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Feliz 25º aniversario de Eugenio de Mora en Toledo

Eugenio de Mora lució un terno blanco y oro para conmemorar sus 25 primaveras como matador de toros. El torero, ya en maestro, dio una tarde de plenitud profesionalidad y extraordinario oficio con una seria corrida de Conde de Mayalde. Recibió una placa conmemorativa de manos de Eduardo Martín Peñato y de Nacho Lloret en representación de la sociedad de propietarios de la plaza de toros y de la empresa gestora, respectivamente. 

El honrado torero toledano correspondió emocionado a la ovación que le tributaron sus paisanos. En este ruedo se doctoró de manos de Curro Romero con José Tomás como testigo en la feria de agosto del 97. 

Cortó una oreja al primer toro de la tarde, de Conde de Mayalde. Serio, amplio, rematado. Lo toreó con suavidad con el capote, ganando terreno con mucho gusto. Este serio toro tuvo importancia en todo lo que hizo, los mejores pasajes de la faena llegaron sobre el pitón derecho. Faena entonada y de reunión con buenos pases de pecho. Aplicó poder y mando antes de una estocada trasera y paseó el único trofeo de la tarde. 

Mucha cara tuvo también el tercero, incierto en los primeros compases. Dio una lección con este toro ya que la gran carencia era de recorrido. Dándole sitio, dejándole respirar y apretándolo cuando correspondía fue extrayendo el fondo. Faena de inteligencia, de maestro. Tapándole muchas cosas al toro, que era codicioso pero sabía lo que se dejaba atrás. La estocada quedó algo fea, corta. Se le pidió con fuerza la oreja pero el presidente no la concedió. 

Otra faena ejemplar fue la realizada al quinto, para que la vean sus alumnos de la escuela Domingo Ortega. Un toro que apretó mucho hacia los adentros, de hecho Chapurra intervino en un quite providencial cuando hico hilo con peligro a un banderillero. Un toro con buenas cualidades pero la complejidad de la irregularidad. No le importó al maestro De Mora, que estuvo muy centrado con él en todo momento. Aprovechó esas embestidas especiales y resolvió esa uniformidad a base de oficio. La estocada coronó una obra que se vio afeada por el uso del descabello. En la vuelta al ruedo recogió el cariño de sus paisanos. 

No fue una tarde de triunfo pero hubo mucho toreo. Si hablamos del buen oficio de Eugenio de Mora hay que hablar de la madurez de Álvaro Lorenzo. El joven toledano anduvo oportuno, preciso y templado durante toda la tarde. 

El segundo de la tarde se pegó un resbalón de salida y cayó derrumbado en el caballo. Se protestó por su falta de fuerza. Álvaro Lorenzo lo cuidó, trató de aplicar la medicina del temple para que se viniera arriba y en algunos momentos logró sostenerlo en tandas de buen trazo. No cogió vuelo la faena por esa condición pero Lorenzo dejó carteles de toros. 

Precioso de hechuras y recogido de cara fue el cuarto. Un toro muy desentendido de salida que se calentó después de su paso por el caballo. En banderillas le echó mano de forma angustiosa a Víctor Cañas, le cogió por el pecho y en el suelo le propinó una dura paliza metiéndole el pitón por la axila. Momentos de mucha tensión. En la muleta desarrolló calidad aunque echó demasiado pronto el freno de mano. Lorenzo se mostró elegante, muy dispuesto, con su fino concepto. Buenos muletazos, especialmente al final en los genuflexos. La espada se llevó el premio que se llegó a pedir pese a los dos pinchazos. 

Cerró la tarde el toro más completo de Conde de Mayalde. Un toro de armónicas hechuras que se movió con buena condición desde salida. Lorenzo lo toreó a placer con el capote y tuvo magníficos momentos con la derecha, especialmente al natural. Le molestó en algunos momentos el viento. El toro hacía el avión se descompuso al tocar la muleta en algunas ocasiones. Calentó con el final por manoletinas, de perfil. Templado y torero. Los dos pinchazos volvieron a mandar al traste la buena actuación. 

Así concluyó una tarde en el que se tuvo presente en el recuerdo a Andrés Vázquez, el brujo de Villalpando, que nos dejó hace 24 horas en su Zamora natal. Se guardó un minuto de silencio en su memoria. 

RESEÑA

Plaza de toros de Toledo España. Segunda de la Feria del Corpus. Media entrada. Toros de Conde de Mayalde, bien presentados y de manejable juego.

Eugenio de Mora, (de blanco y oro), estocada trasera (oreja). En el tercero, estocada corta (saludos tras petición). En el quinto, estocada y varios descabellos (vuelta al ruedo).
Álvaro Lorenzo, (de caldero y oro), pinchazo y estocada (saludos). Dos pinchazos y estocada (saludos tras petición). En el sexto, dos pinchazos y media estocada (saludos).
Incidencias: Tras el paseíllo, se guardó un minuto de silencio en memoria del maestro Andrés Vázquez. 
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