El empresario y ganadero Alberto Bailleres, nacido en Ciudad de México en 1931, fallecido a los 90 años de edad, está considerado como uno de los grandes impulsores de la fiesta de los toros en México
Propietario de distintas empresas en el sector de la minería, los seguros (GNP) o la Bolsa e incluido en la lista Forbes como cuarta fortuna del pañis azteca, Bailleres volcó su amor a la tauromaquia, tanto en su condición de ganadero de reses bravas como en el empresariado taurino y también en el apoderamiento de distintos toreros tantos mexicano como españoles. Hace ahora un año dejó los negocios en manos de su hijo Alejandro.
Propietario de los hierros ganaderos de San Miguel de Mimiahupam, Begoña, San Martín, San Teresa en México y Zalduendo en España, lo era también, entre otras, de la Nuevo Progreso de Guadalajara, Monumental de Aguascalientes o Ciudad Juárez y, desde hace cinco años, junto a Javier Sordo, al frente de la Monumental Plaza México, donde precisamente el próximo domingo se van a lidiar toros de dos de sus divisas.
Su presencia, pese a la avanzada edad y siempre con un sombrero sobre la cabeza, en los tendidos y callejones de las plazas de todo el orbe taurino y que hoy se viste de luto en su memoria.