Que si hay ganas de toros se pregunta más de uno, que sí hay es lo que les podría decir. El hype es algo que ha existido siempre, pero se ve que muchos taurinos no han descubierto tal cosa.
Estamos a 9 de febrero de 2022, y lo único que conocemos acerca de la Feria de Abril con respecto a la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla son algunos pocos avances fiables (gracias, Álvaro) y rumores en mentideros que lo mismo que vienen se van, sin importar quien los propugne, que aquí escuchamos a todo el que se ponga. Suficiente es como para verse por dónde van los tiros.
Se habla de número de tardes de ciertos espadas, de ciertos carteles ya cerrados y de presencias y ausencias, todo dentro de un elenco ganadero que ya se parece conocer (nada novedoso, para sorpresa de nadie). Pero aquí todos callados. Mientras, en la Plaza de Toros de Las Ventas del Espíritu Santo de Madrid, antes de que nadie abra la boca la empresa se pone en primera línea de batalla a soltar cañonazo tras otro, y venga Talavante, y venga Emilio De Justo con seis toros, y venga Morante con La Quinta si Dios quiere. Con gala ya programada para la presentación de los carteles, ¡y eso que la Feria de San Isidro no comienza hasta mitad de mayo! En Sevilla, el silencio es algo personalísimo en su idiosincrasia, y más si cabe en su plaza. Pero joder, no es para tomárselo tan al pie de la letra. Ni un cartel presentado de forma oficial. Y la gente preguntando. Luego no se llena la plaza.
No todo en el hype va con el manejo de los tiempos, al fin y al cabo si lo que vendes no interesa lo suficiente no vas a generar una respuesta satisfactoria. El hype va de hacer que las gentes se peguen de guantazos por adquirir tu producto, y aquí sobra siempre en abundancia. ¿Por qué?
Muy sencillo. Lo limitado, lo especial, eso es lo que más vende y atrae, y no se innova. Al final siempre están los de siempre, con dos o tres matices. No es que sea nada malo si es que se lo merecen, pero sería para valorar en más de uno, dos y tres casos. Ahora bien, ¿y la coherencia? Hay quien va a estar más de lo que debe, hay quien va a estar mucho menos de lo que se ha ganado y hay quien directamente no pasará por las bocas de los que ponen el taco, porque hay que contentar a unos y a otros antes. De entre los carteles algo habrá por rescatar, pero más bien está la Maestranza para que la rescaten. Ay, Sevilla.
Y es que está la cosa para un zambombazo. Se va a ir la mascarilla, se va a poder volver al 100% de aforo. Está la gente que se sube por las paredes, hambrienta de toros, de los nuevos tiempos que se quieren abrir paso en la Fiesta. ¿Y no hay quien lo aproveche? Veremos.