«Rescoldito» salva la tarde con una desrazada corrida de Núñez del Cuvillo

Daniel Luque y «Rescoldito» salvaron una tarde marcada por una desrazada corrida de Núñez del Cuvillo. Así te hemos contado el toro a toro:

Abrió la tarde un toro mansito al que Morante saludó con un farol de rodillas. En la muleta, compuso una faena meritoria e inteligente con dosis de torería. Puso todo lo que le faltó al animal. Fue tardo, sosito y tiraba un gañafón a mitad del muletazo. Imprimió temple, toreando acompañando con la cintura e intentando que el toro no le enganchara las telas. Emborronó con la espada su obra y perdió la oreja.

A Daniel Luque le tocó en suerte un segundo manso de libro. Lo intentó y, tras la segunda tanda, el toro se fue a toriles y no quiso continuar la pelea. Tuvo que abreviar. Antes, en banderillas, Juan Contreras saludó tras dos buenos pares.

Más en el tipo de la casa fue el tercero. Roca Rey protagonizó un excepcional saludo de capa que logró poner al público en pie. Se pegó un tremendo volteretón después de recibir el puya. El animal tuvo calidad y fijeza. El único hándicap era la justeza de fuerzas. El peruano lo llevó sin exigirle en las primeras tandas. Le prosiguieron dos por bajo con ligazón. El «Cuvillo» bajó de potencia y se puso defensivo, hasta rajarse. Se montó encima de él para exprimirlo al máximo. Los dos pinchazos previos a la estocada le robaron la oreja.

El cuarto no anduvo sobrado ni de fuerzas ni de raza. Los banderilleros pasaron ciertos apuros en un tercio desordenado. Lo probó Morante. El de Cuvillo pasaba echando la cara arriba e intentado prender al torero. Optó por abreviar.

Luque ejecutó un saludo explosivo al quinto. El de Gerena le formó un auténtico lío. Demostró una técnica y un dominio de los terrenos pasmoso. Parecía que estaba toreando de salón. Una faena muy templada. El culmen  llegó con una tanda al natural que paró el tiempo en la Plaza Real y puso los tendidos en pie. Fue una conjunción perfecta. La calidad del de Núñez de Cuvillo sumado al mando de Daniel Luque. Le metió la espada hasta los gavilanes y paseó las dos orejas. «Rescoldito» fue premiado con la vuelta al ruedo

Cerró plaza un astado deslucido que nunca se entregó. Los finales siempre fueron rebrincándose. Roca Rey le buscó las vueltas para intentar cimentar la labor pero fue imposible. Mató de una estocada.