesarios para poder sacar todo lo que tiene el toro (como ya hiciera en su primer adversario, aunque ahora de un modo menos arrebatado que con el segundo de la tarde). Estocada a la primera, y 2 orejas del tirón.

Manzanares recibe a Camarero mediante una larga cambiada de rodillas desde el tercio. Gran puyazo de Paco María, medido pero en todo lo alto. Buen tercio de banderillas, destacando de nuevo Antonio Chacón, ahora con los garapullos. Sin mayores probaturas comienza Josemari el toreo en redondo por la diestra, bajando cada vez más la mano a este Camarero, que humilla y repite con transmisión, y da varias tandas por ese pitón, largas y templadas. Al finalizar una tanda, el animal, que va presto al engaño (aunque a veces en el primer muletazo parezca que le cuesta, luego va con todo), fue hacia Manzanares, que se tuvo que hacer el autoquite con la muleta, quedando el momento de apuro en un susto. Al natural va con más tranco en la primera tanda por ese pitón, largo, con transmisión y con repetición al exigente engaño de Manzanares. Ya en la segunda le cuesta un poquito más embestir, lo que no impide al alicantino dar otras dos tandas, una al natural, y otra por la diestra, bajándole mucho la muleta al toro de Justo Hernández. Tras un primer intento de matar recibiendo, deja una gran estocada de igual ejecución José María, lo que deja una importante faena en un trofeo (aunque no habría pasado nada por haberle otorgado a Manzanares el doble trofeo y haber tocado las palmas a este Camarero).

Tomás Rufo recibe a Raspón mediante otra larga desde el tercio, mostrando el toro falta de celo en las verónicas del toricantano. De igual manera, manso se muestra en varas. Quita Rufo por chicuelinas abrochadas por una preciosa media. Comprometido el último par, de Sergio Blasco, que se desmontera junto a Fernando Sánchez, mientras el toro muestra que prefiere mirar a cualquier parte que no sea lo que le toca. Empieza Tomás por alto, tras lo que opta (con razón) a llevarlo a los medios mediante unos doblones sin obligar a so oponente, costándole al animal ir al engaño desde el primer momento, perdiendo las manos y siendo tardo. El torero intenta dejarle la muleta siempre en la cara, para así poder robarle algunos muletazos, como consigue, pese a que el toro siga saliendo desentendido del engaño, no termine el muletazo y se quede descolocado. Lo intenta por ambos pitones, poniendo en esta faena más tesón y ambición que cabeza. Por ello, en el final de faena le prende el manso animal, dándole una voltereta de la que cae de cuello, volviendo a levantarle el toro en ese momento, y vuelve a caer de cabeza y dándole una paliza. Cuando se lo llevan, el torero se muestra conmocionado y posiblemente con una cornada en el muslo derecho, cerca del triángulo de escarpa. No obstante, vuelve a la cara del toro y deja un estoconazo de libro. Dos orejas de ley, mostrando el torero sus dos vertientes: en su primer toro enseñó que sabe torear, y en su segundo ha mostrado su ambición. Sólo Dios sabe lo que pasará, pero si alguien tiene capacidad para llegar a lo alto de esto, es el nombre propio de la tarde: Tomás Rufo. Aquí hay un torero. Ha nacido una estrella.

Al finalizar el festejo, Julián López “el Juli” y Tomás Rufo (pálido y visiblemente dolorido) dieron una vuelta al ruedo a hombros. El Juli sí salió por la Puerta Grande, pero sin la compañía de su ahijado, que pasó a la enfermería.

RESEÑA

Sábado 11 de septiembre de 2021. Plaza de toros de Valladolid. 6 Toros 6, de Garcigrande para Julián López «El Juli«, de verde musgo y plata, oreja y 2 orejas; José María Manzanares, ovación y oreja, de grana y oro y Tomás Rufo, que tomaba la alternativa, de blanco y oro, 2 orejas y 2 orejas.

Incidencias: 2º Corrida de Feria.

Alicia Peñarrubia

 

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