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El «kilo» de El Cordobés

Esta misma semana, en un multitudinario acto homenaje que contó con la presencia de lo más granado de la sociedad cordobesa e incluso de la plana mayor de la Junta de Andalucía, Manuel Benítez, el legendario “Cordobés”, cumplía cincuenta años ostentando el califato del toreo, que le fue concedido por ser uno de los toreros más trascendentales e irrepetibles de todos los tiempos, sucediendo, ni más ni menos, que al gran Manolete. Todos sabemos los hitos más importantes de la carrera de este genio, pero además de todas sus aportaciones taurinas, contribuyó al léxico español con una expresión para hacer referencia al dinero, que fue memorable: el kilo. Conozcamos el origen de dicha expresión.

¿Figura histórica o puro marketing?

Para el que esto escribe, Manuel Benítez no solo es una figura histórica, si no, seguramente, uno de los cinco toreros más importantes de la historia. El Cordobés, marcó además de una época en el toreo, una época en España, tanto en su imaginario colectivo como en la sociedad del momento. Sin un rival aparente (puesto que iba por libre y, porque no decirlo, puesto que nadie le pudo seguir el ritmo), se convirtió en poco tiempo en el más taquillero de todos, acabando el papel allá donde iba y dando la vuelta a España en numerosos años. A pesar de la mordaz crítica que siempre le acompañaba, acusándolo de excesivamente heterodoxo y de que los aficionados más “puristas” hacían lo imposible para desacreditarlo, el diestro cordobés fue un auténtico genio en el ruedo y, lo que nos interesa en esta historia, en los despachos.

El escritor Fernando González Viñas lo considera un icono pop, un mito contracultural que pasó de un origen muy humilde a sentarse a comer con el Jefe del Estado y a codearse con lo más granado del panorama nacional.

Su poder fue tan grande que, en el año 1967, los empresarios se la quisieron jugar y acabaron con el rabo entre las piernas…

“El Cordobés”, un genio en todo: le pidió 50.000 duros a Pedro Balañá para comprarse un coche todoterreno al inicio de su carrera y llegó tan lejos que acabó comprando un Rolls Royce.

Un “kilo” es lo que pesa un millón de pesetas

6 de febrero de 1967, los empresarios más importantes de España se ponen de acuerdo ante lo que consideran una verdadera urgencia: El Cordobés ha decidido que aumentan sus emolumentos o no torea las más de cien corridas que tiene ya firmadas para ese año y se retira. La plana mayor de las empresas taurinas, personificadas en figuras de la talla de José Barceló, Pedro Balañá, Livinio Stuick y Diodoro Canorea se trasladan hasta la finca de Villalobillos propiedad del torero para revertir la situación.

Con una tranquilidad apabullante y, con un buen vino y algunas viandas, recibió el Benítez a todos ellos y tras unas duras negociaciones, los obligó a claudicar. Todos aceptaron sus exigencias y acabaron rubricando el acuerdo en un lugar un tanto inverosímil: sobre la tela de su almohada. El Cordobés acabó matando tres novillos en su plaza de tientas ante la prensa que él mismo había convocado y anunció el acuerdo, había firmado un kilo por tarde.

¿Y cuánto es un kilo? Pues según el torero, que además lo comprobó allí mismo el equivalente a un millón de pesetas en billetes usados. La genialidad vino porque no solo acuñó el término, lo más importante para conocer la magnitud del personaje, es que lo puso de moda: en toda España se empezó a hablar en kilos para referirse a los tratos monetarios y hasta la Real Academia Española de la Lengua lo vio con buenos ojos.

Mirando la puesta de sol en la Playa de la Concha de San Sebastián (Kutxateka-Fototeka)

Vuelta a empezar

Pero esta lucha entre el Cordobés y las empresas no terminó con el ya en los anales pacto de la almohada, puesto que, en la temporada de 1969, junto con Palomo Linares, se declaran en rebeldía de nuevo contra el establishment y montan una temporada paralela en plazas de tercera, lejos de las maniobras empresariales de las grandes familias.  Ya en 1970, todo se soluciona y llega a matar nada más y nada menos que 121 corridas y, entre otros logros esa temporada, consiguió cortar ocho orejas en San Isidro.

Un auténtico fuera de serie, ¡larga vida!

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