El festejo en honor a la Virgen de los Desamparados nos dejó muchas cosas. De ellas, hubo tres especialmente a tener en cuenta. El sentido inicio homenaje a Manuel Granero el día en el que justo se cumplían cien años de aquella cornada fatal en la plaza vieja de Madrid, con el solo de trompeta de El Soro; el impacto de Isaac Fonseca con tres orejas que debieron ser cuatro en su esportón; o la extraordinaria novillada que Conde de Mayalde lidió en Valencia. Por que embistieron los seis. Una oportunidad de las de verdad. Por hechuras y comportamiento. Encierro de muy alta nota, coronado con la merecida vuelta al ruedo del mayoral acompañando a Fonseca tras doblar el último de la tarde.
El mexicano Isaac Fonseca puede ser gente. Mostró una versión más aguerrida en su primero, con un quite capote a la espalda de órdago, un inicio de faena de hinojos con un cambio por la espalda de auténtica impresión y una faena de mano baja con más voluntad que calidad al buen novillo de la divisa toledana. Se tiró a matarlo como si no hubiera un mañana y salió prendido de manera feísima. A merced. Muy feo el trance del que se levantó con la camisa y el chaleco totalmente destrozados, con dos varetazos dibujados en el pecho. Tremendo. La gente, conmocionada y emocionada, loca. Le pidieron la segunda oreja con fuerza, el palco dijo que nones y dio dos vueltas aclamadas vueltas al ruedo.
Con el sexto demostró Fonseca que, además de un valor a prueba de bombas, también sabe torear muy bien. Acompañó las embestidas de un sobrero que embistió de dulce con buen trazo y donosura sobre ambos pitones. Hubo un cambio de mano en las bernadinas finales que todavía dura. Temple y mando a partes iguales y una estocada extraordinaria de efecto fulminante. Dos orejas. Serio toque de atención del novillero azteca, que ya mira a sus compromisos en Madrid y Sevilla y que tiene anunciada su alternativa en la próxima feria de Dax.
Y todavía hubo más. Porque la sensacional novillada de Mayalde lo permitió y porque Diosleguarde y Miguelito no quisieron quedarse nunca atrás. Al gran novillo que abrió la función, con un recorrido sin fin y franca embestida, lo toreó el salmantino con mucha ligazón, sobre todo sobre el pitón derecho. Desde el inicio de rodillas hasta el broche por luquecinas, anduvo en torero y lo mató por arriba. Oreja. El usía volvía a negar con la cabeza la petición de la segunda. El cuarto tuvo una nobleza extrema y lo aprovechó bien Diosleguarde con tandas despaciosas y bien llevadas. Un pinchazo y una estocada trasera, además de un novillo que se tragó la muerte y se resistió a doblar, le privaron de la puerta grande.
Miguel Senent “Miguelito”, menos rodado que sus compañeros, le cuajó pese a todo faena bien estructurada al colaborador segundo de la tarde. Hubo algunos naturales largos y de entidad, pero no anduvo fino con los aceros. A la puerta de chiqueros se fue a recibir al quinto, otro ejemplar de nota del hierro de Rafael Finat. De más a menos la labor del valenciano, siempre queriendo, que rubricó con un espadazo caído para aferrarse al trofeo con una sonrisa ante su gente.
RESEÑA:
Plaza de toros de Valencia. Novillada con Picadores con motivo de la festividad de la Virgen de los Desamparados. Novillos de Conde de Mayalde, el 6º lidiado como sobrero, bien presentados y de excelente juego en líneas generales. Destacó el completísimo 1º, por bravo y por recorrido, así como el extraordinario 3º. Prácticamente todos fueron ovacionados en el arrastre. Manuel Diosleguarde, oreja con petición de la segunda y ovación tras aviso; Isaac Fonseca, oreja con fuerte petición de la segunda y dos vueltas al ruedo y dos orejas; Miguel Senent “Miguelito”, ovación y oreja.
Incidencias: Un tercio de plaza en tarde soleada pero en la que molestó el viento en algunas ocasiones. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Manuel Granero el día en el que su cumplían cien años de su cogida y muerte. Iván García y Sergio Pérez destacaron en la brega.
